17.9.09

Ser (peligroso) o no ser (peligroso)

Por Mirko Lauer

¿Es esa la cuestión?

Es interesante que se haya planteado un pulseo entre los que dicen que Sendero Luminoso es un peligro y los que dicen que no. A estas alturas ninguna de las dos posiciones ha logrado explicar realmente a qué se está refiriendo, y quizás no tiene interés en hacerlo. Lo importante es, pareciera, criticar la posición contraria.

¿Qué significa decir que SL es un peligro? Probablemente un significado es que SL tiene posibilidades de crecer a dimensiones parecidas a las de mediados de los años 90, o peor, a las de las vecinas FARC. Pero esto nunca se llega a decir, pues significaría un implícito jaque al Estado, con SL en la fórmula de Nguyen Giap de ganar al no perder.

Lo anterior es algo que todavía no podemos saber. Pero hay peligros más a la mano. Como que SL puede volverse un factor limitado pero permanente en la defensa de la producción de droga. Si eso es lo que se piensa, entonces SL no es un peligro, sino más bien un flagelo con toda la barba. No hay nada que esperar o temer, lo peor ya está aquí.

Las frases en el sentido de que SL no es un peligro son algo más enigmáticas. ¿Significan que SL no va a hacer problemas en el futuro (porque es fácil de derrotar a corto plazo)? ¿O más bien que son un problema serio pero que jamás van a poder tomar el poder el Estado, ni desencadenar otra masacre como la que ya vimos?

Detrás de ambas posiciones hay no tan veladas acusaciones. Los peligrosistas acusan a sus rivales de estar invitando a la población a bajar la guardia, con fines políticos. Los antipeligrosistas acusan a sus rivales de inflar el fenómeno de SL con fines varios: cortina de humo, manipulación, movidas presupuestales.

Si insistiéramos en sacar algo en limpio de estos cambios de palabras, quizás ellos aluden a errores de otros tiempos frente al tema. Cuando FBT negó que hubiera guerrillas en los años 60. Cuando en 1992 Bernard Aronson sugirió que SL estaba cerca de una victoria. Cuando Alberto Fujimori anunció que para 1995 SL estaría derrotado (¿sigue pensando que lo está?).

Se supone que la peligrosidad o no de SL es un tema frente al que siempre hay que pronunciarse. Quizás sí. Pero la cuestión de fondo es cómo debe reaccionar una democracia ante un cuestionador armado o armable como SL. Si no hay manera de asimilar el fenómeno cuestionador, entonces es indispensable combatirlo por todos los medios lícitos.

Harían bien nuestros polemistas, de ambos lados del tema, en concentrarse en algunos aspectos más de fondo en el fenómeno estrategias SL/narcos frente a las elecciones del 2010 y del 2011. Las estrategias existen, y las tenemos perfectamente a la vista. No nos preguntemos si el alacrán pica o no pica, o cuánto pica. Con no acercarle el dedo basta.

LA REPÙBLICA

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