29.4.09

Copenhague

En diciembre de 2009 se realizará, después de quince años, otra Cumbre de la Tierra. La sede será esta vez la ciudad de Copenhague (Dinamarca). Esta reunión es de gran importancia para todas las naciones, en particular para nuestro país porque es uno de los golpeados por el efecto invernadero.


Con este propósito y en relación con los preparativos para cita tan fundamental, el Ministerio del Ambiente, la Embajada Británica, el PNUD y la BBC de Londres realizaron ayer la “Conferencia sobre el acuerdo internacional para enfrentar el cambio climático y sus impactos económicos”, que contó con una sesión especial de inclusión de la prensa sobre los objetivos para reducir la emisión de carbono.

En virtud de este encuentro, pensamos que es menester que todas las instituciones y los ciudadanos reflexionen y actúen para llegar más lejos de aquello que planteó el Convenio de Kyoto, el mismo que ha debido enfrentar una serie de escollos muchas veces insalvables. Sin embargo, actualmente resulta más evidente que antes darnos cuenta que el aumento de la temperatura de la Tierra tiene un correlato negativo sobre la economía. Las sequías, inundaciones, deshielos de glaciares, heladas, deforestaciones de bosques, etc., disminuyen la productividad de la tierra. Basta citar, a la rápida, la forma como se ha resentido el turismo en el nevado de Pastoruri (Áncash), perdiendo aquella población que vivía del turismo, además del daño ecológico que representa ver año tras año disminuir su belleza uno de los principales atractivos de la Cordillera Blanca. Así como este caso tenemos diversas vulnerabilidades en materia de bosques y del uso del agua.

Pero hay otra razón para apoyar la Cumbre de Copenhague, y es que al año siguiente, 2010, el Perú será sede de la reunión de seguimiento de los acuerdos que se adopten en diciembre de este año en la ciudad danesa. Tampoco olvidemos que en la cita de ALC-UE (mayo de 2008), de la cual el Perú fue el anfitrión, uno de los puntos de agenda fue el cambio climático, y sobre el particular nuestra Cancillería propuso hacer el monitoreo del cumplimiento de los compromisos suscritos entonces. De manera que nuestro país está obligado a preparar una agenda especial que permita abrir el debate –y a retroalimentarlo– a fin de que nuestros representantes lleven planteamientos maduros, coherentes y firmes.

Valgan verdades, todavía no estamos trabajando rigurosamente en temas como la necesidad de adaptación de nuestro país al cambio climático o sobre la mitigación de los efectos de la emisión de carbono. Para ello son necesarias decisiones claras, no solo implementadas desde el Ministerio del Ambiente sino también por los gobiernos regionales y locales. Está sobreentendido que también debe haber un cambio de mentalidad en el seno de la prensa. Pero hay otros espacios donde se ignoran estos problemas, como en los partidos políticos que guardan un silencio clamoroso, a pesar de las amenazas de contaminación contra la humanidad. Pero en medio de esta preocupación, quizá en lo inmediato sirva de paradigma el hecho que recientemente el Reino Unido se ha constituido en el primer país del mundo en adoptar un “marco legal obligatorio para reducir a largo plazo las emisiones de efecto invernadero”. Sin duda es esta una antesala proactiva formulada por las autoridades británicas de cara a la cita de Copenhague y que nuestro país debería emular.


EXPRESO

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