12.5.09

¿Pum, pum? Kaput

Por: Mariella Balbi Periodista

Al consultar a varios empresarios nacionales con negocios en Chile si creían que un escenario de guerra con el país del sur era absolutamente descabellado o más bien realista, la rotunda respuesta fue que era imposible, un absurdo. Aunque la pregunta de para qué comprar tanto avioncito caro y peligroso queda flotando. La operación está en curso, pero es difícil que se deshaga y se cancele. Además, detrás de la ansiada compra hay mucho que se pudre en Santiago, malos manejos, comisiones abultadas, etc. Cosa bastante clásica en el mundo de la compra y venta de armamentos y que acá no ha tenido mucha resonancia ni interés.

La reacción de rechazo de la gente chilena ante el gasto de US$280 millones para adquirir 18 aviones F-16 usados es comprensible y sensata. Ojo que ya en el 2006 Chile se dio el gusto con otros 18 F-16, apoquinando US$185 millones. En un reportaje de la tele mapocha se señalaba que mejor era gastar ese dinero en mantequilla o en mejorar el nivel de vida de la población. Más aun cuando la crisis económica mundial ha afectado severamente a Chile. En el reportaje en cuestión solo un entrevistado —un experto en temas militares— se pronunciaba a favor de incrementar la Fuerza Aérea. Su razonamiento era el siguiente: si alguien (suponemos que en Latinoamérica) pretende atacar o amenazar a Chile, tendrá que pensarlo dos veces porque está armado hasta los dientes. Ergo, para él, el espíritu de la nueva compra es netamente “disuasivo”.

A su vez, un hombre de negocios, ex oficial de las Fuerzas Armadas, ya lejano del quehacer militar, ve totalmente posible un escenario bélico. Para ser más exactos de un ataque de las FF.AA. chilenas al Perú, o sea una guerra: balas, territorio afectado, muertos, a pesar de que los conflictos modernos aplican ataques cortos y contundentes. Es probable que la presentación de la memoria peruana en la Corte de La Haya para resolver el tema de los límites marítimos exacerbe el militarismo. Pero no es seguro que la compra de los últimos mortíferos avioncitos se deba a ello. Recordemos que desde el 2006 el gobierno socialista de Michelle Bachelet ha gastado en armas cerca de US$6 millones. ¡SOS diplomacia! A este paso servirá bastante más el TLC con Chile que el antiguo arte de negociar. La diplomacia chilena está aprisionada por el militarismo obtuso. Se sabe que el capital no tiene patria, entonces será el mejor instrumento para la paz.

EL COMERCIO

No hay comentarios: