31.8.09

Las bases en Colombia

¿DE LA GUERRA FRÍA AL CONFLICTO ARMADO?

Por: Francisco Belaunde M Abogado

Sin duda, las escaramuzas verbales entre el Perú, Bolivia y Chile llaman la atención. Nuestro vecino del sur está obviamente sorprendido e irritado de que, a estas alturas, los fantasmas de la Guerra del Pacífico todavía toquen a su puerta. A veces la historia es muy terca y tiene su propia lógica, independientemente de todos los cálculos y deseos. Sin embargo, el hecho es que hay cauces jurídicos —jurisdiccional por un lado y el de la negociación, por el otro— para llevar a buen puerto los desacuerdos en torno a las reivindicaciones territoriales existentes. El único factor realmente inquietante sería, en todo caso, el frenesí armamentístico chileno. En cambio, el motivo de preocupación para la paz en nuestro continente es, evidentemente, el conflicto ideológico en curso, que podría tener una traducción militar. El régimen de Hugo Chávez tiene en ello un papel protagónico por su propensión a la injerencia en los asuntos internos de otros países. Así, en lo que se refiere a Colombia, cada cierto tiempo aparecen indicios de apoyo chavista a las FARC. Por otro lado, el mandatario venezolano acaba de anunciar acciones para hacer llegar su mensaje a la población del país vecino. Tal intervencionismo, podría constituir, en sí mismo, un motivo para una guerra.

Lo más inquietante es la manera en que Chávez podría actuar, no solo al sentirse acorralado por las evidencias en su contra en cuanto a su conducta respecto del país vecino, sino también ante sus problemas en el frente interno, en particular por el giro cada vez más abiertamente dictatorial de su gobierno. La tentación de la fuga hacia delante puede ser fuerte en estos casos, sobre todo en alguien de quien es difícil decir que constituye un ejemplo de ecuanimidad. Además, las escenografías y poses guerreras pueden terminar saliéndose de control.

El anuncio de la futura utilización de siete bases militares colombianas por Estados Unidos, para ayudar en la lucha contra el narcotráfico y el terrorismo, puede generar incomodidad, como de hecho se ha dado, en varios gobiernos del continente, entre ellos el del presidente Lula de Brasil, pero si ha acrecentado los temores de un capítulo bélico es debido, precisamente, al clima de enfrentamiento ideológico.

De todos modos, más allá de las bravuconadas, las posibilidades de una guerra abierta parecen remotas. La cordura tiene buenos restos y el sentido de la realidad debería terminar imponiéndose a las fantasías guerreras, más aun si países, como Brasil, que están muy por encima del pleito ideológico juegan un papel apaciguador.


EL COMERCIO

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