31.8.09

Mirada a provincias

Un enterado observador que viaja mucho por provincias me decía que las empresas privadas cometían un tremendo error al buscar asumir ellos labores estatales con el argumento de que el Estado es muy lento y la empresa privada mucho más rápida para ejecutar (lo que a menudo también es un mito inflado. En la vida me he cruzado con cada empresa privada lentísima para tomar decisiones).

Según mi amigo, lo que va a suceder es que ahora la presión popular manipulada por agitadores va a caer directamente sobre las acobardadas empresas privadas, que no tienen la fortaleza del Estado para soportar los chantajes y las violencias de estos violentistas, citándome el reciente ejemplo de Yuncán. Para mi interlocutor, lo que ha ocurrido allí es una gran corruptela, porque al final se va a gastar el dinero del fideicomiso en fertilizantes en lugar de obras.

Pero aun, mi fuente sospecha que detrás de esto hay unos dirigentes pendejos que, tras provocar todo el despelote con demagogia, van a comprarle los fertilizantes a los campesinos a precios de remate -porque éstos prefieren tener efectivo para gastos inmediatos o simplemente para emborracharse- y revenderlos haciendo pingües ganancias. Me reta incluso a confirmar esto el próximo año con un análisis para verificar si la cosecha fue mucho mejor este año. Me apuesta "doblecontransencillo" que no. Para él, detrás de todo disturbio provinciano no sólo hay politiquería radical, sino también grandes negocios (el "Baguazo" se lo atribuye a los traficantes de madera, junto a las ONG que viven del cuento de provocar laberintos).

También me comentaba que él había detectado que el fujimorismo en provincias solía ser particularmente fuerte en zonas de mucha actividad comercial, como Juliaca, Huánuco o Huancayo (y tal vez Chiclayo), pues los emergentes mercaderes provincianos son un fenómeno de los 90 tras el fin de la inflación.

En cambio, el humalismo es fuerte en zonas fronterizas, aunque sean comerciales, donde hay reservistas que son elementos jóvenes a menudo desempleados y chauvinistas.

Y me confirma que los elementos más radicales suelen generarse alrededor de las universidades provincianas, que suelen ser fábricas de gente mal preparada y muy resentida por la ideologización, que lamentablemente el marxismo violentista aún no se ha erradicado totalmente de la currícula universitaria provinciana. Es que no hubiera existido Sendero Luminoso de no ser por esa nefasta Universidad de Huamanga, que más generó cuadros extremistas en lugar de profesionales calificados. En eso se gastan los impuestos. Esta agitación urbana también es estimulada por los maestros que siguen las corrientes más lunáticas del SUTEP. Allí habría que hacer alguna limpieza, pues no sólo son pésimos profesores sino encima unos matones callejeros.

Finalmente, me comentaba que otro problema es que la retórica en provincias supera a los propósitos en radicalismo, que no son tan extremistas como suenan, pero que lamentablemente eso atiza más las pasiones. Básicamente, lo que quieren es obras y reconocimiento (así como negociados y llegar a ser congresistas).


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