Y se dio la partida… Con el nombramiento de Meche Cabanillas en el Ministerio del Interior, sin duda, el Partido Aprista consolidó su preparación para la próxima elección. A los intentos populistas en la cartera de Vivienda con la ley de expropiaciones, ahora se sumará el manejo de todos los gobernadores a nivel nacional. Adicionalmente tienen en el Fonafe otro reducto partidario, entidad en la cual se concentran todas las empresas públicas y Essalud. El Apra también tiene ahora el sector de Transportes ejecutando obras viales en todo el país. Por lo tanto, estamos ante una jugada bastante estratégica de ese partido que ha tomado posición y copado los cargos que manejan recursos o que tienen la capacidad de generarle clientelismo electoral.
Si bien todavía estamos a 21 meses de las elecciones municipales y regionales, así como a más de dos años de las elecciones generales, muchos analistas ya daban por perdida cualquier eventual candidatura del Partido Aprista. Esto era debido a la desaparición casi total de cualquiera de sus dirigentes en los diversos sondeos de intención de voto electoral. Sin embargo, recordemos la sorpresiva votación que recibió Luis Alva Castro en el año 90; la que logró, incluso, luego de cinco años de una gestión gubernamental que no pudo ser peor. Ello nos confirma la enorme capacidad que puede tener el partido que controle el aparato estatal para ejercer influencia electoral en la población. Por lo tanto, ahora estamos ante una nueva y probable candidata de peso en Meche Cabanillas. Incluso, si logra mejorar –aunque sea de manera marginal– la asfixiante sensación de inseguridad ciudadana que tiene la población en general, entonces sus posibilidades evidentemente aumentarán.
Por otro lado, esta temprana partida de la carrera electoral va a obligar a la oposición a iniciar sus propias campañas proselitistas antes de lo esperado y, en general, con ello se está adelantando demasiado el ciclo electoral, lo que puede afectar la toma de decisión en proyectos de inversión. En cualquier caso, se ha dado la señal de copamiento partidario que debería llevar a tirios y troyanos a ser vigilantes para asegurar que los recursos del Estado, es decir de todos los peruanos, no terminen siendo mal utilizados para beneficio exclusivo de un partido o de sus candidatos.
Si bien todavía estamos a 21 meses de las elecciones municipales y regionales, así como a más de dos años de las elecciones generales, muchos analistas ya daban por perdida cualquier eventual candidatura del Partido Aprista. Esto era debido a la desaparición casi total de cualquiera de sus dirigentes en los diversos sondeos de intención de voto electoral. Sin embargo, recordemos la sorpresiva votación que recibió Luis Alva Castro en el año 90; la que logró, incluso, luego de cinco años de una gestión gubernamental que no pudo ser peor. Ello nos confirma la enorme capacidad que puede tener el partido que controle el aparato estatal para ejercer influencia electoral en la población. Por lo tanto, ahora estamos ante una nueva y probable candidata de peso en Meche Cabanillas. Incluso, si logra mejorar –aunque sea de manera marginal– la asfixiante sensación de inseguridad ciudadana que tiene la población en general, entonces sus posibilidades evidentemente aumentarán.
Por otro lado, esta temprana partida de la carrera electoral va a obligar a la oposición a iniciar sus propias campañas proselitistas antes de lo esperado y, en general, con ello se está adelantando demasiado el ciclo electoral, lo que puede afectar la toma de decisión en proyectos de inversión. En cualquier caso, se ha dado la señal de copamiento partidario que debería llevar a tirios y troyanos a ser vigilantes para asegurar que los recursos del Estado, es decir de todos los peruanos, no terminen siendo mal utilizados para beneficio exclusivo de un partido o de sus candidatos.
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