22.2.09

Medios y remedios

Por Augusto Álvarez Rodrich
alvarezrodrich@larepublica.com.pe

¿Qué es el periodismo según el fujimorismo?

El abogado César Nakazaki quiso demostrar en su alegato de esta semana que el juicio a Alberto Fujimori está profundamente enturbiado por la supuesta presión que la prensa –“la justicia mediática”– ejerce sobre el tribunal. Salvo los fujimoristas rabiosos, deben ser muy pocos a los que convenció.

No logró persuadir al presidente de la Corte Suprema, Javier Villa Stein: “Por importante que sea el aporte de la prensa, la decisión sobre este caso le corresponde única y exclusivamente al Poder Judicial”. Tampoco a la fiscal Gladys Echaíz: “Quien va a resolver aquí es el juez a la luz de lo actuado, de las pruebas, de los argumentos que presenta la fiscalía, y no por lo que diga la prensa o el público”.

El alegato de Nakazaki carece de fundamento, y hace pensar que es parte de la construcción de una estrategia que se revelará posteriormente. Primero, porque es evidente que los jueces encabezados por César San Martín no son unos débiles mentales que siguen, como ovejas, lo que dice la prensa. Segundo, porque Nakazaki no dice la verdad cuando sostiene que la prensa ataca con inclemencia a su cliente.

Pasemos revista al kiosko. En la prensa escrita, es cierto que Fujimori recibe críticas de un sector de diarios (con La República como el más importante). Pero hay otro grupo, integrado por lo menos por tres periódicos de ámbito nacional, en los que la actitud hacia el procesado es muy cordial y hasta de hincha como, sin duda, es el caso de La Razón, que es un vocero del fujimorismo y, también, del aprofujimorismo.

En el ámbito radial, no se puede sostener que el fujimorismo reciba pocas oportunidades. Por el contrario, para el tamaño de la representación política, tengo la sensación de que su presencia en las radios noticiosas está sobredimensionada.

A su vez, el tratamiento al fujimorismo en los noticieros diarios de televisión es, en general, bastante neutral, mientras que en los pocos programas que incluyen opinión –un género en extinción, cada vez más escaso en la televisión nacional–, sí hay una opinión crítica hacia Fujimori, pero ese es su derecho, ¿o ya no va a ser así?

El problema del fujimorismo radica en eso precisamente. César Nakazaki se molesta, se irrita y le reclama a la prensa porque, en el fondo, la agrupación política de su cliente se acostumbró a gobernar con buena parte de la prensa –principalmente toda la televisión– comprada por Vladimiro Montesinos, con la anuencia, complicidad o lo que quieran llamarle de Alberto Fujimori, pues nadie se traga el argumento de que este era un pelele del ‘Doc’, razón por la cual debe ser sentenciado.

LA REPUBLICA

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