1.10.09

Libertad para la verdad

Hoy, como cada año en la fecha, se celebra el Día del Periodista. La efeméride tiene su origen en la aparición, el 1 de octubre de 1790, del Diario de Lima, el primer cotidiano impreso en Hispanoamérica. Su creador, Jaime Bausate, un español, no era, en esos días coloniales un adulador del virrey.

Cuando arribó a Lima, Bausate halló que esta ciudad virreinal estaba dormida. Se propuso sacudirla de su “inacción letárgica” y “ponerla en movimiento”.

Quienes examinamos el Diario de Lima, en la hemeroteca antigua anexa a la Biblioteca Nacional de la avenida Abancay, no podemos olvidar que en las páginas de esa publicación, audaz por más de un motivo, se filtraban ideas de la Ilustración.

Recordemos que Bausate tuvo que exiliarse en Francia en 1813, ante la acusación de “afrancesado”; es decir simpatizante de la Revolución Francesa.

Prueba de la independencia relativa del diario se encuentra en el hecho de que no pudiera sobrevivir por falta de auspicios.

Dentro de la relatividad de lugar y época, el Diario de Lima dibuja, así, algunos rasgos del mejor periodismo peruano de todos los tiempos.

En 1950, cuando, bajo la dictadura de Odría, se fundó la Federación de Periodistas del Perú, ésta adoptó el lema: “Libertad para la verdad, responsabilidad en la expresión y decorosa condición económica para el periodista”.

Recuerdo que en esos días, antes de ir a parar a la cárcel por defender la libertad en hojas clandestinas, casi siempre mimeográficas, dije a quienes supuse autores de la frase: ¡Es una formulación hegeliana!

No conocía entonces las palabras con que el poeta y revolucionario inglés John Milton defendió la libertad de imprenta. “A fin”, escribió en su inmortal Areopagítica, “de que la razón pueda continuar, en una nueva época de luz, su exploración de la verdad”.

Ahora estamos en una nueva época de sombra. El poder mediático del gran capital y los políticos reaccionarios se ejerce, sin pausa, en el mundo entero. En países atrasados como el Perú, la estrategia de los amos es ocultar la verdad, trivializar la información, eludir los debates serios, privilegiar los pleitos de alcoba, exhibir el crimen común y callar los crímenes cometidos desde arriba contra el pueblo, la patria y la cultura.

Nuestro diario, calumniado por la derecha y la extrema izquierda, acosado por el poder político, omitido por la gran publicidad, sobre todo la manejada por el gobierno, sigue las tradiciones de libertad, veracidad, pluralismo responsable. Se defiende y avanza contra viento y marea.

Como alguien ha sostenido, LA PRIMERA no es un fenómeno periodístico; es un fenómeno social. Verdad, patria, democracia, justicia social, derechos humanos, cultura son las banderas que desplegamos, y que un público creciente acoge y respeta. Éste es por eso nuestro día.


LA PRIMERA

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