26.4.09

José Domingo alborota a San Pedro

"Mi amor es mi peso; por él soy llevado a dondequiera que soy llevado", así sostenía la amistad San Agustín.

Esta misma frase podría aplicarse a José Domingo Choquehuanca Borda, un hombre que en base a la amistad logró casi todo en su vida.

Allí está, por ejemplo, el Parque Industrial Artesanal de Pequeños Industriales y Mecánicos (APIMA), pioneros en destacar el esfuerzo de lo que más adelante serían las Pyme.

Por vez primera se logró vencer la dispersión de los pobres para asociarlos y hacerlos más competitivos, hoy Apima es un centro floreciente de empresarios modelos, atrás quedaron las penurias de sus inicios con calles polvorientas y sin seguridad.

Lamentablemente esta experiencia ha sido replicada tímidamente, cuando en tiempo de crisis es la fórmula ideal.

En el campo social, es necesario destacar la creación de la Asociación de Urbanizaciones Populares de Arequipa (Aupa), un ejemplo para mejorar la calidad de vida y reivindicar el esfuerzo de sus pobladores.

En Aupa nacieron las "jornadas comunitarias dominicales". Allí donde los varones con pico y lampa abrían las zanjas para el agua potable y desagüe, las damas se encargaban del refresco y los alimentos. Los jóvenes también tenían su cuota de responsabilidad en las famosas kermeses animadas, por supuesto, por "simpáticas damitas del lugar".

Así se forjaron los pueblos jóvenes de antes y que hoy son verdaderas urbanizaciones casi en el centro de la ciudad.

Debemos recordar que en la década de los 60, después de los 2 terremotos que azotaron Arequipa, la ciudad terminaba en el parque Mayta Cápac en Miraflores; unos años antes el aeropuerto estaba en los hoy terrenos de la Gran Unidad Escolar Mariano Melgar; ir hasta Paucarpata (tradicional) era como salir de paseo; en Cayma, las casas era contadas fuera de su plaza principal. Arequipa entonces era pequeña.

Sin embargo, la obra de José Domingo no se circunscribe a estos dos ejemplos. Es difícil enumerar todas.

En su juventud fue integrante del Cuerpo de Paz de Estados Unidos, creado por John F. Kennedy, quien lo invitó al país del norte para brindar charlas y testimonio de su trabajo en Arequipa.

A su regreso, José Domingo impulsa la construcción de una gran vía, que años después sería la avenida Kennedy.

José Domingo incursionó en todo. Como filántropo albergó al fundador de la Universidad Católica Santa María en sus horas difíciles, inculcaba a sus obreros a ser responsables, puntuales y aseados, esa prédica la hacía con el ejemplo; así, con medio siglo encima empieza a estudiar y concluye la carrera de Historia en la Universidad Nacional de San Agustín.

En tiempos recientes, la Cámara Pyme, el parque industrial de Taparachi (Juliaca), son algunas de las acciones que continuaba, siempre pensando en elevar la calidad de vida de las personas y lograr prosperidad.

"Si escribes algo de José Domingo, no olvides comentar que muchos (cientos) de sus ahijados son hoy prósperos empresarios", nos dijo un conocido, que prefirió mantenerse en el anonimato, aunque lamentó que la mayoría se han portado con ingratitud.

Hoy, José Domingo ya está en el cielo, se encontró con su amigo Juan Pablo II y apenas llegó viene alborotando a San Pedro, porque José Domingo era incansable y perseverante, ya tiene en mente una jornada dominical en la periferia del cielo para abrir más zanjas de amistad, tiene tiempo para organizar a los pequeños empresarios para fundar las Pyme de paz y luchar contra la pobreza.


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