25.4.09

Los guerreros

A fines de los setentas se estrenó una excelente película que relataba el violento viaje de retorno a su vecindario de 'Los Guerreros’, una pandilla juvenil que tenía que atravesar, para ello, una ciudad parcelada en pequeños feudos dominados, cada uno, por diferentes bandas. Esa perturbadora ficción de Nueva York asediada por pandillas se está reproduciendo gradualmente en Lima, aunque, en nuestro caso, es una alarmante realidad.

De acuerdo con la información policial, el número de integrantes de pandillas limeñas habría aumentado 8% en solo un año, y hay distritos, como Chorrillos, en donde la rápida proliferación de ellas ha adquirido tales proporciones, que los vecinos viven literalmente sitiados. Estas pandillas han dejado de ser grupos de 'palomillas’ de barrio, o de hinchas de algún equipo, para convertirse en bandas delictivas. Cada vez es más frecuente saber de enfrentamientos a balazos entre pandilleros que buscan el control criminal de un vecindario, pese a que la mayoría de ellos aún son adolescentes. Se estima que existen más de 400 pandillas en Lima; por tanto, este problema lo sufren prácticamente todas las zonas en la ciudad.

Si bien este tema podría ser considerado por algunos como uno más dentro de los múltiples problemas que tenemos que afrontar en la deplorable situación de inseguridad ciudadana en la que habitamos, la trágica experiencia de países como Honduras o El Salvador nos demuestra que, si no se actúa rápido, el pandillaje juvenil se podría esparcir con mucha facilidad, pues los jóvenes (niños en realidad) que reclutan son excesivamente influenciables. En dichos países, las pandillas han adquirido una magnitud tal, que se han convertido en uno de los principales problemas nacionales.

Por ello, sería urgente adoptar una estrategia para combatir esta delincuencia, la cual debe contemplar políticas de fomento al empleo juvenil, con cambios a la actual y rígida legislación laboral y con medidas de apoyo al empleador. Asimismo, se debe mejorar la capacidad de acción de la fuerza policial. En ese sentido, se debe contar con unidades especializadas y se debe reducir la edad para poder sancionar penalmente a los adolescentes que cometan un delito. Pero lo más importante es desarrollar políticas vecinales, tanto a nivel policial como social, para acercarse a los jóvenes desde temprana edad, antes de que caigan en una vida criminal.


peru21

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