21.2.09

Allez au diable

Daniel Benoits, periodista francés, acuñó el término izquierda caviar, y entre nosotros, el primero en usarlo –nobleza obliga– fue el colega Herbert Mujica. Y –modestia aparte– fue este diario el que popularizó el término. Pero la cosa viene de muy atrás. Ya en 1855 se hablaba de la gauche champagne. El filósofo Alexander Herzen, en From the Other Shore escribió: “It is they, none other, who are dying of cold and hunger...while you and I in our rooms on the first floor are chatting about socialism ‘over pastry and champagne” (Son ellos, nadie más, los que se están muriendo de frío y de hambre... mientras tú y yo en nuestras habitaciones de la primera planta estamos charlando acerca del socialismo sobre pasteles y champán).
Esto viene a cuento porque el gobierno francés (ver página 6) acaba de condecorar a Aprodeh, esa ONG que santifica al MRTA. El pied-noir Camus tenía razón al decir que “siempre hay una filosofía para la falta de valor”. Y otro francés, el filósofo Bruckner, también, al hablar de una mala conciencia de los galos, que le hace transigir con ideas reaccionarias y con movimientos asesinos y todo por un difuso sentimiento de culpa a causa de un pasado histórico colonialista. Y, añadimos, de una ominosa colaboración con el nazismo, que luego trataron de limpiar inventando la gesta de la Resistencia, que está a años luz de la verdad histórica. Sartre, e incluso Picasso, siguieron pintando y estrenando obras de teatro durante la ocupación como si no pasara nada, colaborando, por tanto, objetivamente. Y pregunten a algún francés sobre la rafle du vel d’hiv, cuando en 1942 arrestaron a 12.884 ciudadanos franceses judíos (4.051 niños; 5.802 mujeres; 3.031 hombres) y los mandaron a Auschwitz (sobrevivieron solo 800) y van ifoto:3_1.jpg

a ver cómo se ruborizan, miran al techo y silban para hacerse los desentendidos. Y encima, los estadounidenses tuvieron que morir por miles en las playas de Normandía para liberarlos, por eso los franceses los odian tanto.

Y como es sábado, día de relax, no resistimos la tentación de reproducir dos adivinanzas. ¿En qué se parecen una serpiente y un francés? En que ambos son resbaladizos, tienen lengua partida y carecen de pelotas. ¿Y cuándo quebrará la economía francesa? El día que se incendie su principal fábrica de banderas blancas.

Esta condecoración francesa a una ONG cuya razón de ser es defender bandas asesinas con el cuento de los derechos humanos es realmente una provocación. A ver si el buen Joselo, nuestro canciller, se pone esta vez las pilas y protesta. Porque está bien ser manso pero no menso.

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