18.2.09

El inspector Menchola

Walter Menchola es un congresista con muy buen ojo: ha descubierto que operaciones oftalmológicas de muchos peruanos pobres fueron realizadas en Bolivia. Más grave aún: fueron programadas por las Casas del Alba.

Para ese sensacional resultado, Menchola ha hecho gastar miles de soles al Congreso, ha recorrido miles de kilómetros, ha aparecido en centenares de programas de radio y televisión, y ha declarado en cuanto periódico se le puso al alcance.

Menchola, célebre por haber contratado como asesora, con dinero del Congreso, a una sacrificada y por él muy apreciada señorita, se consagra así como investigador de talla universal.

Menchola preside la comisión que investiga las Casas del Alba, sospechosas de estar enlazadas con el régimen del presidente de Venezuela, Hugo Chávez, y hasta con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia.

Claro que tales acusaciones provienen de la empresa chuponeadora Business Track, vale decir, de servicios de inteligencia estadounidenses, que ven chavistas hasta en la sopa. Para eso les pagan.

La primera vez que vi el nombre de las Casas del Alba se me vino a la memoria “La casa de Bernarda Alba”, la tragedia que Federico García Lorca escribió sobre cinco mujeres encerradas en el luto y la soledad, ardiendo todas de pasión por un hombre. Asistí a la representación que en Lima dirigió Margarita Xirgú, actriz genial.

Menchola no tiene nada que ver con doña Bernarda, salvo en su carácter obsesivo y su doble moral.

El congresista Edgard Reymundo, vicepresidente de la comisión que Menchola encabeza, señala que las Casas del Alba no han recibido financiamiento de Bolivia u otro país extranjero.

El empeño ciego de Menchola ha servido, eso sí, para enturbiar nuestras relaciones con Bolivia, relaciones que tienen fuerza histórica y carácter estratégico. Al congresista eso no le importa. Por eso ha querido injerirse en la vida interna de Bolivia y enlazarse con la oposición racista y reaccionaria derrotada en el país hermano.

Si Menchola tuviera algo más que afán de figuración debería buscar las causas que hacen que algunos peruanos acudan a la ayuda generosa de otros países. Bolivia por ejemplo.

Supongo que no se ha enterado de que los servicios de salud del país, sobre todo en el sur, son un desastre. Ni siquiera los hospitales de EsSalud se salvan.

Que Menchola se dé una vuelta por los hospitales Almenara o Rebagliati del Seguro para que sepa lo que es canela. Si de pobres se trata, le recomiendo una visita al Hospital Dos de Mayo: a lo mejor comprende por qué no hay que rechazar o denigrar la ayuda exterior a la salud.

LA PRIMERA

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