26.2.09

Obras y no palabras

El 'plan anticrisis’ está por cumplir tres meses desde que fue anunciado por el gobierno y, pese a toda la reiterada intención de acelerar la ejecución de la inversión, el hecho innegable es que existe una serie de cuellos de botella que impide cumplir con esa declaración. El caso más claro parece ser el esquema mediante el cual las empresas pueden pagar hasta la mitad de su impuesto a la renta realizando directamente obras de infraestructura. Este sistema, recientemente promulgado, aún no ha podido ser implementado debido a que tiene trámites de lo más complicados. Existirían hasta 54 pasos diferentes que debe tomar el contribuyente para poder obtener la aprobación correspondiente y recién entonces empezar a ejecutar. Evidentemente, todo ese largo proceso implica tiempo y dinero, por lo que no es sorprendente que ningún proyecto se haya logrado iniciar. Pero lo más preocupante sería que cunda el desánimo entre los empresarios y el esquema se quede sin poder ser realizado.

En realidad, la iniciativa es novedosa y permite ganar, por lo menos, dos o tres años en la inversión. En el ciclo actual del pago tributario, el contribuyente regularizaría su impuesto a la renta correspondiente a este año al final del primer trimestre del 2010. Luego el MEF, con esos recursos asegurados, elabora el presupuesto del 2011, por lo que los fondos son transferidos a los gobiernos regionales o municipales a lo largo de todo ese año para que recién entonces convoquen a licitación y cuando otorguen la buena pro finalmente puedan hacer efectivo el gasto. Por ello, obras vitales que las empresas podrían iniciar el próximo trimestre, tendrían que esperar, por lo menos, hasta el 2012 si este esquema no da resultado.

Felizmente parece existir un gran entusiasmo por parte del empresariado, ya que habría 135 potenciales proyectos registrados que involucran más de 4,300 millones de soles de inversión. Por tanto, aquí lo que se requiere es lograr un sistema que sea prudente pero adecuado, y que permita avanzar a los interesados. Como en el Estado es muy fácil trabar iniciativas y es difícil que un funcionario esté dispuesto a tomar una decisión, corresponde al más alto nivel del gobierno el dar una demostración de esa declarada voluntad por estimular la economía, modificando el actual engorroso reglamento con el fin de acelerar la inversión.

PERU 21

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