EL MEDIO NO ES LO MÁS IMPORTANTE
Por: Lic Silvia M Q de Lira Periodista
En 1774, el escritor, estadista, filósofo y parlamentario de origen angloirlandés Edmund Burke sentenció, mientras señalaba el palco de la prensa: “Hay tres poderes en el Parlamento. Pero allí, en la galería de los periodistas está el cuarto poder, el más importante de todos”.
Burke no imaginó que siglos más tarde se encendería un encarnizado debate de si la prensa sigue siendo el cuarto poder del Estado o si estamos frente al nacimiento de un quinto poder representado por los nuevos medios de comunicación cuyo objetivo es periodístico (especialmente los weblogs, bitácoras electrónicas) y cuyo impacto en la autopista de la información no deja de sorprendernos.
Los defensores del quinto poder señalan que la audiencia es la que determina cuáles son los temas de su interés y sobre los cuales se construye finalmente la agenda informativa, razón por la cual aquellos que se consideraban de exclusividad de los medios tradicionales ya no lo son (la cobertura de la guerra de Iraq en 1998, los atentados contra las Torres Gemelas del 11 de setiembre del 2001 y del 11 de marzo del 2004 en la estación de Atocha, España, solo para citar unos ejemplos). Pero también ocurre que temas pertenecientes al ciberespacio empezaron a ser de interés general de los noticieros y periódicos.
Los off line (seguidores de la prensa escrita) arguyen a su favor que, a diferencia de los on line, ellos sí generan con sus lectores una relación de pertenencia sustentada en los contratos de lectura que el receptor suscribe con el periódico cuando este reconoce la verosimilitud en el discurso periodístico, transparencia en la construcción de la noticia, rigor, verificación y empatía con la manera que el diario es presentado a sus lectores (propuesta informativa y concepto visual), principio que se rompe cuando una de las partes no cumple con lo acordado.
En su defensa los on line señalan que el principio de vinculación de la web está sustentado al igual que en el papel en la práctica de valores como la veracidad, rigor, transparencia y afinidad en el discurso y que el incumplimiento de cualquiera de ellos trae como consecuencia la sustitución de un proveedor de contenidos por otro.
El origen de los blogs o bitácoras electrónicas tal cual se conocen podrían remontarse al siglo XVII cuando los propietarios de los establecimientos “publicans” en Estados Unidos e Inglaterra animaban a los viajeros a registrar a puño y letra en los cuadernos ubicados en las barras lo que habían visto y oído durante su viaje.
Con la Internet los registros manuales dejaron de ser locales para globalizarse y, más importante aun, el ciudadano ha logrado recuperar la facultad (ya existente en los orígenes del periodismo) de producir y consumir información.
Animo a los polemistas de uno y otro lado a centrar el debate no en la superioridad de uno u otro medio sino en la calidad (uso de conocimientos técnicos y responsabilidad en el manejo de la información) de los contenidos que le ofrecen a su audiencia (presencial y virtual), el SABER, SABER HACER y SABER SER; de lo contrario terminarán escribiendo para ellos mismos.
EL COMERCIO
Por: Lic Silvia M Q de Lira Periodista
En 1774, el escritor, estadista, filósofo y parlamentario de origen angloirlandés Edmund Burke sentenció, mientras señalaba el palco de la prensa: “Hay tres poderes en el Parlamento. Pero allí, en la galería de los periodistas está el cuarto poder, el más importante de todos”.
Burke no imaginó que siglos más tarde se encendería un encarnizado debate de si la prensa sigue siendo el cuarto poder del Estado o si estamos frente al nacimiento de un quinto poder representado por los nuevos medios de comunicación cuyo objetivo es periodístico (especialmente los weblogs, bitácoras electrónicas) y cuyo impacto en la autopista de la información no deja de sorprendernos.
Los defensores del quinto poder señalan que la audiencia es la que determina cuáles son los temas de su interés y sobre los cuales se construye finalmente la agenda informativa, razón por la cual aquellos que se consideraban de exclusividad de los medios tradicionales ya no lo son (la cobertura de la guerra de Iraq en 1998, los atentados contra las Torres Gemelas del 11 de setiembre del 2001 y del 11 de marzo del 2004 en la estación de Atocha, España, solo para citar unos ejemplos). Pero también ocurre que temas pertenecientes al ciberespacio empezaron a ser de interés general de los noticieros y periódicos.
Los off line (seguidores de la prensa escrita) arguyen a su favor que, a diferencia de los on line, ellos sí generan con sus lectores una relación de pertenencia sustentada en los contratos de lectura que el receptor suscribe con el periódico cuando este reconoce la verosimilitud en el discurso periodístico, transparencia en la construcción de la noticia, rigor, verificación y empatía con la manera que el diario es presentado a sus lectores (propuesta informativa y concepto visual), principio que se rompe cuando una de las partes no cumple con lo acordado.
En su defensa los on line señalan que el principio de vinculación de la web está sustentado al igual que en el papel en la práctica de valores como la veracidad, rigor, transparencia y afinidad en el discurso y que el incumplimiento de cualquiera de ellos trae como consecuencia la sustitución de un proveedor de contenidos por otro.
El origen de los blogs o bitácoras electrónicas tal cual se conocen podrían remontarse al siglo XVII cuando los propietarios de los establecimientos “publicans” en Estados Unidos e Inglaterra animaban a los viajeros a registrar a puño y letra en los cuadernos ubicados en las barras lo que habían visto y oído durante su viaje.
Con la Internet los registros manuales dejaron de ser locales para globalizarse y, más importante aun, el ciudadano ha logrado recuperar la facultad (ya existente en los orígenes del periodismo) de producir y consumir información.
Animo a los polemistas de uno y otro lado a centrar el debate no en la superioridad de uno u otro medio sino en la calidad (uso de conocimientos técnicos y responsabilidad en el manejo de la información) de los contenidos que le ofrecen a su audiencia (presencial y virtual), el SABER, SABER HACER y SABER SER; de lo contrario terminarán escribiendo para ellos mismos.
EL COMERCIO
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