31.8.09

La corrupción nuestra de cada día

Una reciente reunión del Instituto Prensa y Sociedad (Ipys) convocó a más de 40 periodistas de investigación latinoamericanos y fue interesante la coincidencia que existe en la mayoría de países con el creciente nivel de corrupción gubernamental que estamos experimentando. El rápido enriquecimiento de parientes muy cercanos de los presidentes de Venezuela, Colombia y Ecuador, así como el explosivo incremento del patrimonio de la pareja presidencial argentina, fueron algunos de los más reveladores casos.

En nuestra región, y especialmente en nuestro país, no parece existir ninguna relación entre política y mercado. Son contados con los dedos de una mano los políticos peruanos que tuvieron alguna actividad exitosa antes de ingresar al Congreso o al Gobierno. La enorme mayoría nunca había destacado o estaba incluso quebrado. Sin embargo, luego de entrar –y aunque no sea reelegido– ya nunca más busca trabajo. La política se ha convertido, junto con el narcotráfico, en una de las actividades que más rápidamente enriquece a individuos sin que haya sido evidente la manera cómo lo lograron.

Por eso, ha sido realmente lamentable la decisión de Lourdes Flores de presidir una aerolínea con accionistas que son cuestionados, al ser la única líder partidaria que trabaja para ganarse la vida. Ella nunca ha recurrido a oscuras fundaciones para financiar costosas actividades alrededor del mundo o a cónyuges con inexplicados y suculentos honorarios. Por ello, el polvo que está levantando su equivocada decisión no solo afectará su credibilidad electoral, también desvía la atención del resto de políticos, la mayoría de los cuales no podría justificar sus ingresos. Paradójicamente, su falta de criterio en elegir asociados terminará desprestigiando a los pocos políticos que trabajan, y fortaleciendo a los que viven muy cómodamente de la nada.
Por otro lado, esta creciente corrupción alrededor del presidencialismo latinoamericano está yendo de la mano con cada vez más frecuentes ataques a la prensa, que son los únicos que pueden denunciarlos. En Venezuela, las cadenas de televisión y de radio están siendo atacadas abiertamente por el Gobierno desde hace un buen tiempo. Mientras que, en Ecuador y en Bolivia, es evidente el clima de censura. En Argentina se está debatiendo una Ley de Medios para que el Estado, en la práctica, los controle vía accionariado. En nuestro país, la fallida 'Ley Mordaza’ fue otro ejemplo de esta tendencia regional a intentar silenciar medios.

Incluso, la orden dictada ayer por el presidente Correa en contra del programa de Laura Bozzo, al margen de su contenido, es otro ejemplo de prepotente censura. Mañana Correa también decidirá que es 'basura’ algún programa que denuncia los negociados de su hermano y lo sacará del aire. Justamente esto ocurre en Ecuador cuando en nuestro país se está dando marcha atrás en la anunciada reforma del canal del Estado. El directorio compuesto por independientes nunca fue nombrado ya que el partido de gobierno no quiere perder el control de un medio por el cual pagamos todos los peruanos.

PERU 21

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