14.10.09

Se necesitan inyecciones a la vena

Por: Humberto Campodónico

Si bien en los medios de comunicación se sigue criticando el “lento avance” de la inversión pública, desde esta columna hemos insistido en que la valla del 2009 está demasiado alta y que, siendo esto así, se “obliga al atleta a saltar tres metros” (www.cristaldemira.com, 10/08/09).

En efecto, el Presupuesto Final de Inversiones del 2009 es de S/. 29,725 millones (el gobierno lo sube un día sí y el otro también). Pero en el 2008 las inversiones totales ejecutadas fueron S/. 13,500 millones: se pide nada menos que 120% de aumento de un año a otro. Ya pues, pregúntenle a la inversión privada si eso se puede hacer.

La cosa cambia si medimos el comportamiento de la inversión comprometida (IC) de todos los niveles de gobierno con respecto al periodo enero-setiembre del 2008 (1). Allí podremos apreciar que esta es 34% superior a la del 2008. Lo mismo sucede en los 3 niveles de gobierno: central, regionales y locales (ver gráfico).

La IC es aquella que tiene la seguridad de realizarse en el año pues ya se ha terminado con los papeleos técnicos. No debe confundirse con la inversión ejecutada pues el avance de esta es menor, pero a fin de año ambas cifras se acercan, como lo demuestran los presupuestos de años anteriores.

Cierto: en los 3 niveles hay problemas que merecen ser destacados y criticados, claro que sí, para que puedan ser superados. Pero otra cosa es la labor de demolición contra el Estado de la mayor parte de los medios de comunicación.

En EEUU también hay problemas. Según el Consejo de Asesores Económicos de la Casa Blanca (2), a agosto solo se han gastado US$ 151,000 millones del total de US$ 787,000 millones, habiéndose comprometido US$ 128,000 millones adicionales en el 2009. Dice el Informe que el Plan de Estímulo se ha centrado en recortes de impuestos, alivio a los Estados y ayuda directa a los más afectados por la recesión (seguro de desempleo, Medicare y alimentos (food stamps)).

Pero el impacto ha sido distinto, pues se estima que el Plan ha contribuido con un alza del 2.3% del PBI en el II Trimestre y se ha reducido la pérdida de más de un millón de empleos. ¿Por qué? Porque el Plan contempla, además de inversiones públicas, inyecciones directas a la vena de los trabajadores, como las señaladas.

En cambio aquí el Plan de Estímulo se ha concentrado en la bala de plata de la “inversión pública” (como la llama Oscar Dancourt), que, si bien ha aumentado 34%, solo constituye el 5% del PBI. La lección es clara: se necesitan inyecciones a la vena, que van desde aumento del salario mínimo, pensiones no contributivas, seguros de desempleo (pero no les quieren dar a los despedidos su propia plata que está en las AFP) y/o reducción del IGV.

Pero esto no se hace y la cosa queda en la crítica al Estado porque no puede realizar la metas irrealistas que le fija el Ejecutivo. Así no es.

LA REPUBLICA

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