29.10.09

La libertad de ser mujer

El curso de la vida es un proceso que va desde el hecho físico de nacer hasta el hecho social y espiritual de vivir en comunidad, compartiendo y comprendiendo a quienes no desean un hijo con graves deformaciones congénitas o fruto de un acto atroz de violación.

De ahí la importancia de defender la libre distribución del Anticonceptivo Oral de Emergencia, o “Píldora del Día Siguiente”, que impide la implantación de un óvulo fecundado en la pared uterina. Al respecto, la Organización Mundial de la Salud ha ratificado que la píldora del día siguiente no es abortiva ni es dañina para la salud.

La Ministra de la Mujer y seis ex ministras de esa cartera han respaldado al Ministro de Salud Óscar Ugarte por su posición a favor de distribuir gratuitamente este medicamento en el Perú que está permitido en Europa, Estados Unidos, Canadá y en la mayor parte de países de América Latina.

La interferencia ideológica en un tema que debe resolverse científica y socialmente más que confesionalmente, aporta confusión al debate porque, hay que decirlo, el reciente fallo del Tribunal Constitucional favorece el aborto clandestino, primera causa de mortalidad materna en el Perú.

Una publicidad comercial en el periódico dice “Doctoras ginecólogas regularizan la menstruación al instante y sin dolor. Método directo y natural. Seriedad, discreción y garantía profesional. Las 24 horas. ¡por 50 soles!” (El Men 27-10-09). Esta publicidad es permitida por las autoridades judiciales y la policía, en medio de una gran hipocresía social que lucra con este mercado perverso.

La imposición a millones de personas, cualquiera que sea su fe, de prohibiciones relativas a la esfera íntima, que sólo obedecen pocos, explica la crisis de fe en los católicos que necesitan leyes más que mandamientos. ¿Con estas actitudes no perderá la Iglesia un número mayor de feligreses que de niños que dejarían de nacer por el uso responsable de la AOE?

Ver madres regalando a sus hijos, golpeándolos bárbaramente o matándolos, ¿no toca el corazón de los católicos ultraconservadores? ¿No les permite entender que su ideología respetable, es como todo lo humano, susceptible de error y de corrección.



LA PRIMERA

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