29.8.09

Unasur y gas

Observo la reunión de la Unasur y no me queda más que lamentar el mediocre nivel de nuestros presidentes.

Del simio militarista de Caracas ni siquiera vale la pena hablar. Evo y la Kirchner dan vergüenza ajena, son muy cagones. ¡De lejos los peores de la reunión! A Evo ya lo conocemos y sabemos que es el producto de una oclocracia manejada por la inmensa barriada de El Alto, pero sorprende cómo un país que supuestamente es el más culto del área tiene a esa vacía cabeza palabrera como presidenta. Es sólo un poquito mejor que la extremadamente penosa "Isabelita" Perón, su antecesora en el cargo. Y la Bachelet es una mediana maestrita de provincias, mientras que Lula es un astuto obrero simplón. Correa no es bruto, pero está muy enceguecido y cae en la verborrea. Y el paraguayo Lugo no existe. ¡Estaría pensando en mujeres!

Sorpréndanse y acúsenme de "sobón" para descalificarme, pero García fue de lejos el mejor en exponer, seguido por el siempre calmado y coherente Uribe. Vean otra vez el encuentro, y si son fríamente objetivos y no llevados por antipatías, me darán la razón.

- En principio, no parece malo este primer arreglo sobre el gas. Muchos entienden que "renegociación" es simplemente patear el tablero y mandar al tacho los contratos, sin tomar en cuenta que eso nos acarrearía carísimos juicios en el exterior (que perderíamos, porque simplemente nos ordenarían cumplir lo acordado) y que una de las dos partes no puede cambiar lo pactado sin el asentimiento de la otra. Eso generaría que las exploraciones se detengan, como en Bolivia, cuando lo que precisamente nos conviene es que éstas se intensifiquen. Todas las fuentes coinciden en que hay muchísimo más gas allí y que es cuestión de seguir perforando.

De otro lado, la situación no es estática y de aquí a cinco años tal vez exportar se vuelva un gran negocio. Quién sabe qué sucederá con una materia prima en ese lapso. Y sin ánimo de defender a nadie, cuando se acordó la exportación años atrás no había otra manera de estimular la explotación en esos momentos, dado que no había mercado interno. Nadie se imaginaba esta explosión local en el consumo, ya que ahora estamos sobrepasando lo planificado para el año 2016, pues la industria, la electricidad y los autos han migrado aceleradamente. Ojo que mucho de esto se debe a que el ministro Valdivia acordó congelar el precio del gas seco a un monto muy bajo con Pluspetrol hasta dentro de algunos años y eso incentivó el consumo, generando una distorsión frente a las hidroeléctricas. Por eso el ducto se hizo tan angosto.

Y muchos de los críticos de ahora, la mayoría ex altos funcionarios públicos, eran rabiosos proexportadores en aquellos años. Varios han cambiado mucho. Es que no había otra manera de empujar el tema en esos años y todos somos sabios después de que acabó el partido. También ya existe una carta de compromiso de Repsol para no exportar a Chile, tal como lo reveló El Comercio ayer, así que no hay por qué ponerse a hacer patrioterismo. La exportación va a México y al hemisferio norte únicamente.

Sólo quedan dos lagunas en este primer acuerdo: la primera es cómo se va a abastecer al gasoducto del sur, y la segunda, cómo evitar distorsiones en las tarifas si parte del gas sale a precios bajos congelados y parte a precios de mercado. El primer punto puede ser políticamente explosivo, pues ya sabemos cómo son de violentos y apasionados en nuestro sur andino, así que a solucionar eso pronto.


CORREO

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