8.2.09

Petro-Tech evasiva

De un tiempo a esta parte era secreto a voces que los directivos de Petro-Tech ultimaban detalles para vender esta empresa petrolera. De cara a las acusaciones formuladas por un colaborador eficaz, quien sostiene que los representantes de Petro-Tech fueron los que financiaron el repudiable e ilegal espionaje industrial, estaríamos ahora ante el episodio final de un supuesto plan bien elaborado, con cronograma de por medio, en el que los estrategas de esa compañía –dedicada a la explotación de lotes petroleros– programaron varios pasos e incluso salidas de contingencia.


Veamos en el terreno de las posibilidades, y a la luz de las acusaciones que recaen sobre esa firma petrolera, cuáles habrían sido esos pasos. Primero, mandar “chuponear” a una empresa especializada en estas tareas como Business Track (desde febrero de 2008). Está demostrado que Petro-Tech fue cliente de la referida firma dedicada a la ”gestión en seguridad de las comunicaciones”. Segundo, a resultas de lo que habrían comenzado a dar conocer esos audios, los dueños de Petro-Tech habrían planificado iniciar contactos para dejar el Perú (abril de 2008 aproximadamente), decisión que habría quedado plenamente confirmada cuando en agosto de 2008 perdieron la licitación de cinco lotes petroleros frente a Discover Petroleum. Elemento este que habría conducido a entregar las cintas magnetofónicas (setiembre de 2008) a algunos periodistas, quienes las publicaron el 5 de octubre del año pasado, pero al mismo tiempo a continuar con la fase tercera, es decir seguir adelante con la decisión de vender las acciones de Petro-Tech y, por ende, transferir la propiedad a algún interesado contactado.

Por más que otorguemos el beneficio de la duda a Petro-Tech, lo cierto es que ante la comisión del Congreso que investiga la interceptación telefónica, el Poder Judicial y la opinión pública era conveniente que, por respeto al país que la acoge, esa empresa debía mostrar voluntad para esclarecer totalmente los hechos que la hacen sospechosa de la autoría intelectual del “chuponeo”. Por supuesto que legalmente los dueños de esa compañía tenían derecho de hacer con sus acciones lo que quisieran, no obstante moralmente esa decisión resultaba cuestionable ya que presentaría a sus directivos y gerentes como personas desesperadas por adoptar medidas evasivas ante el desenlace que pudiese tomar la investigación en curso.

El pasado miércoles 4, en Editorial titulado “Petróleos del Perú”, hicimos referencia a una de las posibles causas del espionaje al señalar que Petroperú (empresa nacional) “se ha preparado para liderar el mercado” de hidrocarburos pues regresaba con fuerza a la exploración y explotación de crudo. Entonces, frente al relanzamiento de la petrolera nacional “(...) sin duda una empresa petrolera privada, competidora, se ha venido comportando nerviosamente al extremo de colocarse como la principal sospechosa de la mega interceptación telefónica. Acá no se trata de acusar a nadie, eso le toca al Poder Judicial. Acá se señala lo que es de conocimiento público: Petro-Tech fue cliente de Business Track y un colaborador eficaz la ha sindicado de haber pagado por ‘chuponear’.” Lamentablemente, la venta se ha consumado sin esperar los resultados completos de las investigaciones en manos de los órganos jurisdiccionales del país. ¿Se pudo evitar esa transacción en salvaguarda de los intereses nacionales

expreso

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