20.5.09

Venezuela: sin libertad de expresión no hay democracia

Nuevamente, el régimen del presidente Hugo Chávez revela su entraña autoritaria y antidemocrática. En una muestra más de intolerancia, los esbirros del oficialista Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) han amenazado al escritor Mario Vargas Llosa con expulsarlo” si intenta desprestigiar al Gobierno Venezolano”.

Lo que incomoda al régimen es la conocida posición a favor de la libertad y la democracia de nuestro compatriota, en un país donde se restringen las libertades y la pluralidad y se persigue la diferencia de opinión. Se trata de un régimen que nació legítimamente de las urnas de la democracia, pero que hace todo lo posible por destruirla, a veces con apoyo de grupos ciudadanos.

Vargas Llosa ha sido invitado a participar en el coloquio internacional El Desafío Latinoamericano: Libertad, Democracia, Propiedad y Combate a la Pobreza, que organiza el Centro Liberal de Estudio de la Economía (Cedice) para el 28 y 29 de mayo.

Sin embargo, para David Medina, representante de la dirección de medios y propaganda del PSUV, “Vargas Llosa viene a provocar, y cuando el gobierno tome medidas, el PSUV apoyará cualquier decisión, como por ejemplo expulsar a alguna persona que venga a desprestigiarlo”. ¿Hubiera dicho lo mismo si el invitado fuera un escritor adicto a Chávez o al régimen cubano?

Previamente, el Gobierno Venezolano expulsó al director para América Latina de la organización Human Rights Watch y a un eurodiputado español por sus críticas al gobierno, lo que fue rechazado por instituciones internacionales, aunque no hubo pronunciamientos enérgicos de los gobiernos.

Solo entidades como la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP) han criticado la “actitud hostil de gobernantes poco tolerantes” y han incluido a Venezuela nuevamente en la lista de países en los que el periodismo que critica la gestión de un gobierno no es bienvenido.

La visita de Vargas Llosa se produce en una coyuntura especialmente delicada para las libertades y el respeto de derechos fundamentales, cuando arrecian las expropiaciones y se anuncian medidas gubernamentales contra otra televisora, Globovisión.

Luego de la repudiable confiscación de RCTV y de las amenazas a otros medios el panorama para la libertad de expresión es realmente preocupante en Venezuela, no solo para las empresas de comunicación, sino también para los ciudadanos que no pueden informarse adecuadamente ni expresar sus pareceres.

En tal contexto, la presencia de Vargas Llosa es una prueba ácida para el régimen autoritario de Chávez, que de democrático tiene cada vez menos. Sin libertad de expresión y opinión, sin pluralismo, sin alternancia en el gobierno y sin respeto a derechos básicos como la propiedad, la Venezuela de Chávez está condenada a la confrontación y el abuso de una cúpula atornillada en el poder, como bien lo sabemos los peruanos luego de vivir el experimento autocrático de Fujimori.

En algún momento Chávez tendrá que rendir cuentas sobre estos excesos. Pero, en el entretanto no podrá acallar las voces de intelectuales como Vargas Llosa, que dentro o fuera de Venezuela, denuncian y rechazan, como todos debemos hacer, el grave sofocamiento de las libertades en ese país hermano.

EL COMERCIO

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