15.10.09

Nadie promueve el aborto

UN ACUERDO EN MEDIO DE LA POLÉMICA


Por: Fernando Vivas Periodista

Estoy en contra del aborto, pero estoy a favor de su despenalización. Y me siento coherente. El aborto me parece una decisión radical e irreversible que no mide todas sus consecuencias, que cierra posibilidades a una vida que pudiera superar los peores pronósticos de la gestante deprimida. Si fuera corresponsable de un embarazo no deseado, pediría a la madre que no dude en seguir adelante con él.

Sin embargo, respeto a la mujer dueña de su sexualidad y ello me obliga a tolerar su derecho a abortar de la misma forma en que tolero otras cosas que deploro. Es que no creo que ambas vidas, la de la madre y la del feto recién formado, valgan lo mismo. Una debe prevalecer sobre la otra, digamos, hasta un máximo de tres meses de gestación. Luego de eso, sí creo que el aborto se iría pareciendo cada vez más a un asesinato. Que el derecho a la vida difiere con el tiempo lo prueba nuestra Constitución: Si por influencia del dogma dice en su art. 2: “El concebido es sujeto de derecho en todo cuanto le favorece”, por el mismo dogma se ha postergado el reconocimiento de muchos derechos a los jóvenes que llevan años de nacidos. ¡La edad de pleno consentimiento sexual se ha fijado en 18 años!

Expuesta la discrepancia, valga una propuesta de conciliación: las cifras de abortos, aunque sea difícil medirlas, se presume que son espeluznantes y superan las varias decenas de miles solo en Lima. Ni la despenalización ni el castigo per se van a alterar dramáticamente esta práctica clandestina. Así que si todos estamos de acuerdo en disminuirla, ataquemos frontalmente sus causas directas, los embarazos no deseados. Señores y señoras pro vida, sálganse con la suya frenando la despenalización del aborto eugenésico y por violación, pero acepten:

No trabar las políticas de educación sexual desde el colegio. Por el contrario, hay que intensificarlas e introducir prudentemente, desde temprana edad, conceptos de responsabilidad y planificación familiar, incluyendo el pleno y desprejuiciado conocimiento del condón.

No frenar la distribución gratuita de la AOE, o píldora del día siguiente, único método eficaz ante las violaciones, y facilitar el acceso de los pobres a los métodos anticonceptivos modernos, pues según encuesta del Minsa a madres, entre el 2000 y el 2005, aumentó el uso de los tradicionales, o sea, ¡del calendario de la abuelita!

Una cosa es defender la vida del no nacido y otra muy distinta y condenable es obsesionarse con fastidiar la vida sexual de quienes llevamos años de nacidos.

EL COMERCIO

No hay comentarios: