21.2.09

No a la prensa como chivo expiatorio

¡Cuidado! Desde diversos frentes, y sospechosamente casi al mismo tiempo, la prensa independiente es objeto de duros ataques, por parte de grupos interesados, que le achacan agendas inexistentes y pretenden convertirla en chivo expiatorio o manipularla en tal o cual sentido.

Lo último en este bombardeo antimediático ha sido la absurda denuncia del abogado del ex presidente Alberto Fujimori, César Nakazaki, quien atribuye a la prensa facultades exageradas —que no tiene— para condenar a priori al ex mandatario.

¿Acaso cree que los jueces son tan ingenuos para dejarse impresionar? Aquí, como lo señalan los especialistas consultados, quien está desarrollando una estrategia mediática es el propio Nakazaki para intentar presionar a los jueces, como lo hizo antes, en sentido inverso, en el caso de Magaly Medina.

Y debemos recordar al abogado y a los voceros del ex presidente que fue el régimen fujimontesinista el que perfeccionó la política de presión, amedrentamiento y sujeción venal de los medios de comunicación, para anular a la oposición y crear cortinas de humo, en una práctica oscura y recusable cuyas consecuencias parecen perdurar hasta hoy. Pero fue también gracias a la prensa que se puso en evidencia la corrupción y se asumió la defensa de los derechos humanos conculcados, la que continúa hasta hoy.

Luego, vemos cómo la controvertida aspirante a contralora, Ingrid Suárez, atribuye a los medios de comunicación una animadversión contra su persona, lo que según ella determinó su separación de la carrera para contralora. Y qué decir de las previas negociaciones en el Congreso para, aprovechando el revuelo por el escándalo de los “petroaudios”, pretender quebrar el secreto profesional de la prensa y luego modificar el Código Penal para sancionar a los periodistas, lo que en la práctica constituía una mordaza intolerable que finalmente no pasó.

Todo esto es muy peligroso, no solo para el clima de pluralismo y tolerancia que exige el irrestricto ejercicio de la libertad de expresión y opinión, sino también para la propia democracia.

La prensa, como dice nuestro director general, Alejandro Miró Quesada Garland, es “el árbol frondoso bajo el cual se cobijan las demás libertades”, por lo que su vulneración, aunque sea indirecta, tiene nocivos efectos para la estabilidad nacional.

Uno de los grandes logros de la restauración democrática, tras la debacle del fujimontesinismo, fue la recuperación del ejercicio pleno de la libertad de prensa, algo absolutamente necesario para formar ciudadanos responsables, fiscalizar la cosa pública y denunciar cualquier acto de corrupción o desviación de la ley, que es lo que parece incomodar a algunos.

No podemos retroceder. Como medio de comunicación independiente, exigimos el esclarecimiento de los casos mencionados, así como el deslinde inmediato al más alto nivel político, legislativo y judicial. Si lo que se quiere es crear un río revuelto para atacar y amenazar a los medios, pues estamos advertidos. Por el bien del país debemos parar esa absurda campaña que busca desprestigiar a la prensa que informa, orienta y denuncia.

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