19.4.09

Que el bache no se convierta en un hueco

Nuestra misión es lograr la satisfacción de nuestros lectores, por lo que siempre escuchamos y atendemos sus reproches. Sin embargo, algunas críticas de los últimos días han reflejado tal intolerancia ante las diversas opiniones que hemos publicado que, antes que llevarnos a rectificaciones, más bien nos ha reafirmado que estamos en el camino adecuado. El pluralismo es la fortaleza de un buen diario y por ello seguiremos dando tribuna a todas las tendencias, así como diciendo las cosas de manera directa.

Esto último es fundamental en lo que respecta a la economía ya que siempre existirán quienes se escudan en decir que cualquier alarma es exagerada. Pero el hecho real es que la economía peruana se está desacelerando muy rápido, incluso, al paso que vamos, no estamos muy lejos de caer en recesión si no se hace algo. Así, tenemos que el crecimiento del mes de diciembre fue decepcionante, el de enero fue peor que lo esperado y el de febrero fue un desastre. No debemos cerrar los ojos ante la evidente tendencia y, si no la revertimos, corremos el riesgo de que el “bache” en el que nos encontramos se convierta en un profundo agujero.

Por otro lado, si bien el equivocado enfriamiento y la demora en reaccionar de la anterior gestión ministerial han sido ampliamente comentados, la actual gestión ya tiene tres meses a cargo y, sin embargo, aún sigue trabado el gasto. Parece que el entusiasmo inicial por acelerar la ejecución de la inversión se ha estancado en el usual pantano burocrático. También hay un exceso de protagonistas en el tema; cada reunión de la comisión de crisis parece una plenaria y no se avanza.

Asimismo, pese a que el mayor impacto de la crisis se da en el colapso en los precios de exportación, poco se ha hecho para mejorar la competitividad de las empresas a fin de permitirles mantener mercados.
Incluso, el Gobierno ha depositado toda su esperanza en que el aumento del gasto público se convierta en el generador del crecimiento y no ha hecho esfuerzo por apoyar al sector privado. Sin embargo, el ser tan dependiente en lo que pueda hacer el sector público es altamente arriesgado dada la reconocida ineficiencia del Estado. Por ello lo lógico sería complementar el programa con medidas tributarias, arancelarias, laborales, entre otras, para que las empresas puedan seguir creciendo e invirtiendo. El sector privado fue el motor del alto crecimiento de los últimos años, sería absurdo dejarlos de lado.

Finalmente, así como una sociedad no puede descender a la intolerancia, una economía no puede ser dirigida con complacencia. Desde la quiebra de Lehman, hace seis meses, algunos repiten hasta el hartazgo que la cosa está bien y seremos el país que más crezca en la región. El problema está en que, cuando empezaron hablar, el crecimiento iba a ser más de 6%, pero ya estamos en 3% y bajando. No entiendo qué está esperando el Gobierno para hacer algo.

PERU 21

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