14.10.09

La selección del sótano

Por: Abelardo Sánchez León

En los 90 los “yuppies” nos atosigaban con una jerga traída de los países del norte: calidad total, excelencia, eficiencia, eficacia. Nosotros los mirábamos con la boca abierta. Toda nuestra realidad, nuestros días, nuestra rutina, nuestra famosa cotidianidad, se desenvolvía en medio del desorden de la sobrevivencia tercermundista, entre los malos manejos de las autoridades y el sobresalto perenne. Vivíamos a salto de mata. El gobierno de Fujimori, además, había borrado del mapa el Instituto de Planificación y de allí en adelante los peruanos asumiríamos el día a día tal como las caseras hacen el diario en el mercado. Basta de plazos, del corto, del largo y del mediano. Hasta que llegaron esos “yuppies”, hijos de los “hippies” y nos atosigaron con la jerga de la calidad total.

Después de 20 años, sin embargo, nos encontramos en el sótano de la tabla en Sudamérica. ¡Detrás de Bolivia! ¡Detrás de Venezuela! Calidad total: cero. El proceso entero estuvo mal diseñado y pésimamente aplicado. Desde Manuel Burga hasta Guillermo del Solar, la calidad total ha sido un verdadero desastre. Nos ganó la comidilla, la mala entraña, la dejadez, la mezquindad, además de la improvisación que tanto nos caracteriza como esencia. ¿Es posible ser un representante de la calidad total y tener como dirigentes, por ejemplo, a personas tan cuestionadas como Juvenal Silva o José Malqui? En cinco años la selección peruana de fútbol ha tenido cinco entrenadores. Y como lema de la eficiencia y de la eficacia (técnicamente no son sinónimos) Guillermo del Solar declara, suelto de huesos, que estas eliminatorias le han permitido ganar experiencia. ¡Debería darnos las gracias! Debería ser más modesto y menos cínico. Y cobrar menos, por supuesto. Su función ha sido la de un amateur, un practicante, y a los pobres practicantes les pagan el sueldo mínimo. La famosa calidad total no va de la mano con el empirismo y la inexperiencia.

Como peruanos miramos la clasificación chilena con mucha envidia, ignorando que ellos han hecho bien su trabajo. Tienen buenos dirigentes, un buen entrenador y un grupo de jugadores comprometido. Además, han hecho un negocio redondo. Han trabajado con seriedad, no con pompa; con disciplina, no con engaños. Todos sabemos que el retorno a la superficie va a ser largo y difícil y por esa razón debemos remover a los cínicos y encontrar profesionales capaces de llevar un proceso con seriedad. Nada más y nada menos.

EL COMERCIO

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