Uri Ben Schmuel
uribs@larazon.com.pe
Se equivoca Mario Vargas Llosa al decir que la creación de un museo de la memoria (M de la M) enfrenta “mucha hostilidad de los sectores más recalcitrantes vinculados a las matanzas”. Porque ni Sendero ni el MRTA se oponen a tal M, todo lo contrario.
De modo que no entendemos el comentario del escritor. A menos, claro, que por “sectores recalcitrantes vinculados a las matanzas” se refiera a las FF AA. Que razones de sobra tienen para desconfiar del M de la M, de cuya comisión forman parte connotados miembros de la infame CVR.
Más aún ahora, cuando Vargas –en evidente guiño a la caviarada– hace suya la vil tesis central del Informe Final, según la cual los militares violaron “sistemáticamente” los DD HH. A lo mejor esos coqueteos con la progresía le sirven para recibir el Nobel de Literatura. Lástima que por obtenerlo se preste a arrojar lodo a nuestras gloriosas Fuerzas Armadas.
Lo que nos lleva a repetir la pregunta que algunos plumíferos de la argolla mediática caviar se han hecho en estos días, obviamente para jalar agua a sus molinos “políticamente correctos”: ¿qué pasaría si Grau viviera hoy?
Pues es muy sencillo: si el Caballero de los Mares viviera hoy, aprobaría que se combata con la máxima firmeza a los terroristas del VRAE. Y hubiera estado allí, encabezando a los infantes de Marina. Porque, como buen comandante, era de los que decían “síganme”.
Y entonces, si Grau viviera hoy, lo habrían enjuiciado, como a doscientos oficiales y tropas que pelean en la zona, “por violar los DD HH”. Y cada semana tendría que abandonar el teatro de operaciones para responder en Ayacucho las impertinentes preguntas de fiscales y jueces adoctrinados por las ONG.
Si Grau viviera hoy, respaldaría a Giampietri en su lucha por un canon para las FF AA. Advertiría que no debemos descuidar el frente externo. Se reiría de los ingenuos que creen en las “cuerdas separadas”.
Si Grau viviera hoy, respaldaría un museo de la memoria. Pero un museo que refresque la memoria sobre cómo ciertas inversiones extranjeras fueron preámbulo de invasiones y no garantía de defensa nacional.
LA RAZON
uribs@larazon.com.pe
Se equivoca Mario Vargas Llosa al decir que la creación de un museo de la memoria (M de la M) enfrenta “mucha hostilidad de los sectores más recalcitrantes vinculados a las matanzas”. Porque ni Sendero ni el MRTA se oponen a tal M, todo lo contrario.
De modo que no entendemos el comentario del escritor. A menos, claro, que por “sectores recalcitrantes vinculados a las matanzas” se refiera a las FF AA. Que razones de sobra tienen para desconfiar del M de la M, de cuya comisión forman parte connotados miembros de la infame CVR.
Más aún ahora, cuando Vargas –en evidente guiño a la caviarada– hace suya la vil tesis central del Informe Final, según la cual los militares violaron “sistemáticamente” los DD HH. A lo mejor esos coqueteos con la progresía le sirven para recibir el Nobel de Literatura. Lástima que por obtenerlo se preste a arrojar lodo a nuestras gloriosas Fuerzas Armadas.
Lo que nos lleva a repetir la pregunta que algunos plumíferos de la argolla mediática caviar se han hecho en estos días, obviamente para jalar agua a sus molinos “políticamente correctos”: ¿qué pasaría si Grau viviera hoy?
Pues es muy sencillo: si el Caballero de los Mares viviera hoy, aprobaría que se combata con la máxima firmeza a los terroristas del VRAE. Y hubiera estado allí, encabezando a los infantes de Marina. Porque, como buen comandante, era de los que decían “síganme”.
Y entonces, si Grau viviera hoy, lo habrían enjuiciado, como a doscientos oficiales y tropas que pelean en la zona, “por violar los DD HH”. Y cada semana tendría que abandonar el teatro de operaciones para responder en Ayacucho las impertinentes preguntas de fiscales y jueces adoctrinados por las ONG.
Si Grau viviera hoy, respaldaría a Giampietri en su lucha por un canon para las FF AA. Advertiría que no debemos descuidar el frente externo. Se reiría de los ingenuos que creen en las “cuerdas separadas”.
Si Grau viviera hoy, respaldaría un museo de la memoria. Pero un museo que refresque la memoria sobre cómo ciertas inversiones extranjeras fueron preámbulo de invasiones y no garantía de defensa nacional.
LA RAZON
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