Por: Luis Gulman Checa Ingeniero
La conciencia me obliga a tratar un tema que interesa —o debería— a los piuranos. Es inexplicable el silencio piurano por más de cuatro años ante mi alerta contra la mafiosa concesión de Olmos perpetrada en julio del 2004, que incluyó el robo de nuestra agua del río Huancabamba. Recién, cuando la leche se había derramado, empezaron a oírse voces repitiendo lo que hice de público conocimiento.
Al grano: ¿Es correcto afirmar que el proyecto Chira-Piura es patrimonio de los piuranos? Asimismo, ¿deberíamos mostrarnos indiferentes si esta entidad se usara como caja chica o mera herramienta electoral? ¿Y nuestros hermanos sullanenses deberían permanecer cual corderillos si se pretendiera desactivar y desaparecer el Chira-Piura, amparándose en el “sabio raciocinio” de que no se le puede pedir plata al presidente García?
¿Así, entonces, el nuevo grito de batalla de nuestro gobierno regional debería ser: ¡Viva el Alto Piura y muera el Chira!?
Se afirma, y con razón, que cada cual tiene lo que se merece. En el caso nuestro, mi experiencia me dice que la indiferencia piurana hacia lo que no tenga que ver con lo propio —mi plata, mis caballos, mis viajes, mis carros, etc.— es la gran responsable de que nuestra región esté a años luz de distancia de donde debería.
Señalo algunos atropellos contra el desarrollo regional:
La tercera etapa del Proyecto Especial Chira-Piura (Pechp) debió concluirse en 1996; sin embargo, estando al 70% de avance se la está liquidando, dejando tirado el valle del Chira.
El Pechp contaba con dos valiosas e importantes parcelas, que eran modelo en su género. Hace años desaparecieron por decisión de un burócrata.
En 1996, otro foráneo jefe del CTAR-Piura liquidó la Autoridad Autónoma del Alto Piura, destruyendo su parcela demostrativa. Ni siquiera los prohombres del Alto Piura dijeron ni media palabra. ¿Más ejemplos de nuestra incuria? ¿Para qué?
¿Cree usted que a los presidentes regionales de Arequipa o La Libertad se les ocurriría liquidar los proyectos de Majes o Chavimochic? Imposible, inimaginable, sus comunidades no solo los botarían de sus cargos (¿Ilave?).
¿Entonces, cómo es posible que el Gobierno Regional de Piura haya tomado la decisión de liquidar el Chira-Piura? Tan increíble decisión debe haber sido adoptada por un burócrata de mando medio, no solo por el Acuerdo de Consejo Regional 532-2009/GRP-CR del 4/3/2009, en el que se establece restituir las obras suspendidas de la tercera etapa del Pechp en 1996; sino también por el Oficio 201-2009/GRP-100000, del 6/3/2009, cursado por el presidente regional al titular del Congreso, en donde le hace conocer tan clara determinación.
Desde mi cese del Pechp, donde hice lo posible para lograr lo que el consejo regional acordase lo señalado líneas arriba, no he conversado con el presidente regional César Trelles para advertirle, coherente con mi línea, que el desarrollo de Piura está por encima de cualquier consideración y espero confiado que actúe cortando las cabezas que correspondan.
EL COMERCIO
La conciencia me obliga a tratar un tema que interesa —o debería— a los piuranos. Es inexplicable el silencio piurano por más de cuatro años ante mi alerta contra la mafiosa concesión de Olmos perpetrada en julio del 2004, que incluyó el robo de nuestra agua del río Huancabamba. Recién, cuando la leche se había derramado, empezaron a oírse voces repitiendo lo que hice de público conocimiento.
Al grano: ¿Es correcto afirmar que el proyecto Chira-Piura es patrimonio de los piuranos? Asimismo, ¿deberíamos mostrarnos indiferentes si esta entidad se usara como caja chica o mera herramienta electoral? ¿Y nuestros hermanos sullanenses deberían permanecer cual corderillos si se pretendiera desactivar y desaparecer el Chira-Piura, amparándose en el “sabio raciocinio” de que no se le puede pedir plata al presidente García?
¿Así, entonces, el nuevo grito de batalla de nuestro gobierno regional debería ser: ¡Viva el Alto Piura y muera el Chira!?
Se afirma, y con razón, que cada cual tiene lo que se merece. En el caso nuestro, mi experiencia me dice que la indiferencia piurana hacia lo que no tenga que ver con lo propio —mi plata, mis caballos, mis viajes, mis carros, etc.— es la gran responsable de que nuestra región esté a años luz de distancia de donde debería.
Señalo algunos atropellos contra el desarrollo regional:
La tercera etapa del Proyecto Especial Chira-Piura (Pechp) debió concluirse en 1996; sin embargo, estando al 70% de avance se la está liquidando, dejando tirado el valle del Chira.
El Pechp contaba con dos valiosas e importantes parcelas, que eran modelo en su género. Hace años desaparecieron por decisión de un burócrata.
En 1996, otro foráneo jefe del CTAR-Piura liquidó la Autoridad Autónoma del Alto Piura, destruyendo su parcela demostrativa. Ni siquiera los prohombres del Alto Piura dijeron ni media palabra. ¿Más ejemplos de nuestra incuria? ¿Para qué?
¿Cree usted que a los presidentes regionales de Arequipa o La Libertad se les ocurriría liquidar los proyectos de Majes o Chavimochic? Imposible, inimaginable, sus comunidades no solo los botarían de sus cargos (¿Ilave?).
¿Entonces, cómo es posible que el Gobierno Regional de Piura haya tomado la decisión de liquidar el Chira-Piura? Tan increíble decisión debe haber sido adoptada por un burócrata de mando medio, no solo por el Acuerdo de Consejo Regional 532-2009/GRP-CR del 4/3/2009, en el que se establece restituir las obras suspendidas de la tercera etapa del Pechp en 1996; sino también por el Oficio 201-2009/GRP-100000, del 6/3/2009, cursado por el presidente regional al titular del Congreso, en donde le hace conocer tan clara determinación.
Desde mi cese del Pechp, donde hice lo posible para lograr lo que el consejo regional acordase lo señalado líneas arriba, no he conversado con el presidente regional César Trelles para advertirle, coherente con mi línea, que el desarrollo de Piura está por encima de cualquier consideración y espero confiado que actúe cortando las cabezas que correspondan.
EL COMERCIO
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