2.5.09

Más que ideología

En pleno siglo XXI, la fecha del 1 de Mayo –en la que el mundo conmemora el Día del Trabajo– está por encima de banderías ideológicas. En todo caso trasciende credos políticos y se yergue como referente necesario para revalorar el papel de uno de los factores fundamentales en la creación de riqueza. Es más, el propio empresario –pequeño, mediano o grande– que invierte capital o desarrolla proyectos innovadores, también es un trabajador. Por otro lado, actualmente las naciones emergentes constituyen el mejor ejemplo de la comunión entre capital y trabajo. En esos países, microempresarios, empresas familiares o medianas industrias generan –en conjunto– más puestos de trabajo que el gran capital. De manera que han fracasado las profecías del viejo Karl Marx lanzadas en la segunda mitad del siglo XIX, tiempo en el que anunciaba que Inglaterra y los países más industrializados de Europa serían los primeros en llegar al “modo de producción comunista” mediante la incesante lucha de la pujante “clase obrera”.

Pero conmemorar ahora el Día del Trabajo ya no es monopolio del proletariado. Clase ésta a la cual también Vladimir Illich Lenin le dedicó tanto intelecto y pasión. Y es que el colapso ideológico del marxismo-leninismo se debe al surgimiento de otros actores laborales (intermedios) entre la llamada burguesía y los obreros. Reparemos sencillamente en que después de la Segunda Guerra Mundial el mundo asistió a un cambio radical, no sólo en materia de desarrollo tecnológico sino también en el ámbito empresarial. La sociedad experimentó transformaciones sin precedentes, apareciendo por ejemplo nuevos componentes de la fuerza laboral manifestados en el despliegue de los servicios, en la empleocracia o burocracia estatal, así como en la multiplicación de técnicos, especialistas y profesionales, gracias al número de carreras universitarias que se crearon en función a las necesidades de producción de nuevos bienes y servicios en el mundo.

Hoy en día la denominada clase obrera representa apenas un porcentaje ínfimo de trabajadores, pues se han multiplicado los oficinistas, los gremios profesionales, los servidores públicos, los consultores y sobre todo los trabajadores independientes. Valgan verdades, todos ellos son creadores de riqueza, llámense pequeños empresarios, comerciantes, ambulantes, etc. Por tanto, el 1 de Mayo es una fecha en la que están involucradas todas las fuerzas vivas de una sociedad. De modo que, como empezamos este mensaje editorial, la lucha ya no está tanto en el campo ideológico sino más bien en el político del realismo, en la resolución práctica de problemas puntuales y concretos. Consiste más que nada en cumplir los dispositivos jurídicos que sobre el capital y el trabajo señalan las Constituciones democráticas. En consecuencia, el Día del Trabajo debe servir para meditar en la importancia del respeto el derecho y a la legalidad. ¡Feliz 1 de Mayo a todos los trabajadores del Perú!

EXPRESO

No hay comentarios: