24.2.09

Los tetudos asustados

Por Augusto Álvarez Rodrich
alvarezrodrich@larepublica.com.pe

Un gobierno democrático aterrado por ‘sus’ FF.AA.

Desde que la mala experiencia del Caballo de Troya debilitó la credibilidad del dicho ‘a caballo regalado no se le miran los dientes’, rechazar un obsequio no siempre fue un error.

Por eso, antes de aceptar un regalo hay que evaluar si este nos conviene y si no habrá un ‘cañoncito de Castilla’ esperando cobrar el favor que, a la larga, saldría más caro. Pero las razones del que rechaza un regalo también constituyen elementos cruciales para conocer sus convicciones y sus temores.

Todo esto se relaciona a que el gobierno peruano acaba de rechazar una donación de dos millones de dólares del gobierno de Alemania, ofrecida por la canciller Ángela Merkel cuando estuvo en Lima, en mayo pasado durante la ALC-UE, para financiar la construcción y mantenimiento del ‘museo de la memoria’ que albergaría, junto a otras piezas, a Yuyanapaq.

Esta palabra quechua significa “para recordar” y fue el título de la exposición organizada por la CVR para mostrar lo ocurrido en las dos décadas de horror en el Perú de un modo sencillo de manera que pueda ser entendido por cualquier ciudadano. Su objetivo fue propiciar que los peruanos recordaran lo sucedido con el fin de no volver a cometer los errores del pasado que acabaron con unas setenta mil personas.

Que haya sido el gobierno alemán el que, con generosidad, ofreció financiar el museo es significativo. Pocos países como Alemania tienen tan presente el costo doloroso de los graves errores históricos, y es evidente que tener maneras de recordarlo es fundamental para no volver a errar. El entendimiento de lo que ocurrió y su recuerdo por parte de todos los peruanos, con madurez y espíritu democrático, son, sin duda, elementos fundamentales para la construcción de un mejor país.

Como solo algunos alocaditos podrían pensar que Merkel es terruca, ¿qué podría motivar al gobierno del presidente Alan García, del vicepresidente Luis Giampietri y –¡qué vergüenza!– del premier Yehude Simon a rechazar esta donación, lo que evidencia la voluntad de cancelar el museo?

Sin duda, escasa convicción del gobierno sobre el respeto a los derechos humanos pero, peor aún, el susto que sus autoridades civiles les tienen al cardenal o a los militares. Es el mismo susto que llevó al INC aprista a censurar la exposición de Piero Quijano, y es el mismo susto que los paralizó ante los desplantes del general Edwin Donayre.

La cineasta Claudia Llosa tiene en este incidente patético el argumento y título ideales de su próxima película: “Los tetudos asustados”. Cuando en breve la reciban en Palacio de Gobierno para condecorarla, que les mire bien sus caritas “para recordar”.

LA REPUBLICA

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