14.5.09

Perú democrático

La comunidad internacional puede confirmar el maduro grado de desarrollo institucional que ha alcanzado el Perú. Entre una serie de elementos que describen esa evidente (y evolutiva) estabilidad jurídica que vive la nación peruana, destaca por estos días el respeto a las normas del derecho de asilo que, soberanamente, nuestro país le ha concedido a un ciudadano venezolano y, ahora último, a tres personas de nacionalidad boliviana. Por nuestra parte respaldamos con firmeza esas decisiones adoptadas por Torre Tagle. Es obvio que a los gobernantes de Venezuela y Bolivia el tema les produce urticaria. Pero, por encima de la reacción alérgica de los presidentes emplazados, el continente americano constata los serios atentados que se vienen produciendo contra las libertades políticas y democráticas en esos dos países. De manera que no cabe duda que la tolerancia, el diálogo y el pluralismo, bajo el furor autoritario de Hugo Chávez y Evo Morales, están heridos de muerte. Y aquello explica por qué los líderes políticos de la oposición a ese “chavismo” enquistado en Caracas y La Paz, se ven forzados a recurrir a gobiernos de otras naciones en procura de protección a sus derechos y a su propia vida.

La historia suele repetirse, con ciertos cambios por cierto, pues hace cuarenta años un golpe militar en el Perú, acaecido el 3 de octubre de 1968 y encabezado por Juan Velasco Alvarado, aniquiló a la democracia peruana. Desde ese momento fueron numerosos los ciudadanos peruanos que tuvieron que refugiarse en Venezuela, Argentina, Estados Unidos, etc., en vista de que eran inmisericordemente perseguidos en su propia patria bajo las más estrambóticas, perversas acusaciones. Hoy los gobernantes venezolanos y bolivianos, quienes adscriben sin rubor al ideario velasquista, reeditan esos hechos que sólo afloran cuando las dictaduras ejercen el mando de los Estados. Esto no es invento, puesto que el mandataio venezolano ha dicho infinidad de veces que “admira” a Velasco Alvarado, y el mandamás boliviano Evo Morales no lo puede negar ya que su mentor es precisamente el impresentable Chávez; además de que ambos se autoproclaman “socialistas”, como lo hizo en su oportunidad el golpista Velasco que segó las libertades en el Perú.

Nos preguntamos si este Perú democrático, que ahora vemos tan firme al enaltecer los derechos políticos propios y ajenos, mañana o más tarde podría retroceder a partir de la llegada de gobernantes de corte “chavista”, como lamentablemente casi ocurre cuando el candidato del llamado partido “Nacionalista” participó en las elecciones del 2006, con el agravante que éste insiste en reconocer públicamente que “respeta y valora” al tirano Velasco. Estamos pues advertidos, y sería terrible que –por desconocimiento de su historia– los pueblos tropiecen con la misma piedra. No dejemos que el año 2011 se imponga en el país una opción totalitaria que acabe por arriar las banderas de la libertad y el progreso por las cuales navegamos hace dos décadas, o por apagar ese faro democrático llamado Perú por cuya luz muchos llegan a nuestras tierras en busca de asilo y dignidad.

EXPRESO

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