Hace bien el presidente García en llamar la atención sobre la falta de convicción que existe para fomentar la inversión. La mayoría de congresistas, presidentes regionales y alcaldes se la pasan pregonando que se debe apoyar la inversión privada. Sin embargo, hacen exactamente lo contrario.
Así tenemos que el principal proyecto minero arequipeño, Tía María, corre el riesgo de una postergación indefinida por la falta de información adecuada a la población, pero las autoridades siguen sentadas en el balcón.
Posiblemente estén evaluando, no el beneficio económico para la región o la generación de empleo, sino el impacto que su eventual accionar podría tener en sus aspiraciones de reelección.
Asimismo, el puerto de Paita finalmente salió de las ineptas manos de Enapu, que lo postergó durante 20 años sin inversión. Sin embargo, una legisladora piurana, como siempre jugando a dos cachetes, pensando en la próxima elección, no adopta una firme posición. Al final, lo que logra con su falta de convicción es guiñarles un ojo de apoyo a los cuatro sindicalistas y mercantilistas que están en contra de la modernización.
En realidad, en temas fundamentales, nuestros políticos no pueden estar con Dios y con el diablo a la vez. Tienen que tomar partido, por más que les cueste, y empujar a fondo la inversión. Las medias tintas o los cálculos electoreros solo juegan a favor del fracaso.
Incluso, una de las características más resaltantes del ciclo económico de los últimos años ha sido la descentralización de la inversión privada, y si bien, lamentablemente, el innecesario enfriamiento del año pasado ha desacelerado fuertemente el dinamismo de la inversión, no es imposible recuperarlo.
Para ello, creo que haría bien el presidente no solo en pregonar y llamarles la atención a otros, sino también asegurar que el Ejecutivo actúe con convicción para recuperar la confianza de la inversión. Por ejemplo, exigiendo a Fonafe, cuyas empresas, como Petroperú, van de escándalo en escándalo, que deje de ser una agencia de empleo partidario y cumpla con el plan de gobierno que ofreció al electorado, colocando en la más rentable bolsa del mundo este año parte de su desperdiciado accionariado. También podría anunciar medidas a favor de la competitividad, como eliminar aranceles y trabas burocráticas, así como promover con ganas la ley mype para generar empleo adecuado.
PERU 21
Así tenemos que el principal proyecto minero arequipeño, Tía María, corre el riesgo de una postergación indefinida por la falta de información adecuada a la población, pero las autoridades siguen sentadas en el balcón.
Posiblemente estén evaluando, no el beneficio económico para la región o la generación de empleo, sino el impacto que su eventual accionar podría tener en sus aspiraciones de reelección.
Asimismo, el puerto de Paita finalmente salió de las ineptas manos de Enapu, que lo postergó durante 20 años sin inversión. Sin embargo, una legisladora piurana, como siempre jugando a dos cachetes, pensando en la próxima elección, no adopta una firme posición. Al final, lo que logra con su falta de convicción es guiñarles un ojo de apoyo a los cuatro sindicalistas y mercantilistas que están en contra de la modernización.
En realidad, en temas fundamentales, nuestros políticos no pueden estar con Dios y con el diablo a la vez. Tienen que tomar partido, por más que les cueste, y empujar a fondo la inversión. Las medias tintas o los cálculos electoreros solo juegan a favor del fracaso.
Incluso, una de las características más resaltantes del ciclo económico de los últimos años ha sido la descentralización de la inversión privada, y si bien, lamentablemente, el innecesario enfriamiento del año pasado ha desacelerado fuertemente el dinamismo de la inversión, no es imposible recuperarlo.
Para ello, creo que haría bien el presidente no solo en pregonar y llamarles la atención a otros, sino también asegurar que el Ejecutivo actúe con convicción para recuperar la confianza de la inversión. Por ejemplo, exigiendo a Fonafe, cuyas empresas, como Petroperú, van de escándalo en escándalo, que deje de ser una agencia de empleo partidario y cumpla con el plan de gobierno que ofreció al electorado, colocando en la más rentable bolsa del mundo este año parte de su desperdiciado accionariado. También podría anunciar medidas a favor de la competitividad, como eliminar aranceles y trabas burocráticas, así como promover con ganas la ley mype para generar empleo adecuado.
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