31.8.09

Policía a la deriva

Que la Policía se encuentra en situación crítica no es, lamentablemente, noticia. Esta institución se ha venido deteriorando en los últimos 30 años, empezando con la marginación de la que fue objeto durante el gobierno de Velasco –que llevó a la huelga y saqueos de febrero del 75–. Luego vino la reforma policial durante el primer gobierno de García, que fue un desastre y solo sirvió para promover allegados. Finalmente, los últimos 10 años se ha variado totalmente de política con una frecuencia casi semestral, al cambiarse continuamente de ministros en esa cartera.

Como consecuencia de ello, la fuerza policial el día de hoy difícilmente podría ser peor y los resultados son desastrosos en lo que respecta tanto al aumento de la delincuencia, como a la desconfianza que genera en la población. Ayer publicamos una encuesta que arroja que el 91% de limeños vive en inseguridad, y más de la mitad considera que la Policía no es honrada ni eficiente. En realidad, ya no recordamos cuál fue el último ministro del Interior con una buena gestión, pues todos salen con escándalo y ninguno logra mayor avance en el sector.

En estas circunstancias es difícil esperar que se puedan implementar estrategias de largo plazo, como la policía vecinal –que ha sido tan exitosa en otros países–, cuando ni siquiera pueden comprar gasolina sin caer en corruptela. El problema claramente está en la cabeza y mientras no se renueve radicalmente a un cuerpo de oficiales generales que son evidentemente incompetentes, la Policía seguirá a la deriva.

Incluso la evidencia que hemos venido publicando sobre lo ocurrido en Bagua refuerza esta última aseveración. Los generales a cargo decidieron iniciar el operativo pese a que no estaban adecuadamente preparados. Asimismo, se apresuraron sin esperar los refuerzos del Ejército que estaban en camino, y para colmo ya se habría acordado, en principio, que el día que se efectuó el trágico desalojo se iniciaría el despeje pacífico de la Curva del Diablo por parte de los nativos.

Es decir, por donde se vea, la dirección de la operación sufrió de una gran negligencia. Solo queda determinar si los errores que se cometieron fueron por incompetencia o se debieron a la debilidad institucional que no puede oponerse a la presión política. Esperemos que el informe del 'Baguazo’ aclare quiénes fueron los responsables.

PERU 21

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