30.4.09

Puercos capitalistas

La Organización Mundial de la Salud ha elevado a la fase 5 el nivel de alerta por la gripe porcina. La Humanidad se encuentra a las puertas de una pandemia y la cosa no está para bromas. En este diario, como le consta a los lectores, tratamos los primeros días de darle un tratamiento noticioso lo más mesurado posible al asunto, mucho más que el de otros medios que se consideran “serios” y sin embargo publicaron titulares y fotos alarmistas. Pero cuando una funcionaria de alto rango de la OMS, organismo que se caracteriza por su comedimiento, habla de la manera que lo hizo este miércoles Margaret Chan, es un deber noticioso, sin caer en alarmismos, destacar el hecho.
Como aquí no somos mezquinos y damos crédito a quien corresponde, por más crítico que sea respecto a nuestra línea editorial en ciertos temas, queremos señalar que la más completa y didáctica información al respecto la hemos encontrado en el blog Gran Combo Club de Silvio Rendón. Ayer, esta bitácora colocó un artículo escrito por Miguel Madariaga que recomendamos leer con detenimiento (http://grancomboclub.com/2009/04/mitos-y-realidades-de-la-fiebre-porcina-h1n1.html). Es más, las autoridades del Ministerio de Salud deberían imprimirlo y distribuirlo gratuitamente a la población para que esté adecuadamente informada.

De ese artículo –insistimos, de lectura obligatoria– queremos rescatar dos ángulos. Uno debido a que escuchamos ayer a lo largo del día numerosos comentarios de personas que se supone ilustradas, según las cuales la gripe porcina es una obra de bioterrorismo. Al respecto, Madariaga puntualiza que eso no es posible, por varias razones:


- Aunque un virus “artificial” puede ser creado requeriría extensos conocimientos de genética y sofisticados laboratorios.

- El ataque terrorista se produciría en una sola (o unas pocas localizaciones) y no de forma simultánea en tantos países como está ocurriendo.

- Sería difícil aerosolizar cantidades suficientes de virus para causar una epidemia, al punto que el CDC (sigla en inglés del Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades), no considera a la gripe en su lista de armas biológicas.

El otro ángulo entra ya al terreno habitual en el que suele discurrir esta columna: la política. Da vergüenza en cara ajena comprobar a qué grado de delirio puede llevar el fanatismo de ciertos medios y columnistas que culpan de todos los males del mundo a Estados Unidos y a la economía de mercado. En uno de ellos se afirma, con total seriedad, que la gripe porcina tiene su origen en la codicia de una gigantesca transnacional norteamericana, situada en el estado mexicano de Veracruz, dedicada a la crianza de cerdos (de paso, Madariaga dixit, ”la gripe porcina se transmite por contacto con aerosoles, es decir gotitas suspendidas en el aire cuando uno tose, estornuda o habla, o por contacto directo, al tocar con las manos superficies contaminadas con secreciones. Comer carne de chancho no transmite la influenza porcina”).

O sea, los puercos capitalistas han provocado la epidemia de fiebre porcina ¡Y lo ponen en primera plana! Como decía Einstein, “solo dos cosas son infinitas: el universo y la estupidez humana, y no estoy tan seguro respecto al universo”.


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LA RAZON

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