28.10.09

Un Congreso para el olvido

Con la opinión pública distraída por un absurdo fallo del Tribunal Constitucional que prohíbe la distribución gratuita de una píldora anticonceptiva a las mujeres más pobres, o esperando otro capítulo más de la novela en la que se ha convertido el robo del pulmón a un cadáver plastificado en una exposición, la Comisión de Constitución aprovechó el día de ayer para sentenciar este Congreso al tacho del olvido ciudadano.

Así tenemos que, al haber archivado las dos únicas reformas constitucionales de importancia que tenían en agenda –el voto voluntario y la renovación por mitades del Parlamento–, este Congreso se ha condenado, sin duda alguna, a ser solo recordado por sus escándalos y por el gran número de delincuentes que ha albergado.

No sabemos si es por error o por masoquismo que han decidido no dejarle otra herencia al país que el tragicómico recuerdo de un Parlamento compuesto por sujetos 'pintorescos’: el 'mataperro’, los 'robaluz’, las que contratan 'fantasmas’, los que emplean parejas y queridas, el 'comepollo’, la que agrede policías, la 'lavapies’, el 'planchacamisas’, entre otros. Todos ellos parecen personajes salidos de una película de Fellini cuando este estaba en su periodo más imaginativo pero, lamentablemente para los peruanos, son reales.

Ahora solo le resta a la ciudadanía apoyar un referéndum para eliminar la obligación de votar e introducir el derecho de no tener que esperar cinco largos años para cambiar de congresista. Ojalá se pueda hacer el referéndum pronto y que las reformas operen desde la próxima elección.

Estamos seguros de que si se plantean esas dos preguntas a la población, serán aprobadas por abrumadora mayoría. Es increíble, pero el Congreso nunca hace lo que la gente quiere; no entiendo realmente para qué los hemos elegido ni por qué les pagamos el salario.

Por otro lado, es alarmante que aún queden 21 meses para la salida de esta pobre promoción de parlamentarios. En ese periodo pueden causar enorme daño. Para empezar, ya nos anunciaron que no quieren delegar la selección y ser ellos quienes elijan a los dos vocales del Tribunal Constitucional. Repetirán así el desastroso proceso anterior, completando de esa manera a los siete vocales del mismo nivel, al ser todos elegidos por este Parlamento. Esa posibilidad ya dejó de parecer un gracioso guión y es un proyecto tan subversivo que parece hecho por Sendero.



PERU 21

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