1.2.09

O’Brien mintió a comisión Luízar al ocultar que entregó 6 USB a Giselle Giannotti

Reconoció ante colegiado que recibió audios el 22 de setiembre y ahora insiste que fue en diciembre

Unidad de Investigación

El periodista Pablo O’Brien Cuadros, a la luz de sus declaraciones proporcionadas el 17 de noviembre del 2008 a la comisión investigadora de interceptaciones telefónicas que preside el congresista Oswaldo Luízar, incurrió en perjurio al haberle mentido a esta comisión, afirmando que recibió audios con “chuponeos” el 22 de setiembre del 2008 y luego públicamente rectificarse y asegurar que este hecho ocurrió en diciembre.

E igualmente por haberle ocultado a este grupo colegiado sus contactos directos con Giselle Giannotti Grados, integrante de la empresa chuponeadora Business Track S.A., a la que, según testimonios de los subalternos de la Marina, Martín Fernández Virhuez, Jesús Ojeda Angles y Jesús Tirado Seguín, “chuponeadores” pertenecientes a esta compañía, actualmente detenidos, le entregó un total de 6 USB con audios de “chuponeos” para que haga un análisis y confirmación de su autenticidad.
O’Brien al momento de efectuar esa manifestación ante la comisión estaba lejos de imaginarse que en enero del año siguiente se produciría la identificación de la empresa “chuponeadora” y la captura de los agentes encargados de esta operación, por ende, que su coartada caería por los suelos y que ante este desenlace se vio obligado a soltar los audios, entre los que estarían incluidas las copias de los que entregó a Giselle Giannotti.

Y lo que es más grave: ante la comisión Luízar tejió una historia policíaca de citas, paseos por calles periféricas de la capital y sujetos con aspecto de militares, como marco de la recepción de los USB con emails y audios en el lapso de agosto hasta el 22 de setiembre del 2008, cuando todo indica que la recepción se produjo de manera directa de manos de Business Track o de la empresa Petro-Tech S.A., esta última investigada por haber presuntamente pagado la realización de los “chuponeos”.

Más contradicciones
Frente a las preguntas y repreguntas de los integrantes de la comisión Luízar, O’Brien solo habló de un USB y audios, a secas, y se cuidó de no mencionar que se trataron de los citados 6 USB, como posteriormente los “chuponeadores” lo han confirmado ante el fiscal Walter Milla López, que entregó a Giannoti.

Luego de la difusión del paquete de 86 audios, O’Brien ha tratado de mejorar su coartada, pero el resultado ha sido peor, porque ha admitido que este paquete no corresponde a los USB entregados a Giannotti y, por lo tanto, ella no debería utilizarlo para descargar la responsabilidad de su participación en la empresa “chuponeadora” y, seguidamente, remarcó que todo el paquete lo recibió en diciembre, sin precisar la fecha y sin tomar en cuenta que ante la comisión Luízar había descrito con lujos de detalle que los encuentros se produjeron entre agosto y el 22 de setiembre.

“En agosto o comienzos de setiembre se contactaron conmigo y luego de pasearme por todo Lima me entregaron un USB con correos electrónicos en un barcito que luego identifiqué que estaba localizado en San Juan de Lurigancho”, dijo. Luego, frente a otras preguntas, reconoció que el 22 de setiembre “me entregaron audios sobre Discover y construcción de hospitales”.

El periodista explicó a los legisladores que el primer material con correos electrónicos los llevó a Argentina, con autorización de su medio de comunicación (El Comercio), donde un experto llamado Gustavo Preston para que los analice, pero que no retornaron a recoger el resultado total porque el diario resolvió suspender la publicación. En cuanto a los audios, remarcó que su medio de comunicación solo publicó el contenido de algunos, con excepción de dos, que siguen en poder de esa casa editora.

Mentira al descubierto
La imagen que describió O’Brien fue que eso era todo el material electrónico que recibió de los “chuponeadores”, pero ha quedado claro que mintió, porque tenía un total de 86 audios que resolvió dar no al juez Edwin Yalico, quien investigaba el espionaje telefónico, sino al juez Jorge Barreto, quien tiene una investigación diferente, a Rómulo León y Alberto Químper; asimismo, tenía los 6 USB que intercambió con Giannotti y que se esmeró en mantenerlo oculto por varios meses.

Asilo
Según rumores, en vista de estas graves contradicciones, O’Brien estaría buscando asilarse con la finalidad de evadir una probable responsabilidad penal por su perjurio.

El periodista ya habría abierto contacto con una embajada sudamericana, que sería la de Bolivia, aduciendo que es víctima de una persecución política.

Hay que destacar que las vacaciones judiciales previstas para febrero excluirán al proceso por “espionaje telefónico”, que ahora está a cargo de la jueza del 34 Juzgado Penal de Lima, María Martínez Gutiérrez, reemplazante del juez Yalico, y, por lo tanto, continuará con el proceso abierto a los directivos de la empresa Business Track y otros.

LA RAZON

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