22.5.09

No fue nada lo del ojo…

El canciller José Antonio García Belaunde es un optimista incurable, lo cual lo lleva a sostener que el Perú no está aislado en Sudamérica y que la única dificultad que existe es con Bolivia. Con Chile compartimos, según él, una relación idílica.

Las declaraciones del canciller formuladas ayer intentan, sin decirlo, una respuesta a nuestro diario, que acertó al definir la catástrofe diplomática que ha hecho que Ecuador dé la razón a Chile en el problema de fondo de nuestro diferendo con éste.

Ocurrió al comentar la insólita declaración del canciller de Ecuador, Fander Falconí, quien se adhiere a la actitud chilena que convierte en tratados de límites los acuerdos tripartitos (Perú, Chile, Ecuador) de 1952 y 1954 referentes a las 200 millas y la pesca, respectivamente.

La Declaración de 1952, sobre Zona Marítima, expresa: “los Gobiernos de Chile, Perú y Ecuador proclaman, como norma de su política internacional marítima, la soberanía y jurisdicción exclusiva que a cada uno de ellos corresponde sobre el mar que baña las costas de sus respectivos países, hasta una distancia mínima de 200 millas marinas desde las referidas costas”.

Chile busca, gentilmente, despojar a una amplia zona del Perú de esa extensión. Arequipa, Moquegua y Tacna están entre las víctimas. Arequipa tendría que conformarse con 120 millas en Camaná y 92 millas en Punta de Bombón, Islay; Moquegua, con 46 millas en Punta Coles; y Tacna, con 27 millas en Punta Sal.

Conforme al Derecho Internacional, el Perú sostiene, sobre todo a través del ex canciller Manuel Rodríguez Cuadros, que no hay delimitación marítima unilateral. Lo sustenta Rodríguez en su enjundioso libro Delimitación marítima con equidad. El caso de Perú y Chile (Peisa, Lima, 2007).

Por eso daña los derechos peruanos la actitud, “independiente”, del canciller ecuatoriano.

Aunque éste no sea un partido de fútbol, es un golpe severo contra el Perú que el Ecuador considere, contra el derecho y la razón, que las fronteras marítimas ya han sido definidas.

Evidentemente, García Belaunde no ha sopesado las tajantes declaraciones del canciller de Ecuador expuestas durante la visita a Quito del canciller de Chile, Mariano Fernández, recalcitrante enemigo del Perú, él sí (no Evo Morales).

Por eso, el jefe de nuestra diplomacia ha podido declarar, después de la visita de Fernández a Ecuador: “Nada nuevo ha ocurrido ayer en Quito”. Allí no ha pasado nada, según García Belaunde.

Esas palabras nos hicieron recordar las de un optimista que, tras una riña feroz, se jactó: “No fue nada lo del ojo”. ¡Y lo tenía en la mano!

Metafóricamente, nuestro canciller ha perdido la visión, y sólo tiene sangre en el ojo derecho contra Bolivia. Esa línea, dictada por Alan García desde los días de Bush, es un desastre envuelto en un fracaso.

LA PRIMERA

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