Lourdes Flores acaba de realizar una jugada bastante arriesgada para su vida política al aceptar presidir el directorio de una empresa de aviación donde el principal accionista está siendo investigado por delitos muy graves (no digo que sea culpable. Aquí siempre se olvida la presunción de inocencia y que lo que debe demostrarse es la culpabilidad). Eso puede ser muy tóxico para nuestra querida dama y me sorprende que no haya sopesado bien esta opción. Ya bastante polémica desató cuando aceptó ser la rectora de la USIL tras la fea salida que tuvo del gobierno toledista su propietario RDC. En todo caso, mejor se hubiera quedado en la USIL, aunque claro que el trabajo de director no es a tiempo completo, a diferencia del rectorado.
¿Por qué lo ha hecho? En lo personal, todo indica que Lourdes no necesita la chamba. Es una buena abogada, con contactos y con mucho peso público propio a la que por supuesto trabajo legal no le va a faltar. No tiene mayor carga familiar y lleva una honorable y decorosa vida mesocrática, sin grandes lujos, con una casa en San Borja bastante "normal" para ese segmento social. De pituca no tiene nada y siempre ha sido muy injusto que se le aplique ese calificativo (tal como también sucedió con el recientemente fallecido Alberto Andrade). Tampoco tiene ese voraz apetito por relojes y carteras de marca, camionetas 4x4 o trajes caros que muestran los arribistas Humala, ni ha tenido consultorías raras como Nadine Heredia y Eliane Karp (esta última hasta pasaba por angurrienta y huachafosa. Y bien que le encantaban las pitucadas de los "blanquitos de Miraflores", como los caballos de paso, los viajes y Punta Sal. ¡Y cómo vestía! De típico mediopelo europeo).
¿Y cuánto le pueden pagar por presidir ese directorio? Asumamos una dieta -en el rango alto de nuestro medio, pero factible- de US$2 mil. Los directorios no se reúnen por lo general más de una vez al mes, máximo dos veces, rara vez tres veces... Esos US$2 mil los gana fácil como abogada. De otro lado, las normas vigentes permiten que se reparta hasta el 6% de las utilidades entre los directores, pero aquí la empresa recién comienza, así que ese dinero se verá sólo de aquí a un tiempo. Además, estamos hablando de aviación civil, uno de los negocios más difíciles y más fáciles de caer en quiebras del planeta, así que el billete no está garantizado. Tampoco es que Lourdes necesite de status social o empresarial asumiendo presidencias de directorios (como sí lo hace mucha gente), pues ya tiene una conocida imagen propia. ¿Deseaba apelar al nacionalismo defendiendo la existencia de una nueva aerolínea local que desafíe al coloso chileno? ¿Por qué lo ha hecho? Si nos ponemos cínicos... ¿habrá sentido que muchos de sus anteriores mecenas ya no piensan apostar por ella en las próximas elecciones -se dice que van a apostar mayoritariamente por Castañeda y Keiko, con algunos magnates pesqueros que siguen fieles a Toledo- y ha cogido este clavo caliente para asegurarse una "espalda" económica? ¿Es este un error de proporciones, como el recordado "piscinazo"? ¿Pecó Lourdes otra vez de inocente, "naif", cándida y confiada? Por lo pronto, ya hay voces inquietas en el PPC. El tiempo lo dirá.
En cambio, para los accionistas ha sido un golazo. Lourdes no sólo aporta buena imagen, sino que puede blindarlos en un medio tan difícil, tan politiquero, tan mediático y tan lleno de zancadillas como es el aeronáutico.
CORREO
¿Por qué lo ha hecho? En lo personal, todo indica que Lourdes no necesita la chamba. Es una buena abogada, con contactos y con mucho peso público propio a la que por supuesto trabajo legal no le va a faltar. No tiene mayor carga familiar y lleva una honorable y decorosa vida mesocrática, sin grandes lujos, con una casa en San Borja bastante "normal" para ese segmento social. De pituca no tiene nada y siempre ha sido muy injusto que se le aplique ese calificativo (tal como también sucedió con el recientemente fallecido Alberto Andrade). Tampoco tiene ese voraz apetito por relojes y carteras de marca, camionetas 4x4 o trajes caros que muestran los arribistas Humala, ni ha tenido consultorías raras como Nadine Heredia y Eliane Karp (esta última hasta pasaba por angurrienta y huachafosa. Y bien que le encantaban las pitucadas de los "blanquitos de Miraflores", como los caballos de paso, los viajes y Punta Sal. ¡Y cómo vestía! De típico mediopelo europeo).
¿Y cuánto le pueden pagar por presidir ese directorio? Asumamos una dieta -en el rango alto de nuestro medio, pero factible- de US$2 mil. Los directorios no se reúnen por lo general más de una vez al mes, máximo dos veces, rara vez tres veces... Esos US$2 mil los gana fácil como abogada. De otro lado, las normas vigentes permiten que se reparta hasta el 6% de las utilidades entre los directores, pero aquí la empresa recién comienza, así que ese dinero se verá sólo de aquí a un tiempo. Además, estamos hablando de aviación civil, uno de los negocios más difíciles y más fáciles de caer en quiebras del planeta, así que el billete no está garantizado. Tampoco es que Lourdes necesite de status social o empresarial asumiendo presidencias de directorios (como sí lo hace mucha gente), pues ya tiene una conocida imagen propia. ¿Deseaba apelar al nacionalismo defendiendo la existencia de una nueva aerolínea local que desafíe al coloso chileno? ¿Por qué lo ha hecho? Si nos ponemos cínicos... ¿habrá sentido que muchos de sus anteriores mecenas ya no piensan apostar por ella en las próximas elecciones -se dice que van a apostar mayoritariamente por Castañeda y Keiko, con algunos magnates pesqueros que siguen fieles a Toledo- y ha cogido este clavo caliente para asegurarse una "espalda" económica? ¿Es este un error de proporciones, como el recordado "piscinazo"? ¿Pecó Lourdes otra vez de inocente, "naif", cándida y confiada? Por lo pronto, ya hay voces inquietas en el PPC. El tiempo lo dirá.
En cambio, para los accionistas ha sido un golazo. Lourdes no sólo aporta buena imagen, sino que puede blindarlos en un medio tan difícil, tan politiquero, tan mediático y tan lleno de zancadillas como es el aeronáutico.
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