29.4.09

Descentralización responsable

Las crisis son oportunidades tanto para las personas como para los países. El nuestro es uno de los que mejores defensas posee para hacer frente al virus de la recesión. Ante esta evidencia, no podemos quedarnos intimidados por mucho tiempo esperando qué está por llegar, y menos paralizados por saber cuál es la profundidad del bache económico mundial. Por otro lado, está bien que el presidente de la República ordene a las autoridades regionales y locales a “trabajar por el país” agilizando y ejecutando proyectos. Pero al mismo tiempo es conveniente pedirle al Ejecutivo que, igualmente, muestre mayor decisión –y hasta audacia– a la hora de darle sostenibilidad al desarrollo nacional.

Estamos de acuerdo con el entusiasmo presidencial, es muy loable. Sin embargo, pensamos que ese optimismo también debería servir para apoyar planes avanzados en materia de reforma del Estado existentes en la propia Presidencia del Consejo de Ministros (PCM), y que están siendo detenidos por el MEF, como por ejemplo en lo que toca a la descentralización fiscal. Si desde Palacio se pide que los presidentes regionales y alcaldes aceleren los proyectos de inversión y las obras que tienen diseñados en sus despachos, entonces es necesario dar pasos concretos para que los propios gobernantes y las poblaciones de la costa, sierra y selva cuenten con las herramientas presupuestales que les permitan decidir y administrar mejor sobre sus recursos económicos y su futuro.

Veamos algunos temas irresueltos todavía. Hasta ahora no sabemos exactamente cuánto es el monto del Impuesto a la Renta, del Impuesto General a las Ventas o del Impuesto Selectivo al Consumo, entre otros, que salen directamente de cada economía regional o local sin retornar en la forma de proyectos u obras públicas. Este tema es necesario estudiarlo y orientarlo adecuadamente si queremos que haya un adecuado uso y distribución de los fondos del Estado, los cuales deberían servir para ayudar a los pueblos más atrasados gracias al destino de los excedentes provenientes de las localidades más prósperas. Quizá más de uno diga que eso es lo que actualmente se hace. No obstante, tal afirmación no es del todo cierta.

Entonces de lo que se trata es de avanzar más en la descentralización fiscal. Por supuesto que siempre habrá funcionarios de la capital que se resistirán a entregarles a las autoridades del interior del país determinadas autonomías, a pesar de las competencias políticas que ya poseen, y eso se debe a que al mismo tiempo se tiene que obligar a los gobernantes regionales y municipales para que se preocupen de contar entre sus equipos con los técnicos más calificados del medio, a fin de que éstos ayuden a concretar gestiones públicas basadas en la eficiencia y en la productividad administrativa. He aquí un nudo gordiano que hay que desatar, o cortar llegado el caso, si es que sinceramente buscamos relanzar al país, sobre todo en una coyuntura donde los efectos de la crisis comienzan a golpear a diversos sectores de la producción de bienes y servicios. En ese sentido, no sólo se debe pedir actuar más rápido sino de manera más coordinada y planificada, y sin olvidar dar los pasos firmes en las tareas inconclusas relacionadas con la reforma del Estado.


EXPRESO

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