26.10.09

Los piratas de la política

Por: Fernando Tuesta Soldevilla*

En el Perú, varios aspirantes a candidatos abren presurosos cuentas en Facebook, Twitter y otras redes sociales, con la esperanza de conquistar votos, particularmente de los jóvenes. Pero sus partidos —si los tienen— carecen de suficientes miembros como para llenar las listas necesarias y competir con éxito en las próximas elecciones regionales y municipales. La comunicación, las nuevas tecnologías y la organización partidaria van por caminos y ritmos distintos, por lo que parece que no habrá grandes cambios en el horizonte.

Mientras tanto en Europa un partido novedoso, de escasos tres años de existencia, suma votos, tiene un eurodiputado y se da el lujo de no aspirar al poder, tan solo ser una bisagra. Bueno, por ahora. El Partido Pirata, fundado en Suecia por el ingeniero informático Rickard Falkvinge, es del tipo “partido temático” (o “single issue party”) que tiene como objetivo modificar las leyes de propiedad intelectual e industrial, combatir al convencional copyright, las patentes, y promocionar el copyleft, así como todos aquellos mecanismos libres que ofrece Internet. Este inusual partido ha ganado la simpatía del esquivo sector de jóvenes que, como en estos lares, se distancia de las organizaciones más convencionales y ha enrumbado a conquistar conciencias y votos en el resto de países. En Suecia, el “Piratpartiet” tiene más de 40 mil afiliados —en el Perú, salvo el Apra, no llegan a esa cantidad los miembros de todos los partidos políticos juntos— y constituye la tercera fuerza política; en las elecciones al Parlamento Europeo lograron el 7%. En Alemania ya llegaron al 2% en las últimas elecciones federales. En tanto, partidos piratas se han formado en 35 países, entre ellos Argentina, Perú, Brasil y España.

El éxito de esta suerte de outsider partidario, surgido de Internet e impulsado por activistas por los derechos civiles, radica en lo concreto de su programa y su llegada a los mayores usuarios de la red, los jóvenes. Y es que mientras muchos candidatos abren cuentas en Internet de manera utilitaria, este partido nace de las entrañas de la sociedad de la información. Es decir, los políticos no están entendiendo la revolución que está produciendo Internet en la vida de la gente. Su crecimiento —a diferencia de lo que ocurrió cuando apareció el periódico, la radio o la televisión— es vertiginoso y abre una brecha digital que, en nuestro país, será más generacional que socioeconómica.

Hace casi tres décadas, los verdes tomaron las banderas ambientalistas del “single issue party” y llegaron a cogobernar con el Partido Socialdemócrata. Hoy no hay partido importante que no incluya en sus programas el tema del medio ambiente.

Pero el Partido Pirata, como antes los verdes, intenta realmente renovar la política y pensarla en nuevos términos. Por lo mismo, los jóvenes se sienten más cercanos a él. No se sabe qué suerte correrá el Partido Pirata, pero hoy sus velas navegan y causan simpatía.
[*} Politólogo PUCP

EL COMERCIO

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