29.4.09

El virus de la codicia

La gripe porcina ataca al mundo. Estados Unidos, con 65 casos, es el país con el mayor número de pacientes. México le sigue, con 26 casos (y 25 muertos, es decir, casi el total de contagiados, aunque hay otras cifras, y también 152 muertes sospechosas).

En Nueva Zelanda, Reino Unido, España se han dado casos aislados.

Así, lo que parecía sólo una epidemia: una enfermedad que se propaga por algún tiempo en un solo país, está a punto de convertirse en pandemia, o sea enfermedad epidémica que se extiende a varios países.

El mal es grave; pero casi tan grave como aquél es su origen. Como lo revela un informe que publicamos en esta edición, la sobreexplotación en granjas porcinas ha fomentado el virus.

La enorme concentración de cerdos (hasta seis mil por granja) crea, indican los especialistas, condiciones para una intensa mezcla de patógenos. El dato agrega que esa densidad junta también 75 mil pollos en una granja, con los riesgos consiguientes.

En la prensa mexicana se sitúa el origen en una filial de la transnacional Smithfield, en el estado mexicano de Veracruz. Es aquella una empresa que desoyó advertencias de científicos.

En el centro de las averiguaciones se sitúa el Pew Research Center (el Centro Pew de Investigaciones), cuyo nombre completo es Pew Research Center for the People and the Press (= para el público y la prensa). Es una entidad de prestigio mundial, cuyos estudios son acogidos por investigadores de diversos campos, sobre todo el periodístico.

Una comisión seleccionada por el Pew Research Center había alertado el año pasado sobre lo peligroso que era el hacinamiento de cerdos, que hacía posible la aparición de “nuevos virus por episodios de mutación o de recombinación que podrían generar virus más eficientes en la transmisión entre humanos”.

Esto es, precisamente, lo que ha ocurrido, según los organismos de salud internacionales.

Señala el informe que las transnacionales Smithfield (cerdos y vacunos) y Tyson (pollos) sabotearon la investigación.

Una vez más, la codicia se enfrentó a la vida humana. “Primero los dólares que la gente”, es lema tácito de eso que el Papa Juan XXIII llamó capitalismo salvaje.

Ironía cruel es que el país más castigado por el mal sea el de las transnacionales irresponsables: Estados Unidos. Tan seria es allí la situación, que el presidente Barack Obama ha pedido al Congreso un aumento presupuestario de 1,500 millones de dólares, a fin de combatir el peligro.

La afección exige más; exige una acción mundial concertada, en particular en América, sede de la tragedia.

La pandemia puede ser refrenada. Es necesario, por eso, no dejarse ganar por el pánico, mas es igualmente urgente una campaña de educación y difusión sanitaria. Los medios de comunicación tenemos allí una cita con el deber.


la primera

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