En ocasiones, este columnista tiene la sensación de que la política ha sido arrumbada al cuarto de los trastos inútiles. Sucede cuando visita la sección de noticias más vistas y comentadas de las páginas web de algunas radios y también las de diarios de la competencia. Ayer, por ejemplo, las más leídas de RPP eran “Fotos de Rihanna desnudas” (¿Ri qué?) ; “En el Día de la Madre, Denise Jonas decide engreír a sus famosos hijos” (¿quién diablos es Denise Jonas?); “Niurka Marcos besa y le da una bofetada a Jaime Bayly” (bueno, a Bayly lo conocemos, pero Niurka Marcos...) y así por el estilo. En la web de un diario, compacto como el nuestro (lo de tabloide es para aquellos que muestran abundante sangre y traseros en sus portadas) encabezaba la lista “Taxista del desarmador asaltó a 50 mujeres”.
Y uno, que se esmera en opinar sobre el expansionismo chileno, el cargamontón político contra Humala, las trapacerías ideológicas de los caviares y otros asuntos, y que no tiene la menor idea de lo que canta Rihanna, no puede menos que recordar al entrañable “Pocho” Rospigliosi y repetir su inmortal frase, pero entre signos de interrogación: ¿Esto es lo que le gusta a la gente?
Pero, bueno, somos un diario político (y no nos va para nada mal, todo lo contrario), de tal manera que alguna explicación debe haber para esta insoportable levedad en la búsqueda noticiosa. Porque, reiteramos, no es bueno que la política termine arrumbada en el cuarto de los trastos inútiles. La democracia se alimenta de la política.
No obstante, ¿qué han hecho los políticos para cambiar la política pese a que todas las encuestas muestran la apatía y la desconfianza del ciudadano de a pie? Nada. Todos, en mayor o menor grado, se muestran estériles, cuando no impotentes, para construir un sistema de partidos en condiciones de reemplazar al que ya, evidentemente, sucumbió.
Ya se sabe que la política pasó a ser, demasiadas veces, y antes que acciones efectivas, un conjunto de gestos, signos, declaraciones e imágenes. Y también, lamentablemente –así lo muestra el “caso Nadine” –, confrontación de intereses, señal de que hay proyectos y sectores que son adversarios incompatibles, “nosotros y ellos”, los amigos y enemigos. Y es por demás sabido que de tanto pensar en la pantalla, la política se ha vuelto espectáculo y los políticos actores. Y si de espectáculo se trata (y quizá por eso le gusta a la gente enterarse de las andanzas de Rihanna, Denise Jonas, Niurka Marcos et al) mejor buscar a los que no pretenden ser otra cosa de lo que son.
Y aquí acabamos, porque nos hemos enterado, y queremos leerlo en detalle, que David Beckham conoció en Budapest a Mariann Fogarasy, modelo húngara de 22 años, y se habla de una cena íntima en Milán. Victoria Adams, por si acaso, está que echa humo.
LA RAZON
Y uno, que se esmera en opinar sobre el expansionismo chileno, el cargamontón político contra Humala, las trapacerías ideológicas de los caviares y otros asuntos, y que no tiene la menor idea de lo que canta Rihanna, no puede menos que recordar al entrañable “Pocho” Rospigliosi y repetir su inmortal frase, pero entre signos de interrogación: ¿Esto es lo que le gusta a la gente?
Pero, bueno, somos un diario político (y no nos va para nada mal, todo lo contrario), de tal manera que alguna explicación debe haber para esta insoportable levedad en la búsqueda noticiosa. Porque, reiteramos, no es bueno que la política termine arrumbada en el cuarto de los trastos inútiles. La democracia se alimenta de la política.
No obstante, ¿qué han hecho los políticos para cambiar la política pese a que todas las encuestas muestran la apatía y la desconfianza del ciudadano de a pie? Nada. Todos, en mayor o menor grado, se muestran estériles, cuando no impotentes, para construir un sistema de partidos en condiciones de reemplazar al que ya, evidentemente, sucumbió.
Ya se sabe que la política pasó a ser, demasiadas veces, y antes que acciones efectivas, un conjunto de gestos, signos, declaraciones e imágenes. Y también, lamentablemente –así lo muestra el “caso Nadine” –, confrontación de intereses, señal de que hay proyectos y sectores que son adversarios incompatibles, “nosotros y ellos”, los amigos y enemigos. Y es por demás sabido que de tanto pensar en la pantalla, la política se ha vuelto espectáculo y los políticos actores. Y si de espectáculo se trata (y quizá por eso le gusta a la gente enterarse de las andanzas de Rihanna, Denise Jonas, Niurka Marcos et al) mejor buscar a los que no pretenden ser otra cosa de lo que son.
Y aquí acabamos, porque nos hemos enterado, y queremos leerlo en detalle, que David Beckham conoció en Budapest a Mariann Fogarasy, modelo húngara de 22 años, y se habla de una cena íntima en Milán. Victoria Adams, por si acaso, está que echa humo.
LA RAZON
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