26.2.09

Camisea no debe producir pobreza

El gas de Camisea debe ayudarnos a salir de la pobreza. Hay demasiada experiencia que demuestra que reducir nuestros recursos naturales a materia prima para ser vendida en el extranjero es el camino al subdesarrollo y el mejor estímulo de la pobreza.

El Perú tiene más de catorce trillones de pies cúbicos de gas en los lotes 88 y 56 de Camisea, de los que se piensa exportar 650 millones de pies cúbicos diarios a partir del 2010.

Nuevamente se quiere exportar una riqueza que nos dio la naturaleza, no un inversionista ni una empresa privada, no una política pública ni un proyecto estatal, y que, por eso, debía dedicarse a mejorar los niveles de vida le los peruanos.

Nuestras materias primas se deben exportar después de haber satisfecho las necesidades internas de desarrollo económico, social y tecnológico, para llegar a hacer del capital humano el más importante factor de progreso y la garantía de un futuro mejor.

A mediados del siglo veinte producíamos cobre, plomo, zinc, harina de pescado, algodón, azúcar, que pesaban en el mercado internacional y nos permitían una holgada posición de negociación en el comercio con otros países. Pero por la falta de una inteligente y honesta clase dirigente esta producción no se transformó en desarrollo.

A comienzos de este siglo nuestras principales exportaciones eran casi las mismas, con tecnologías obsoletas propias de una economía primario exportadora, en un mundo de alta sofisticación tecnológica e intenso comercio de servicios, protección intelectual y derechos de autor.

Así, el Perú quedó fuera de la cancha del progreso global y pasamos de país en desarrollo a país sin desarrollo. Con una clase alta muy rica pero insignificante, una clase media poco visible y peleando por no ahogarse en la pobreza y con un pueblo pobre luchando para comer, para educarse y para curarse con menos de dos dólares diarios. Así no saldremos del hoyo.

Si insistimos en vender el gas y no en transformarlo en productos de alta tecnología que dejan más riqueza para los peruanos, que se cuide Haití porque le vamos a quitar el último lugar en América Latina.

LA PRIMERA

Apología del elefante

Cuando el Apra odiaba a “El Comercio” y “El Comercio” maldecía al Apra, los apristas le decían al diario de Luis Miró Quesada de la Guerra “el paquidermo”.

Era una frase de Haya convertida en arma. Y venía, seguramente, de lo que pensaba Haya que debían de ser los elefantes: antiguos, estúpidos y prescindibles. Porque Haya, en ese aspecto, se parecía al rey Leopoldo de Bélgica, autor del Holocausto africano, recolector de marfil, señor de negros y canalla adorado en las cortes europeas.

Pero resulta que el elefante, que en la India es venerado, es un animal que no se merece el desprecio aprista del que es víctima.

En efecto, siguiendo a Haya también en eso, el doctor Alan García intenta desacreditar, cada vez que puede, a los elefántidos sobrevivientes de la masacre congolesa.

Y entonces, si se trata de llamarles la atención a los burócratas que dizque le impiden avanzar, el doctor García habla de “lentitudes paquidérmicas”. Y si se trata de dispararle a la Contraloría acusándola de pasmada en sus trámites y ralentizada en su supervisión, pues el doctor García volverá a hablar de “la estructura paquidérmica” de esa institución.

Es notorio que el aprismo puro prefiere a los búfalos y que el impuro –o sea una porción considerable- ama, por emulación, a los macacos picabolsos, pero de allí a calumniar a esas bestias magníficas que se demoran 22 meses en gestar hay una distancia que no debiera haberse caminado.

Los elefantes han sido siempre para mí majestades no reconocidas. Los amé en las películas, los soñé en los sueños de la infancia, los quise como plenipotenciarios de esa naturaleza que el hombre odió desde que lanzó la primera punta de obsidiana en contra de un mamut (abuelo ensangrentado y desaparecido).

Los elefantes no es que sean lentos sino que se toman su tiempo. Y no es que parezcan idos sino que andan escuchando sonidos finísimos que pueden llegarles desde 18 kilómetros de distancia. Y no es que baboseen sino que meten la hierba de su santa dieta en un primer caldo de hocico y de paciencia.

Elefante parecía Neruda, que también andaba como demorado. Y dándole de comer a un proboscídeo africano, un día de hace muchos años, tomé la decisión de amar a los animales y de luchar, con la modestia de mis recursos, por sus derechos pisoteados.

Por eso me repugna la taurofilia –esa huachafería tardofranquista-, odio a los cazadores y les deseo el mal de la elefancía, bombardearía los safaris, mataría con el pensamiento a los mataballenas y, lentamente, a los matafocas y aun más despaciosamente a los que creen que las nutrias fueron hechas para abrigar a una zorra de ópera y diamante.

En fin, que soy un animal que escribe pensando en los animales que no escriben y –muchas veces y muy divertidamente- enfrentado a bestias que sí escriben. Porque los elefantes son académicos que engordaron en la contemplación. Porque los elefantes son sabios y vegetarianos mientras que los mandatarios, por lo general, son poco sabios y demasiado carniceros.

CESAR H

Alianza para el olvido

El gobierno aprista ha rechazado una donación alemana para construir un Museo de la Memoria, destinado a aleccionar a los peruanos respecto a la violencia que durante veinte años atormentó al Perú.

Elocuente es que Alan García y el fujimorismo quieran ocultar ese pasado.

El país, en cambio, necesita conocer y recordar lo que ocurrió en los años en que Sendero Luminoso inició, a espaldas del pueblo, lo que en días de riesgo llamé “la desesperación armada”.

Necesitamos recordar las atrocidades cometidas por orden de Abimael Guzmán, según confesó éste en la llamada “Entrevista del siglo”; pero también los crímenes horrendos perpetrados por las fuerzas del orden.

En días en que ser acusado de “revisionista” por Sendero equivalía a una sentencia de muerte, llegó a parecer que esos métodos conducían a la victoria del senderismo, cuyo preludio era el supuesto “equilibrio estratégico”.

Fueron los campesinos, las fuerzas progresistas, las que al final derrotaron un movimiento de fanáticos, dirigido durante casi veinte años desde un cómodo, idílico, barrio residencial de Lima.

También las torturas, los asesinatos, las desapariciones forzadas, los entierros masivos y clandestinos, la matanza de niños, cumplidos por las fuerzas del orden, aplicando la doctrina de la guerra sucia aprendida del fascismo europeo y estadounidense; deben ser recordados, analizados y condenados.

Para eso ayudará un Museo de la Memoria.

No se trata sólo de rememorar el pasado. Se trata de limpiar el horizonte, las conciencias, rumbo al futuro.

El aprofujimorismo busca enterrar el recuerdo, porque sepultó a millares. El Frontón, La Cantuta, Barrios Altos, Putis, los unen en el ayer y los encararán en lo futuro.

Por eso rechaza un Museo de la Memoria.

Sin duda que el senderismo, que hoy emprende acciones provocadoras -¡en alianza con el Apra en ciertas bases sindicales!- y que vuelve a amenazar de muerte a adversarios de izquierda; el senderismo, creo, también debe de temer un Museo de la Memoria.

Alemania, el país que generosamente propuso financiar el Museo de la Memoria, sabe de esto. Alguna vez Edward Said, el gran crítico y ensayista palestino, recordó que el campo de concentración nazi de Buchenwald estaba a un paso de Weimar, la ciudad donde vivió y creó Goethe, poeta del humanismo fraterno, el amor y la actividad transformadora.

En Buchenwald fueron asesinados 65,000 judíos, comunistas, gitanos y homosexuales.

Alemania ha sabido nutrirse de las dos memorias, la de Goethe y la de Buchenwald. Esa asimilación le ha permitido construir un país nuevo. Su experiencia enseña que el futuro se forja con los materiales de la historia sufrida y los sueños mejores.

LAPRIMERA

Obras y no palabras

El 'plan anticrisis’ está por cumplir tres meses desde que fue anunciado por el gobierno y, pese a toda la reiterada intención de acelerar la ejecución de la inversión, el hecho innegable es que existe una serie de cuellos de botella que impide cumplir con esa declaración. El caso más claro parece ser el esquema mediante el cual las empresas pueden pagar hasta la mitad de su impuesto a la renta realizando directamente obras de infraestructura. Este sistema, recientemente promulgado, aún no ha podido ser implementado debido a que tiene trámites de lo más complicados. Existirían hasta 54 pasos diferentes que debe tomar el contribuyente para poder obtener la aprobación correspondiente y recién entonces empezar a ejecutar. Evidentemente, todo ese largo proceso implica tiempo y dinero, por lo que no es sorprendente que ningún proyecto se haya logrado iniciar. Pero lo más preocupante sería que cunda el desánimo entre los empresarios y el esquema se quede sin poder ser realizado.

En realidad, la iniciativa es novedosa y permite ganar, por lo menos, dos o tres años en la inversión. En el ciclo actual del pago tributario, el contribuyente regularizaría su impuesto a la renta correspondiente a este año al final del primer trimestre del 2010. Luego el MEF, con esos recursos asegurados, elabora el presupuesto del 2011, por lo que los fondos son transferidos a los gobiernos regionales o municipales a lo largo de todo ese año para que recién entonces convoquen a licitación y cuando otorguen la buena pro finalmente puedan hacer efectivo el gasto. Por ello, obras vitales que las empresas podrían iniciar el próximo trimestre, tendrían que esperar, por lo menos, hasta el 2012 si este esquema no da resultado.

Felizmente parece existir un gran entusiasmo por parte del empresariado, ya que habría 135 potenciales proyectos registrados que involucran más de 4,300 millones de soles de inversión. Por tanto, aquí lo que se requiere es lograr un sistema que sea prudente pero adecuado, y que permita avanzar a los interesados. Como en el Estado es muy fácil trabar iniciativas y es difícil que un funcionario esté dispuesto a tomar una decisión, corresponde al más alto nivel del gobierno el dar una demostración de esa declarada voluntad por estimular la economía, modificando el actual engorroso reglamento con el fin de acelerar la inversión.

PERU 21

Mucho ojo

El mismo día que nuestro colaborador Víctor Robles, en artículo publicado en las páginas centrales, alertaba que el terrorismo no se ha arrepentido y está agazapado, listo para atacar de nuevo, se producía la voladura de una torre de alta tensión en Huánuco.
Y aunque atentados de este tipo no ocurrían desde mediados de la década de los ’90, solo fue destacado en portada por Correo y este diario. El resto de medios prefirió ocuparse de temas tan trascendentales como las cuatro policías que aparecieron en un video en Internet ligeras de ropas (una pacatería, de paso, que las hayan sancionado por una travesura sin consecuencias; en todo caso, deberían buscar y castigar a quienes difundieron las imágenes íntimas).

Ciertamente una golondrina no hace un verano, y una voladura con dinamita no significa que Sendero esté, como a comienzos del ’90, en condiciones de poner en jaque al país. Pero conviene mantenerse alertas ante hechos de este tipo. Si bien no es cuestión de caer en alarmismos, tampoco es buena la política del avestruz.


Porque, como también señaló Robles en el artículo, hay numerosos indicios de que Sendero Luminoso está muy activo y desarrolla una intensa labor proselitista en busca de apoyo a sus objetivos actuales: liberar a sus presos e infiltrarse más en las organizaciones gremiales y populares para inculcar su prédica violentista y reclutar terroristas. Y –Robles dixit y nosotros suscribimos– se corrobora además que el terrorismo y la izquierda marxista y caviar comparten una misma campaña que busca anular la acción policial contra la violencia acusando a la democracia de “criminalizar la protesta social”.

A esto se suma que no tiene visos de acabar la campaña de persecución contra los militares que combatieron el terrorismo. Peor aún, está descendiendo a simas inauditas de abyección, como lo prueba el hecho de que, cuándo no, la CIDH reclame un nuevo juicio a los héroes de Chavín de Huántar y una indemnización a los parientes de los bandoleros del MRTA que capturaron la embajada japonesa.

Esta perversa cacería contra los héroes de la pacificación debe cesar de inmediato. Y la mejor manera sería a través de una Ley de Caducidad de la Pretensión Punitiva del Estado, similar a la que promulgó en Uruguay a fines de 1986 el gobierno democrático de Julio María Sanguinetti. Por supuesto, los caviares pondrían el grito en el cielo (en Uruguay quisieron tirarse abajo esa ley mediante referendo pero la gente votó por 57% contra 43 para que se mantenga; aquí un referendo a favor de amnistía para los militares ganaría por 99.5 por ciento).

A ver si el Ejecutivo y el Congreso se ponen los pantalones en esto de una vez. Nuestras fuerzas armadas no merecen semejante maltrato. Demostremos que somos una nación agradecida. Y si a los caviares no le gusta, que se vayan a llorar a las playas de “Eisha”.

El Mincetur y Máncora

Mientras paseaba por Máncora, me preguntaba por qué ésta no podía ser algo así como la australiana Cairns, un balneario tropical de similares características (turismo surferito, ecologista y de aventuras) y dimensiones respecto de nuestro pueblo piurano. Cairns viene a ser como el pequeño Miami/Hawái de los aussies, japoneses y kiwis, un lugar no tan pretencioso y rico como éstos, pero limpio, cumplidor y acogedor. Porque de lo que observé, Máncora no sólo atrae a peruanos.

Estaba repleto de ecuatorianos (por las largas fiestas de carnaval que

allá disfrutan, además de que el Perú les resulta barato al tener ellos sus ingresos en dólares), amén de yanquis, europeos y otros sudamericanos.

Pero no, el pueblo de Máncora agobia por la Panamericana Norte que la corta a la mala por el medio, lleno de bocinazos, nubes continuas de polvo entre tanto calor, suciedad (lamentablemente, el peruano promedio es bastante cochino y que no lo excusen con la pobreza. Todo el rato he visto buses y peatones que ensucian), salvajes o torpes manejando por allí y las benditas mototaxis zumbando. Me preguntaba por qué Meche Aráoz se dedicaba tanto al comercio exterior y no mira un poco más su cartera de Turismo. Me inquiría que si era evidente que Máncora es un punto de desarrollo turístico tan exitoso, por qué entonces Aráoz no se daba una vueltita, anotaba lo que se podía corregir rápidamente, se ponía a coordinar con el alcalde (o el presidente regional, que además es aprista, aunque es más inútil que eunuco en harén sin sultán), le sacaba un poco de plata a Carranza con esto de las inversiones en obras para enfrentar a la crisis externa y se comenzaba por algo tan sencillo como ponerle veredas decentes a Máncora, por lo menos a los costados de la Panamericana para comenzar. Que cuide a sus gallinas de oro.

Asfaltar no es faena titánica. Da vergüenza entrar a las vías paralelas o a los alojamientos turísticos de Las Pocitas y de Vichayito y encontrarse con caminos terrosos e inmundos, que contrastan con el tremendo esfuerzo privado de haber a la vera construido albergues y hoteles de primera para los turistas. El celebérrimo Punta Sal también tiene unas vías internas que son un asco. El ordenado Huanchaco es Cannes o Marbella al lado de Máncora y Punta Sal. Es que tal parece que es un fenómeno muy peruano ver tierra con lujo. La gente paga locuras sólo para veranear un mes -y tan sólo para fines de semanas- en Eisha y los accesos a sus exclusivos clubes son de tierra y oscuros.

No creo que el fisco peruano quiebre ni que seamos tan inútiles de no poder asfaltar unos cuantos kilómetros y darle una mejor impresión al turista extranjero que va a Máncora y aledaños. Ni qué decir de poner carteles explicativos en varios idiomas, entrenar policías de turismo, señalizar circuitos, ordenar un poco el tráfico, poner más cómodas las mototaxis, controlar el ruido, un mercadito limpio para los artesanos, hacer obligatorios los ventiladores en los lugares públicos, sacar los desechos plásticos de las playas, etc. No todo se trata de TLC en la vida del Mincetur.

No se está pidiendo el cielo tampoco. Son cosas que caen por su propio

peso. Es que subleva tanta indolencia, dejadez y suciedad, tanto

desperdicio de oportunidades. Felizmente, Piura me asombró después con un plato inusual y rico: ravioles rellenos de pollo en salsa de ají de

gallina. La buena cocina, como la suciedad, es innata en nuestro país.

Aldo Mariátegui

La autoridad del principio

Por Augusto Álvarez Rodrich
alvarezrodrich@larepublica.com.pe

La PNP necesita liderazgo enérgico pero justo.

Está muy bien que Mercedes Cabanillas haya empezado su actuación como ministra del Interior con expresiones que transmitan su intención de restaurar el principio de autoridad en una institución que lo ha perdido hace mucho tiempo. Pero cuidado con el abuso y con limitar las sanciones a las sardinas y obviarlas para los tiburones de la policía.

En este sentido, fue una decisión valiosa de Cabanillas la expulsión inmediata de los dos policías que, en completo estado de ebriedad, ocasionaron un triple choque en Monterrico. No hay duda del delito y solo queda proceder con la sanción enérgica que debería servir –lo que es más importante– como advertencia al resto de integrantes de la institución.

A diferencia, no parece haber sido muy feliz la decisión de la ministra Cabanillas en el caso de las cuatro policías que han sido separadas temporalmente y que podrían ser expulsadas porque un video en el que ellas aparecen semidesnudas fue colgado en ‘cholotube’ –una página web caliente– y recibió a unos cien mil visitantes.

Estas policías no han cometido algún delito. Por el contrario, han sido víctimas de la persona que violó su intimidad al difundir imágenes íntimas sin su consentimiento. Más allá de alguna broma que se juegan entre ellas, no están realizando nada muy, digamos, ‘espectacular’. Y, para decirlo con más claridad, aún si estuvieran realizando algún acto sexual, eso corresponde estrictamente al ámbito privado en el que nadie tiene derecho a ingresar.

Si por lo visto en ese video, la ministra Cabanillas cree que hay una infracción, pues está en un error garrafal y en un exceso de cucufatería. Y si, peor aún, lo quisiera usar para castigar a estas cuatro policías con el fin de fortalecer su imagen de ‘Thatcher’ –la cual no le viene mal– pues sería algo condenable desde todo punto de vista.

Restaurar el principio de autoridad en una entidad en donde este se ha perdido como consecuencia de muchos años de manejo incompetente y corrupto es indispensable. Pero actuar de acuerdo con ese dicho lamentable que prima en muchas entidades de que ‘autoridad que no abusa, se desprestigia’, sería inaceptable y contradictorio con la necesidad de reconstruir los valores en la institución, lo cual solo se va a lograr gracias a un liderazgo enérgico pero justo.

Finalmente, la nueva ministra no debiera olvidar que la corrupción más relevante en la policía no está en los mandos inferiores, sino en los tiburones que desde hace tanto tiempo se la llevan fácil ante la indiferencia y hasta la complicidad de muchas autoridades.

Acabar con el relajo

Por la salud de la seguridad interna (ciudadana) y en aras de la dignidad policial, le deseamos éxito a la ministra del Interior, Mercedes Cabanillas, en las medidas radicales que necesita aplicar para transformar el deprimente panorama que exhibe hoy su sector, donde hay, por supuesto, honrosas excepciones. No obstante, lo concreto es que cuando la entidad encargada del orden público se debate en medio de serias dificultades para articular la marcialidad que le es inherente, y para cumplir las sólidas bases morales que la inspiran, no queda más remedio que introducir una reingeniería profunda. Parte de esta tarea consiste en infundir disciplina, más disciplina y absolutamente más disciplina a las filas de la Policía.

Sin embargo, basta señalar que las normas administrativas disciplinarias que deberían velar porque se investiguen y sancionen efectivamente las faltas que comete el personal policial, adolecen de trampas, ambigüedades e inconsistencias. Esto al final del día acaba salvándole el pellejo a quienes protagonizan hechos reñidos contra la función policial. Es inadmisible que un subalterno o un oficial pillado en alguna falta, pase meses en medio de inofensivas citaciones o apelaciones, y al cabo de un largo proceso interno termine libre de polvo y paja. Esa práctica generalizada al interior de la PNP revela que no existe un serio régimen disciplinario, ya que se fomenta el relajo, y se inhibe a quienes quieren denunciar situaciones administrativas –y hasta delictivas– haciendo que todos practiquen un falso espíritu de cuerpo que premia al corrupto y facilita la impunidad. Y cuando hay sanciones, éstas resultan generalmente leves o permisivas pues al poco tiempo concluyen con la reincorporación del sancionado

Por ello se ve con frecuencia a policías ebrios ocasionando accidentes automovilísticos, o atentando a mano armada contra ciudadanos o contra otros agentes, o apareciendo mujeres de la institución policial filmándose desnudas con la cámara de algún celular. Es decir, no se guarda la compostura dentro de los cuarteles. Y estos casos son minúsculos frente a hechos tan graves como policías alquilando armas de asalto a las bandas criminales, o robando la gasolina que se les asigna para resguardar la ciudad. De manera que frente a este desgobierno hace bien la ministra Cabanillas anunciando que se modificará la Ley del Régimen Disciplinario de la Policía Nacional para hacerla más severa. Es más, la lideresa del portafolio del Interior también ha señalado que el reglamento de esa ley “es blandengue, muy permisivo, relaja la disciplina” y que por esa razón también deberá reformularse.

Varias veces advertimos estas –y otras– deficiencias en asuntos internos de la institución policial, en la inspectoría general y en los tribunales administrativos territoriales de la PNP. Por eso se justifica una revisión urgente y a fondo de los reglamentos policiales para ajustarlos a la realidad de una institución honorable al servicio del país. Este papel es el que le toca a la PNP, y no otro indecente o deshonesto. En consecuencia, respaldamos a la ministra del Interior para que, en las próximas semanas, cumpla el cometido de reformar las normas concernientes al régimen disciplinario policial, donde el personal no es otro que aquél integrado por servidores públicos, concepto que no debería olvidarse.

EXPRESO

Incentiva el centralismo

El Ejecutivo está empeñado en batir récords en los indicadores del crecimiento del sector construcción. Y aparentemente lo hace a cualquier costo, sin mayor planificación. Afiebrado por este objetivo señala que busca promover la venta de algunos predios del Estado sin importarle, por ejemplo, desarticular las expectativas del Ministerio de Educación respecto al mejor uso que darle al local que ocupaba en el distrito de San Borja.



Igualmente, a tontas y a locas licitó la venta del terreno que ocupa el Aeroclub de Collique (Escuela de Aviación Comercial) y la Industria Nacional de Aeronáutica (Indaer), entregando nada menos que 64 has. -violando una carga pétrea establecida en los términos de la donación efectuada hace más de medio siglo por 500 mil peruanos para su uso exclusivo en el fomento de la aviación civil– a un consorcio inmobiliario peruano-chileno para construir 22 mil viviendas, pero ocultando la verdadera razón del negocio que consiste en levantar allí un mega centro comercial. No olvidemos que similar despropósito se quiso acometer contra un área del terreno de la Comandancia General del Ejército, al que se pretendió cercenar más de 19 has. Sin embargo, la reacción de la prensa, de la Municipalidad de San Borja, de los vecinos y de oficiales y suboficiales del Ejército en situación de retiro, logró hacer que el Ejecutivo retroceda en esta irracional pretensión.

Lamentablemente, no contento con todo ese alboroto generado, y luego que su bancada en el Congreso de la República y el Ejecutivo olearan y sacramentaran una peligrosa ley de expropiación de terrenos (públicos y privados) cercenados a sus legítimos propietarios para entregarlos a invasores y traficantes de tierras –que suelen agazaparse detrás de determinados políticos– el gobierno promocionó la promulgación de aquel brulote dizque destinado a “formalizar y titular” los terrenos capturados. Para tratar de justificar la promulgación de ese dispositivo jurídico, el gobierno apenas esgrime argumentos jalados de los cabellos. Claro está, porque razones constitucionales no las hay, ya que aquella norma expropiatoria atenta contra la sana aplicación y vigencia de la Carta Magna. ¿Y qué dicen los voceros oficialistas? Que hay que promover la vivienda, impulsar la producción de materiales de construcción, generar empleo y titular al poseedor predial.

Muy bien. Coincidimos con esas metas. Pero para llegar a ellas hay otros caminos. Legales y administrativos. Y ninguno necesita subvertir el respeto al derecho de propiedad ni quebrar el orden constitucional. En consecuencia, además de llevarse de encuentro las razones de derecho, el gobierno hace demagogia populachera con esa ley, pues a la inversa de la economía y la sociología sanas, lo único que está generando –con su carrera vendedora de predios públicos y con su funesta medida expropiatoria– es consolidar una Lima más centralista. En vez de promover –mediante proyectos viables coordinados con las regiones– el retorno de los provincianos al interior del país, lo que está haciendo el Ejecutivo es dar señales e incentivos equivocados para que más gente venga a la capital, entusiasmada en invadir terrenos ajenos para luego exigir su expropiación. Esto es irresponsable. Lima ya tiene ocho millones de habitantes, sufre de contaminación ambiental y no tiene servicios públicos adecuados que garanticen una mejor calidad de vida para todos. Y por encima de todo, el gobierno promueve el asalto a la propiedad privada.

expreso

Leyes de baja

Por: Beatriz Boza

Es saludable que el Congreso revise nuestra legislación para eliminar las leyes que ya no están vigentes. Una economía de mercado y, en general, la vida en sociedad requiere reglas claras, simples y predecibles. La gran maraña de regulaciones en el país afecta esa simplicidad y predictibilidad. Pero el problema no son tanto las leyes sino todas las otras normas que muchas veces generan duplicidades, incoherencias y vacíos. ¿Sabía, por ejemplo, que solo en un semestre los municipios emitieron más de 250 mil normas? La seguridad jurídica pasa también por esas regulaciones, que muchas veces son más engorrosas y cercanas al ciudadano que las leyes. Por eso es tan importante la labor de Indecopi de eliminar barreras burocráticas.

Quizá el factor más decisivo para la seguridad jurídica es la publicidad de las normas, es decir que todos las conozcamos y podamos desempeñarnos de acuerdo con ellas, porque no puede exigirse que alguien cumpla lo que no conoce. El desconocimiento de la ley es un problema grave en el país y aunque pasa por un tema de educación ciudadana, las autoridades también tienen una gran responsabilidad, en particular el diario oficial “El Peruano”. La función de darle publicidad a las normas de carácter general y obligatorias es un requisito esencial en un Estado de derecho. Por eso, no tienen cabida decretos secretos, sanciones sin fundamento legal o leyes no publicadas.

Ninguna institucionalidad es posible si los ciudadanos incumplen las normas por desconocimiento. El rol del Estado en ese sentido es promover el más amplio acceso ciudadano a la legalidad, lo que significa que las normas deben estar al alcance de todos de manera inmediata, libre y gratuita. Pese a que Internet constituye una valiosa herramienta de difusión, esa no es la regla en el país. El Congreso publica los proyectos de ley en su portal, pero el Poder Ejecutivo aún no crea mecanismos suficientes para facilitar el absoluto acceso a la legalidad. El diario “El Peruano” llega a muchas ciudades varios días después; cuando publica en línea las normas es con varias horas de retraso y no permite que un ciudadano pueda imprimir, copiar o guardar el texto legal, todo para incentivar la compra de la edición impresa.

¿Cómo consolidar el Estado de derecho si la gente no conoce las normas? ¿Cómo exigirle a la autoridad local que haga cumplir una norma si no tiene el texto de la misma?

Falta de rumbo

¿Y EL FORTALECIMIENTO DE LA DEMOCRACIA?


Por: Enrique Bernales Jurista

¿Tiene el Perú un rumbo político que busca fortalecer esta incipiente democracia? Los diversos hechos caracterizados por conductas irresponsables y de moralidad liviana llevan a la búsqueda de ciertos replanteamientos urgentes, tanto en el manejo de la cosa pública como en las obligaciones que el Estado de derecho impone a la actividad privada.

El primer punto crítico es la interceptación telefónica. Concepciones y excepciones en esta materia son inaceptables. O se acepta la legalidad con todas sus consecuencias o se transige a convivir con el delito, lo que llevaría a una progresiva destrucción del tejido social. Hay quienes minimizan el “chuponeo” y le atribuyen bondades de información al servicio de la ley. Pero el asunto es mucho más complejo de lo que se cree. Existen empresas de seguridad que trafican con comunicaciones privadas. Nadie debe sentirse libre de esta invasión a la privacidad y, en esa línea, lo que se pone en peligro son derechos y libertades individuales, en teoría garantizados por el Estado democrático y constitucional. El enérgico rechazo al “chuponeo” no significa minimizar la posible corrupción hallada en los “petroaudios”. Algunos creen erróneamente que enfatizar en uno de los delitos relativiza el otro. Tal planteamiento es un falso dilema. Se debe llegar al fondo en las dos investigaciones, sin caer en la tentación de usar una para diluir la otra. En lo que a la corrupción se refiere, hay que sancionar a quien haya que sancionar, pues el tráfico de influencias es una práctica nefasta que afecta la confianza en el Estado y las garantías de competencia en el marco de un mercado libre.

Otro punto crítico es la falta de claridad en los nombramientos públicos. El escándalo de la candidata a contralora, designada sobre bases falsas, nos obliga a poner el dedo en la llaga de un problema mayor. Constatamos desde hace años un fenómeno de informalidad, improvisación, manipulación y pésimo control en los nombramientos públicos. Alguien recordará las dificultades del Congreso del toledismo para nombrar al defensor del Pueblo, reemplazante de Jorge Santistevan. La incapacidad para llegar a un acuerdo derivó en que el defensor adjunto asumió el cargo por un tiempo prolongado. El mismo problema hubo para el nombramiento de los magistrados del Tribunal Constitucional. Aparentemente, los mecanismos de elección y contratación con el Estado tienen grietas que no se han logrado superar.

Por último, tenemos el “escandalete” de la venta de Petro-Tech, sobre el cual ni siquiera se ha admitido que las presuntas liberalidades de la compraventa provienen de una legalidad permisiva y de posiciones concesivas por parte de diversos gobiernos. ¿Qué tiene entonces que investigar el Congreso que no lo lleve a una sistemática revisión de la legalidad vigente? Pero no lo hará porque, como ya se ha visto, este Congreso programa investigaciones que se pierden en la nada.

El box peruano

UN TRIUNFO MUNDIAL QUE HA ALEGRADO A TODOS

Por: Francisco Miró Quesada Filósofo

Siempre he sido un gran aficionado al box. Desde que tenía unos trece años, mi padre me llevaba a ver peleas entre los mejores boxeadores del momento. Recuerdo al panameño “Knock Out” Brisset, nacionalizado peruano, que fue campeón sudamericano durante cinco o seis años. A Kid Campbell un agilísimo boxeador negro, que hacía un juego de cuerdas maravilloso, “El Cabro” Sánchez, un buen boxeador chileno, que ganaba casi siempre, hasta que el Zurdo del Higuamo lo noqueó en tal forma que no le quedaron ganas de volver a boxear. Al gran Martens, peleador elegante, que nunca fue derrotado pero que, fuera de ser campeón en el Perú, no salió nunca del país. Y también me vienen a la memoria los inolvidables Álex Rely e Icochea.

Como estará suponiendo el lector, estas remembranzas me han venido a la memoria a raíz del sensacional triunfo de Kina Malpartida, al obtener el título mundial en la categoría pluma de la AMB. Hace solo algunos años, por lo menos en nuestro país, era inconcebible que las mujeres pudieran ser boxeadoras. Pero los tiempos cambian y, ahora, son pocos los que se escandalizan.
Como en cualquier país del mundo, un campeonato mundial, sea donde sea, llena de satisfacción a los ciudadanos de la nación a la que pertenece el campeón, por lo menos a los que son aficionados al box que les ha deparado tanta alegría.

Pero, en nuestro país ha habido una explosión de alegría, incluso entre los que no son aficionados al box. Creo que este entusiasmo se debe al complejo de absoluta inferioridad, debido al pésimo fútbol que estamos jugando desde hace mucho tiempo, lo que nos impide aspirar a participar en los campeonatos mundiales del más popular de los deportes. Qué diferencia, la de hoy, con el estupendo fútbol que jugamos en el famoso Campeonato de 1970, en el que Cubillas y el “Cholo” Sotil, le voltearon el partido a los búlgaros, en solo cinco o seis minutos, y ganaron ante el asombro de todos. Los enviados para dar cuenta del campeonato en sus respectivos países quedaron asombrados y en los diarios franceses, en la sección Deportes, dijeron que la pareja jugaba como un “ballet infernal”.

Por otra parte, los boxeadores peruanos nunca pudieron ganar un campeonato mundial. El buen boxeador Romero, iba ganado la pelea contra “Boom Boom” Mancini pero, en un momento, se descuidó y el boxeador ítaloamericano lo mandó a la lona, de la que no se levantó hasta que le contaron diez segundos.

Pero hubo un boxeador maravilloso, Mauro Mina, conocido como “El Bombardero de Chincha”, que pudo ser campeón mundial de peso semipesado, mas, para nuestra mala suerte, en un entrenamiento tuvo un desprendimiento de la retina y no pudo seguir boxeando.
Por eso hemos celebrado con tanto júbilo el triunfo de Kina Malpartida, porque en este triunfo hemos, por fin, vencido nuestra mala suerte.

Plan de estímulo: debate y urgente aplicación

¿Incrementar la inversión pública? ¿Rebajar impuestos? En los últimos días se ha armado un acalorado debate técnico, y también político, en torno a cuál debe ser el énfasis mayor del programa de estímulo económico del Gobierno para asegurar buenos resultados.

Y la temperatura y amplitud del debate va aumentando conforme el Gobierno va dando a conocer más detalles del plan, que incluye medidas tanto financieras como sectoriales y tributarias para mitigar los efectos de la crisis internacional.

La respuesta, por tanto, no puede ser terminante ni excluyente. En cualquier caso, el debate, siempre que sea objetivo y bien intencionado, es saludable. Y si bien habría que darle prioridad al gasto y la inversión estatal, lo fundamental es encontrar la bisagra para que con esto se logre dinamizar la demanda y la inversión privada y obtener buenos resultados a mediano y largo plazos.

Así pues, aunque no se puede descartar otras medidas tributarias y monetarias (a cargo estas últimas del BCR), hay que tener en cuenta el telón de fondo, cual es el reducido universo de contribuyentes y el elevado índice de informalidad tributaria.

Lo importante es que el plan se termine de armar y se aplique con celeridad, coherencia y eficiencia. Ello implica no solo mantener niveles mínimos de confianza de los agentes económicos, sino también un radical cambio de actitud y mentalidad de la burocracia, acostumbrada a poner trabas y dar largas y largas.

Los funcionarios del Ministerio de Economía, del Sistema Nacional de Inversión Pública (SNIP) y también de la Contraloría General de la República deben entender que la crítica situación que se prevé en el futuro cercano exige reacciones rápidas para aprobar proyectos de factibilidad y prefactibilidad. Eso no significa que se deje de lado los controles sino simplemente hacerlos más expeditivos y severos, pero sobre todo a posteriori, advirtiendo de antemano que cualquier irregularidad o atisbo de corrupción será ejemplarmente sancionado.

Es fundamental recalcar estas responsabilidades, así como las de las autoridades de los gobiernos regionales, que tendrán a su cargo la ejecución de muchos proyectos de desarrollo e inversión, así como de renovación de infraestructura pública.

Compartimos, pues, el optimismo presidencial, necesario para mantener un clima de ponderación. Pero hay que ser realistas y tener en cuenta no solo las dificultades del mercado externo que determinarían una baja de las exportaciones de -16% para este año, sino también las medidas proteccionistas o paraarancelarias que están en discusión en otros países.

En suma, si de reactivar, mantener los niveles de empleo y promover el consumo interno se trata, se hace urgente una explicación integral del titular de Economía, Luis Carranza, para explicar las metas básicas del programa contracíclico, que hasta ahora se han informado de manera gradual y hasta dispersa.

Es obvio también que debe seguir coordinándose más estrechamente con el Congreso y la oposición para aprobar los cambios legislativos que exige el plan. Y finalmente, hay que involucrar más a las pequeñas empresas y a la ciudadanía en general, lo que solo se logrará con mayor información y explicación orientadora, que debe venir del liderazgo gubernamental.

24.2.09

Cuentos de la cripta

La situación de Yehude Simon es –como dice un escritor italiano respecto del izquierdista Partido Demócrata- grave, pero no seria.

Y es que casi no queda nada serio de este buen hombre que se ha asimilado al Apra como capitán de artillería (de salva).

No sería sino cruel enumerar los sapos que Simon ha sumado a su dieta blanda. Eso, al fin y al cabo, es anecdótico.

Lo que no resulta anecdótico sino abiertamente cómico es que Simon hable desde ahora de una alianza entre la izquierda que él encarnaría y el Apra a la que sirve con la lealtad de una mascota.

Porque, ¿a quién representa Yehude Simon? Si fuéramos generosos diríamos que es el embajador de un país inexistente, el secretario general de la Casa Matusita, el comandante en jefe de un ejército de soldaditos de plomo.

Pero como la generosidad no es uno de nuestros defectos diremos, a secas, que el señor Yehude Simon es el líder del Partido Humanista.

¿Y qué es el Partido Humanista? Un membrete, una página web, una esperanza nonata. O sea que es lo mismo que Patria Libre, ese heterónimo del MRTA que el señor Simon inventó para sentirse propietario de su hectárea sectaria en los tiempos en que creía que la letra debe de entrar con sangre.

Ahora el señor Simon, que por muchos motivos es un hombre amable y civilizado, se ha propuesto hacernos creer que el Partido Humanista existe, que es de izquierda posmoderna y que, a su sombra, nacerá el maridaje político que el 2011 habrá de seducir a los peruanos. Pero esta asociación tiene algo de necrofílica.

Porque el Partido Humanista ni es de izquierda ni es de derecha ni es del suroeste. El Partido Humanista es un sello de agua en algunos papeles bond. Y el Apra, como se ha dicho en esta columna para rabieta de la bufalería analfabeta, dejó de existir el 28 de julio del año 2006, cuando Alan García la mató de siete puñaladas y un olvido de necesidad mortal e hizo de ella esta institutriz provinciana y con un poco de bigote que cuida –de blanco y azul toda ella- a los ñaños y nietos de la Confiep.

Lo que Simon plantea es un cuento de la cripta: la alianza entre un partido levemente fetal (el suyo) y una momia (la del Apra). Porque si la organización de Simon no tiene arraigo ni comités ni horizonte, el Apra de hoy, desasida de toda idea socialdemócrata, es un Chan Chan personal que el doctor García ha sumado a su lista de bienes inmuebles. El Apra es la Casa Tomada de Cortázar. Y cuando uno lee a algunos de sus búfalos, hasta creería que el Apra es el Bestiario de Cortázar. (Lo que quiero decir es sencillo: de cualquier forma, el Apra ya es un cuento).

Todo esto es como cuando Simon pretende hacernos creer que él propuso a Mercedes Cabanillas como ministra del Interior, cuando la verdad es que García impuso a Cabanillas sin pedirle ni siquiera su opinión al presidente del Consejo de Ministros.

Lo que el pobre Simon no sabe es que la deriva alanista llevará al ex Partido Aprista –si es que los apristas de verdad no lo impiden- a entenderse con el fujimorismo (que es el odriismo del siglo XXI) y que de esas barraganadas saldrá una de las candidaturas de la derecha.

Cuando esos comercios de club de alterne se produzcan, el señor Simon habrá sido ya, por los servicios prestados, un párrafo en “El Peruano”, el maquinista de un tren fantasma, el hombre que pasó del radicalismo castrista a la Little Havana de la avenida Alfonso Ugarte.

¿O es que Simon ignora que quien frecuenta al doctor García termina en el moritorio de la madre Teresa de Calcuta? ¿O es que no sabe que el ego doliente del doctor García se alimenta de cadáveres que él mismo produce?

García ha trasladado al Apra a la calle Morgue. Es un Poe que no escribe. Yehude Simon es el mayordomo del castillo. Alguien toca la puerta. ¡Es Bela Lugosi en persona!

CESAR H.

El poder judicial de la droga

Ocho o más traficantes de drogas se han fugado de la cárcel mediante la presentación de acciones de Hábeas Corpus, recurso instrumentado a través de autoridades del Poder Judicial.

No sorprende, pero indigna.

Demuestra, una vez más, cuán corrompido está el aparato judicial del Perú, un aparato cuya estructura tiene vínculos estrechos con el poder político, en particular con el Apra.

La corrupción del Poder Judicial forma parte de las tradiciones peruanas. A comienzos del siglo XX, Manuel González Prada la condenó con ira y desprecio.

Episodios como la reciente fuga de narcos nutren la mala fama de nuestra judicatura. En la última encuesta nacional de Ipsos Apoyo -en la que Alan García aparece recuperado con 32% de aprobación-, el Poder Judicial obtiene 73% de desaprobación y sólo 16% de aprobación.

La población no se ha percatado aún del lazo íntimo que existe entre el poder de García y el Poder Judicial.

Las investigaciones sobre la liberación fraudulenta de narcos y sobre otros escándalos de monta como el de los petroaudios revelarán sin duda los canales que hermanan a los gobernantes y la extensa corrupción.

A medida que la verdad se abra paso, las culpas arrojarán su peso en la balanza de las encuestas.

Un factor a considerar es la repercusión que las fugas de narcos puede tener sobre la imagen del país y sobre los programas de lucha contra el negocio más sucio de nuestra época.

El mundo conoce la tragedia de México. Aparte de la ruina económica que le ha deparado la excesiva dependencia del Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos y Canadá, en el país azteca los capi de la droga han desatado una auténtica, sanguinaria guerra contra el país, guerra que están ganando.

Sabido es, por otra parte, que los carteles mexicanos de la droga buscan instalar su hegemonía en el Perú. Se enfrentan acá, a balazos, con sus rivales colombianos.

Con la debilidad institucional del Perú, crecen los peligros para la seguridad pública. La fuga fácil y la impunidad creciente son malas señales para el exterior y pésimo mensaje para la moral pública.

Los jefes del narcotráfico han comprendido lo prometedor de la situación. Así se explica que Fernando Zevallos haya pensado que ahora le tocaba el turno. Su trama de huida estuvo muy cerca del éxito.

La corrupción de los jueces y del Inpe es sólo parte de la corrupción general que nos aflige. Ésta alienta a aquélla. Las dos prosperan y amenazan el porvenir en un Estado en que los narcos tienen ya un pequeño ejército reclutado de los remanentes de la subversión.

Un país en que el poder político se involucra en operaciones delictivas -Majaz, Collique, Mercado de Frutas, etcétera, etcétera- es cada vez más atractivo para los reyes de la droga, la violencia y las fugas.

LA PRIMERA

Amas de casa desesperadas

El temor a las próximas elecciones parece haber golpeado al Partido Aprista con más fuerza de lo que pensábamos. Al copamiento de instituciones con potencial de clientelismo electoral ahora se suma el intento de dar marcha atrás en una de las contadas reformas del Estado –aunque sea a medias– que han implementado. En realidad, algunos partidarios están actuando como cónyuges desesperados ante la eventual pérdida de un status tan apreciado, pese a que en la práctica no aportaron positiva ni activamente durante el mandato.

La propuesta de restituir a prefectos y subprefectos tiene claramente el objetivo de aumentar el control político a lo largo y ancho del país durante la próxima elección. El hecho que haya sido parte del plan de gobierno ofrecido y que, para colmo, solo fue cumplido en parte, pues se dio marcha atrás en la eliminación de los gobernadores, no parece importarle a los partidarios desesperados por ser retornados al gobierno por el electorado.

Más aun, de los innumerables ofrecimientos por reformar el aparato estatal realizados por García, incluyendo el de convertirse en un protector del ciudadano frente al abuso del Estado, ese fue el único que en parte se materializó. Cancelarlo ahora para aumentar la capacidad partidaria de influir en la próxima campaña sería burdo y contraproducente. El elector no es ningún tonto y se va a dar cuenta de inmediato tanto del engaño como del intento de manipulación.

Más bien el presidente García debería considerar hacer bien las cosas y completar algunas reformas. Todavía le falta cumplir con poco menos de la mitad del periodo; en ese tiempo se puede avanzar bastante y no sería poco lo que se podría concluir. La evidente ansiedad dentro de su partido por maniobrar colocándose en posición preferente para la próxima campaña electoral es prematura y es reflejo de la desesperación.

Lamentablemente, en esa situación, él más perjudicado sería el propio García, ya que a medida que las decisiones gubernamentales tengan un creciente trasfondo electoral, la calidad de su gestión se deteriorará y no podrá revertir el enorme déficit histórico que dejó en su primera administración. Parece bien alto ese costo personal solo para asegurar que mantengan su curul algunos compañeros que poco han contribuido en los logros positivos que ha tenido su gobierno.

PERU 21

Chino maldito (II)

El gobierno peruano, con acierto, ha rechazado la donación de dos millones de dólares ofrecida por la canciller alemana Ángela Merkel para la construcción en Lima de un “Museo de la Memoria”. Como era previsible, los caviares han puesto el grito en el cielo, porque dicho museo estaría destinado a alojar la exposición fotográfica de la CVR y otras piezas de propaganda izquierdista similares. Según los caviares, es importante contar con un museo que perpetúe el recuerdo de las víctimas de la “violencia política”. Traducido, eso significa que, además del Ojo que Llora, quieren un nuevo santuario para echar lodo a las FF AA.
Y eso nos lleva a otro de los temas de fondo del así llamado “megajuicio”. En el banquillo no solo está sentado Fujimori. De manera simbólica también juzgan a los militares y policías que pacificaron el Perú. Por eso, insistimos, no es casual que la progresía criolla, día y noche, compare a Fujimori con Hitler (¿por qué será que cuando quieren dar de palos a alguien, siempre lo equiparan al jerarca nazi y nunca con Stalin, Pol Pot o cualquier otro izquierdista?). De esa manera deslizan que los miembros de las FF AA y PNP que combatieron por el país son infames genocidas iguales a las siniestras SS.


Por supuesto, en esto como en todo, los caviares se equivocan. Para el ciudadano de a pie, ni Fujimori, ni las FF AA son genocidas. Más bien consideran que nos libraron de la lacra terrorista, sin lo cual hubiera sido imposible el despegue económico del Perú. Solo el puñado de activistas de ONG’s que vomita su odio frente al Ojo que Llora se compra el sebo de culebra de la “violación sistemática de los derechos humanos”. Y, si quisiéramos ser brutalmente francos, diríamos incluso que la gran mayoría de peruanos considera que si hubo tal violación, lo cual está por probarse (insistimos que fue la excepción y no la regla en la década fujimorista) pues fue un precio aceptable con tal de pacificar el país.

Desafiamos a cualquier caviar que se atreva a bajar de su torre de marfil o a salir de los cafetines y clubes de jazz donde ejerce su “militancia” a que nos demuestre lo contrario. Y les recordamos, de paso, lo que ocurrió en las últimas elecciones generales con la campaña contra Ollanta Humala, a quien acusaron de “violar derechos humanos” cuando combatía la subversión. En realidad le hicieron un favor. ¡Barrió en las urnas en Ayacucho y otras zonas que sufrieron a las hordas de Abimael! Nadie, excepto la izquierda de salón, derrama una lágrima por los terroristas abatidos en el curso de una guerra que ellos desataron. Y a nadie, salvo a los caviares, le interesa un “Museo de la Memoria” para glorificar a sus engreídos de Sendero y el MRTA.+
LA RAZON

La limonada piurana

Quien se desplaza por el norte nacional no deja de sentir satisfacción al observar cómo la actividad económica sigue expandiéndose vigorosamente por esos lares (aunque indigna ver tantos desechos plásticos sin recoger a los bordes de las carreteras, sobre todo al salir de Trujillo rumbo a Chiclayo). Incluso la adormilada Piura –la Texas peruana, la provincia de lejos más rica del país antes de Velasco y que se empobreció terriblemente por esa dictadura, a pesar de que ese tirano era piurano- ya parece estar despertando y su capital comienza a hacerle la pelea a los dinámicos Trujillo y Chiclayo.

Conspira contra ello que el presidente regional aprista Trelles no da la talla para el cargo y lleva una gestión absolutamente decepcionante (aunque al menos no es peor que el arequipeño Guillén, al que el inteligente electorado mistiano puso en ese puesto tras su calamitosa gestión edil. Cada pueblo tiene el gobernante que se merece…), aunque Trelles es un titán de la talla de Churchill al lado de la alcaldesa de Piura, una señora que llegó al cargo porque falleció el titular y que es una inútil de marca mayor. Sin embargo, existen muchas expectativas por la próxima concesión del puerto de Paita, la incesante entrada de capital privado al agro, la IIRSA norte y el desarrollo del yacimiento de fosfatos de Bayóvar, aunque a muchos piuranos les duela que los lambayecanos les hayan ganado el agua con Olmos al proyecto de

irrigación Alto Piura y que éste aún esté durmiendo el sueño de los justos (como también es increíble que desde Velasco aún los yugoslavos no culminen el proyecto Chira-Piura). Precisamente, el cura yanqui antiminero Daniel Turley, obispo de Chulucanas, ha convocado un paro para exigir la obra de Alto Piura (¿es labor de un religioso organizar huelgas?), que sospechosamente coincide con una algarada que está preparando la sección local de Enapu en contra del ingreso de capital privado a Paita y a la que ojalá que la flamante ministra Cabanillas enfrente con la mayor energía.

A ese cura yanqui, presunto autor de una venenosa versión antiminera del padrenuestro, hace rato que deberían haberle expulsado del país por revoltoso, junto con esos rojos jesuitas españoles y belgas que no cesan por allá de soliviantar los ánimos de las serranías norteñas desde las radios con la demagogia más venenosa. Lo más trágico es que tras el fracaso de la explotación minera en Tambogrande –donde un muy hábil publicista caviarófilo de sabor toronja y ahora consultor de mineras (¡ja, ja, ja! Vueltas que da la vida) inquietó a la gente con el argumento de que no habrían más limones para el cebiche-, las alturas de esa zona están infestadas de centenares de mineros informales, bárbaros que están destrozando el ecosistema a punta de mercurio, lampazos, basura y químicos caseros, rivalizando en su celo asolador con los traficantes de madera para carbón que están acabando con los algarrobos a la vista de todo el mundo (detener estos dos atentados contra la naturaleza sería una tarea interesante para la colega Martha Meier). Mucho más fácil habría sido controlar a una sola empresa minera formal que a estas marabuntas, pero así son de jodidos los caviares, los curas y las ONG.

A este paso, de aquí a unos años realmente no habrá limones para el cebiche. ¿Se podrá hacer cebiche con toronjas?

PD: Me faltó recordar ayer que Meche Cabanillas perteneció al Sinamos

velasquista.

Aldo Mariátegui

Los tetudos asustados

Por Augusto Álvarez Rodrich
alvarezrodrich@larepublica.com.pe

Un gobierno democrático aterrado por ‘sus’ FF.AA.

Desde que la mala experiencia del Caballo de Troya debilitó la credibilidad del dicho ‘a caballo regalado no se le miran los dientes’, rechazar un obsequio no siempre fue un error.

Por eso, antes de aceptar un regalo hay que evaluar si este nos conviene y si no habrá un ‘cañoncito de Castilla’ esperando cobrar el favor que, a la larga, saldría más caro. Pero las razones del que rechaza un regalo también constituyen elementos cruciales para conocer sus convicciones y sus temores.

Todo esto se relaciona a que el gobierno peruano acaba de rechazar una donación de dos millones de dólares del gobierno de Alemania, ofrecida por la canciller Ángela Merkel cuando estuvo en Lima, en mayo pasado durante la ALC-UE, para financiar la construcción y mantenimiento del ‘museo de la memoria’ que albergaría, junto a otras piezas, a Yuyanapaq.

Esta palabra quechua significa “para recordar” y fue el título de la exposición organizada por la CVR para mostrar lo ocurrido en las dos décadas de horror en el Perú de un modo sencillo de manera que pueda ser entendido por cualquier ciudadano. Su objetivo fue propiciar que los peruanos recordaran lo sucedido con el fin de no volver a cometer los errores del pasado que acabaron con unas setenta mil personas.

Que haya sido el gobierno alemán el que, con generosidad, ofreció financiar el museo es significativo. Pocos países como Alemania tienen tan presente el costo doloroso de los graves errores históricos, y es evidente que tener maneras de recordarlo es fundamental para no volver a errar. El entendimiento de lo que ocurrió y su recuerdo por parte de todos los peruanos, con madurez y espíritu democrático, son, sin duda, elementos fundamentales para la construcción de un mejor país.

Como solo algunos alocaditos podrían pensar que Merkel es terruca, ¿qué podría motivar al gobierno del presidente Alan García, del vicepresidente Luis Giampietri y –¡qué vergüenza!– del premier Yehude Simon a rechazar esta donación, lo que evidencia la voluntad de cancelar el museo?

Sin duda, escasa convicción del gobierno sobre el respeto a los derechos humanos pero, peor aún, el susto que sus autoridades civiles les tienen al cardenal o a los militares. Es el mismo susto que llevó al INC aprista a censurar la exposición de Piero Quijano, y es el mismo susto que los paralizó ante los desplantes del general Edwin Donayre.

La cineasta Claudia Llosa tiene en este incidente patético el argumento y título ideales de su próxima película: “Los tetudos asustados”. Cuando en breve la reciban en Palacio de Gobierno para condecorarla, que les mire bien sus caritas “para recordar”.

LA REPUBLICA

Gas y electricidad

El sector eléctrico enfrenta momentos complicados. Al alza de las tarifas doméstica e industrial, al detenimiento de la construcción de hidroeléctricas y a la falta de reservas de gas natural para satisfacer la demanda de las centrales termoeléctricas –por destinar este hidrocarburo a la exportación–, se suma ahora un conflicto laboral en la Empresa de Generación Eléctrica de Lima (Edegel), el mismo que podría tener desenlace peligroso a fines de marzo si es que esa medida de fuerza deriva en el desabastecimiento del fluido eléctrico en Lima. En este horizonte, el gobierno quiere poner paños fríos con papel –mejor dicho con decreto– mojado en tinta, el cual resultará insuficiente.

Pero el problema energético no sólo está latente en Lima sino también en otros lugares del interior. Por eso creemos que no se trata de decir, por parte del ministro de Energía y Minas (MEM), que el servicio público de electricidad está garantizado hasta el 2011, sino de realizar acciones concretas en esta dirección, mucho más cuando se admite desde ese mismo portafolio que la demanda de gas natural para la industria y las generadoras recién podrá ser cubierta en el 2012. La verdad es que el abastecimiento de electricidad no puede estar asegurado si es que tenemos los antecedentes registrados el año pasado, y en el presente, pues ha habido varios apagones. Por ejemplo, el pasado viernes 6 de febrero hubo un corte de fluido eléctrico que afectó a 400,000 usuarios en 14 distritos limeños. Y el 26 de enero último también hubo cortes debido a una falla en una subestación de Luz de Sur.

Pero si a los inconvenientes en la venta de gas a las generadoras, se suma hoy la amenaza de huelga de los trabajadores de Edegel, entonces en este momento deberían tanto la referida empresa como las autoridades adoptar coordinaciones a fin de evitar que los usuarios sufran interrupciones en el abastecimiento de electricidad, más que “asegurar” alegremente, como lo hace el MEM, que la producción y transporte de gas para la generación eléctrica ya está contratada para las empresas actualmente instaladas en el sistema interconectado nacional, pero lo dice sin negar al mismo tiempo que es evidente la presencia de problemas en el transporte de ese hidrocarburo. Entonces lo cierto que es que la incertidumbre persiste, pues sin una distribución normal del gas difícilmente se puede garantizar que la demanda eléctrica estará plenamente satisfecha.

Peor aún cuando el año pasado comprobamos las dificultades que representó la saturación del ducto de Camisea, cuya capacidad máxima (380 millones de pies cúbicos diarios) quedó rebasada por la demanda de más de 450 millones de pies cúbicos, siendo varios los perjudicados, entre ellos las nuevas termoeléctricas. De modo que es importante reiterar esas deficiencias para que las autoridades estén notificadas con el objeto de que tomen decisiones convenientes que prevengan dificultades mayores. Así el MEM no debería señalar que “hasta el 2012 –año en que entrará en servicio la segunda expansión de la planta de fraccionamiento que aumentaría la capacidad de transporte de gas a 1,500 millones de pies cúbicos diarios– no se podrá hacer nada” cuando sí se puede, como supervisar y regular permanentemente que la prioridad es el uso del gas para el desarrollo del país.

EXPRESO

Inocencia perdida

Por: Mariella Balbi Periodista

Los ojos del ex presidente Fujimori se entornan, luchando contra el sueño. El alegato de su defensor, César Nakazaki, es denso, una construcción y deconstrucción del derecho y los delitos. Habla con pasión y ha instalado un profuso Power Point.

Aparentemente, lo que quiere es brindar insumos jurídicos para que el tribunal los use a favor del acusado, aunque parece una barca que da vueltas en redondo, con solvencia ciertamente, pero sin sentido. Hay que mencionar que quienes discrepan con Nakazaki le reconocen conocimiento de la ley. No sabemos si su patrocinado le agradecerá o le reprochará el sueño causado.

Lo que no acepta este abogado es que con la matanza de Barrios Altos, en 1991, su cliente perdió una parte de su inocencia y con el golpe de Estado de 1992 la perdió toda. Luego vino el crimen de La Cantuta, la desaparición de los estudiantes del Santa, del profesor Hugo Muñoz, en fin. No lo acepta, pero sabe con certeza que los crímenes tienen siempre culpables, autores intelectuales, etc. Pretender detener la responsabilidad en Montesinos y en el grupo Colina es verdaderamente imposible.

Implicaría que Fujimori vivía en la nube más alta del cielo peruano, ajeno a todo. Y si no es por acción es por omisión, cuando aparecieron los cadáveres calcinados de La Cantuta bien pudo sancionar y deslindar, pero no lo hizo.

Nakazaki alegó de manera pintoresca que Fujimori ha perdido el juicio mediático y que los medios ya lo sancionaron. Como no es despistado, sabe bien que la verdadera manipulación mediática, con alquiler de muchos medios de comunicación y titulares, la hicieron Fujimori y Montesinos. Creer que así va a hipnotizar al pulcro tribunal es bastante pueril. Tampoco atarantará a la prensa, los hechos no son nuevos para esta, ya informó sobre los muertos, las balas, las hipótesis. Y en la actualidad la prensa traslada lo dicho por cada una de las partes. O tal vez se pretende que el guiño de Montesinos a Fujimori, las sonrisas mutuas no sean destacados.

Siendo hábil, ha logrado estar todos los días en los medios y usarlos como una segunda tribuna. Cuidado con el atosigamiento o, como se dice en el márketing político, con la sobreexposición. Es plausible que tanta “novedad novedosa” jurídica tenga por fin potenciar la candidatura de Keiko Fujimori. Como fueron injustos con su padre y lo condenaron, votaré por ella. Esto parece ser lo sustancial de la estrategia. Nakazaki ya anunció que en el próximo Congreso la fujimorista será la bancada más numerosa. ¿Estará él ahí?

EL COMERCIO

¿Salir de la crisis?

Por: Walter Gutiérrez

Si bien en el Perú hay cerca de 34.000 leyes, esta no es la totalidad de normas que componen nuestro ordenamiento legal. En realidad, en nuestro país se crea una norma cada media hora, haciendo un total de algo más de 17.500 normas al año, que se suman a las más de 600.000 normas ya existentes; lo peor de todo es que en ese universo normativo nadie puede decir a ciencia cierta qué está vigente.

Por eso, es una buena iniciativa que la Comisión de Justicia del Congreso haya decidido derogar las normas que de manera implícita han dejado de tener vigencia y que, según la información alcanzada, serían unas 20.000 normas.

Se trata de un pequeño pero importante paso para resolver la problemática legal del país. Problemática que se caracteriza por la enorme cantidad de leyes, la sobreproducción normativa y, principalmente, la deficiencia en la técnica legislativa utilizada.
En realidad este y no otro es el problema central de nuestro ordenamiento, pues este mar de normas revela múltiples y graves defectos cuando:

- Se incluyen expresiones como “deróguense todas las disposiciones que se opongan a la presente norma”. – Se modifica una norma y no se propone el texto modificatorio. – Se deroga de modo expreso una norma que había incorporado un texto a otra disposición y se mantiene vigente este último. – Se menciona en la parte considerativa de una norma un dispositivo legal derogado anteriormente de una manera tácita. – Se menciona en la parte considerativa de una norma una disposición legal que ya se encuentra derogada expresamente. – Se utilizan las fe de erratas con propósitos legislativos y no con el propósito de corregir errores materiales. – Se dictan textos únicos ordenados para reunir el texto de una norma con sus modificatorias, pero las modificaciones posteriores se hacen a la norma matriz y no al texto único ordenado. – Se abusa de los decretos de urgencia.

Todas estas son apenas una muestra de las deficiencias que hacen que nuestro sistema legal sea menos técnico y más inseguro. La necesidad de mejorar nuestro ordenamiento legal excede el mero interés jurídico, pues sus defectos son la excusa ideal para que los ciudadanos y el propio Estado burlen la ley.

No hay que olvidar que el sistema legal es un orden sobre cuya base se desarrolla la convivencia social y el mercado; de ahí la importancia de que se le dote de seguridad. Para este propósito, además de derogar leyes, el Congreso deberá preocuparse de mejorar la técnica legislativa.

EL COMERCIO

La eliminación no es fácil

UNA PROPUESTA QUE DEBE SER EVALUADA

Por: Jorge Avendaño Jurista

Se acaba de anunciar una depuración de las leyes existentes, que actualmente son aproximadamente 29.320. ¿Qué significa depurarlas? Importa eliminar todas aquellas que ya fueron derogadas, así como aquellas que se dictaron con un propósito que ya se cumplió (por ejemplo rendir homenaje a una provincia, crear un feriado o ascender a un general). Se trata en definitiva de limpiar el ordenamiento legal de manera que solo subsistan las leyes que efectivamente están vigentes y que tienen aplicación. Se ha hablado —sin ninguna base científica o técnica— que “solo quedarán unas 5.000 leyes” luego de la depuración. ¿Cómo sabemos que serán 5.000 y no más ni menos?

Aclaremos que solo estamos hablando de leyes, expedidas por el Congreso, y de decretos leyes dictados por el Ejecutivo en época de gobiernos de facto. No hablamos de decretos supremos ni de resoluciones supremas que expide el Ejecutivo y que son de lejos más que las leyes.

La Ley 1 no se dictó al iniciarse la república sino el 20 de octubre de 1904. Antes de este día las leyes no eran numeradas; solo llevaban fecha de promulgación.

Nadie discute que hay muchas leyes inservibles. Pero la depuración no es un proceso fácil. Para empezar, cuando una ley es derogada por otra ley, no pierde su número. Esta sería aparentemente una primera limpieza, pero hay que tener cuidado porque a veces para interpretar adecuadamente la nueva ley, es preciso consultar la ley derogada. Además, con frecuencia hay derogatorias parciales, lo cual significa que la ley anterior sigue en parte vigente.

Por otro lado, no siempre las derogatorias son expresas, es decir, “derógase la Ley N° XXXX”. Muchas veces el legislador se cura en salud y deroga “todas las normas que se opongan a la presente ley”, lo cual plantea el problema de determinar, con absoluta precisión, cuáles leyes quedaron de verdad sin efecto en esa derogatoria genérica. Esta es una tarea que exige tremenda acuciosidad y precisión. No la puede hacer cualquier persona.

Hay también el caso de las leyes que caen en desuso. Sí, aunque parezca raro, el desuso puede derogar leyes. Por ejemplo, un autor francés relataba que en su país había una ley de hace varios siglos que prohibía fumar, la cual nunca fue derogada pero que no se cumplía, porque todo el mundo fumaba. Entre nosotros, por otra parte, se dictó en 1924 una ley que permitió el consumo de cerveza los sábados y domingos y dispuso que esta bebida no podía tener más de 4% de alcohol. ¿Está vigente esta norma? Nos consta que se puede consumir cerveza los fines de semana, pero se respeta el máximo de alcohol?

Podríamos citar otros complejos problemas que se plantean. Es que el tema de la derogación de las leyes no es fácil y se estudia en varios cursos de derecho. Los congresistas han anunciado que conforme avancen en su trabajo publicarán los resultados y coordinarán con el Poder Ejecutivo, el Poder Judicial y el Tribunal Constitucional, lo cual es acertado. Pero tengo dudas de que el Congreso pueda hacer bien y oportunamente esta labor. Hace años, cuando formé parte del Congreso, se dictó una ley que determinaba cómo debían dictarse las leyes. Por cierto, esta ley no se ha cumplido cabalmente y el Congreso nada ha hecho. Mejor dicho, quien no ha cumplido esa ley es el propio Congreso…

Quizás lo mejor sea licitar el servicio de depuración entre empresas especializadas que publican leyes y otras normas. Esto podría publicarse para el debate y entonces entrarían a tallar los poderes del Estado. El Congreso debe intervenir también, porque para depurar las leyes es preciso que también se dicte una ley.

La eliminación no es fácil

UNA PROPUESTA QUE DEBE SER EVALUADA

Por: Jorge Avendaño Jurista

Se acaba de anunciar una depuración de las leyes existentes, que actualmente son aproximadamente 29.320. ¿Qué significa depurarlas? Importa eliminar todas aquellas que ya fueron derogadas, así como aquellas que se dictaron con un propósito que ya se cumplió (por ejemplo rendir homenaje a una provincia, crear un feriado o ascender a un general). Se trata en definitiva de limpiar el ordenamiento legal de manera que solo subsistan las leyes que efectivamente están vigentes y que tienen aplicación. Se ha hablado —sin ninguna base científica o técnica— que “solo quedarán unas 5.000 leyes” luego de la depuración. ¿Cómo sabemos que serán 5.000 y no más ni menos?

Aclaremos que solo estamos hablando de leyes, expedidas por el Congreso, y de decretos leyes dictados por el Ejecutivo en época de gobiernos de facto. No hablamos de decretos supremos ni de resoluciones supremas que expide el Ejecutivo y que son de lejos más que las leyes.

La Ley 1 no se dictó al iniciarse la república sino el 20 de octubre de 1904. Antes de este día las leyes no eran numeradas; solo llevaban fecha de promulgación.

Nadie discute que hay muchas leyes inservibles. Pero la depuración no es un proceso fácil. Para empezar, cuando una ley es derogada por otra ley, no pierde su número. Esta sería aparentemente una primera limpieza, pero hay que tener cuidado porque a veces para interpretar adecuadamente la nueva ley, es preciso consultar la ley derogada. Además, con frecuencia hay derogatorias parciales, lo cual significa que la ley anterior sigue en parte vigente.

Por otro lado, no siempre las derogatorias son expresas, es decir, “derógase la Ley N° XXXX”. Muchas veces el legislador se cura en salud y deroga “todas las normas que se opongan a la presente ley”, lo cual plantea el problema de determinar, con absoluta precisión, cuáles leyes quedaron de verdad sin efecto en esa derogatoria genérica. Esta es una tarea que exige tremenda acuciosidad y precisión. No la puede hacer cualquier persona.

Hay también el caso de las leyes que caen en desuso. Sí, aunque parezca raro, el desuso puede derogar leyes. Por ejemplo, un autor francés relataba que en su país había una ley de hace varios siglos que prohibía fumar, la cual nunca fue derogada pero que no se cumplía, porque todo el mundo fumaba. Entre nosotros, por otra parte, se dictó en 1924 una ley que permitió el consumo de cerveza los sábados y domingos y dispuso que esta bebida no podía tener más de 4% de alcohol. ¿Está vigente esta norma? Nos consta que se puede consumir cerveza los fines de semana, pero se respeta el máximo de alcohol?

Podríamos citar otros complejos problemas que se plantean. Es que el tema de la derogación de las leyes no es fácil y se estudia en varios cursos de derecho. Los congresistas han anunciado que conforme avancen en su trabajo publicarán los resultados y coordinarán con el Poder Ejecutivo, el Poder Judicial y el Tribunal Constitucional, lo cual es acertado. Pero tengo dudas de que el Congreso pueda hacer bien y oportunamente esta labor. Hace años, cuando formé parte del Congreso, se dictó una ley que determinaba cómo debían dictarse las leyes. Por cierto, esta ley no se ha cumplido cabalmente y el Congreso nada ha hecho. Mejor dicho, quien no ha cumplido esa ley es el propio Congreso…

Quizás lo mejor sea licitar el servicio de depuración entre empresas especializadas que publican leyes y otras normas. Esto podría publicarse para el debate y entonces entrarían a tallar los poderes del Estado. El Congreso debe intervenir también, porque para depurar las leyes es preciso que también se dicte una ley.

La eliminación no es fácil

UNA PROPUESTA QUE DEBE SER EVALUADA

Por: Jorge Avendaño Jurista

Se acaba de anunciar una depuración de las leyes existentes, que actualmente son aproximadamente 29.320. ¿Qué significa depurarlas? Importa eliminar todas aquellas que ya fueron derogadas, así como aquellas que se dictaron con un propósito que ya se cumplió (por ejemplo rendir homenaje a una provincia, crear un feriado o ascender a un general). Se trata en definitiva de limpiar el ordenamiento legal de manera que solo subsistan las leyes que efectivamente están vigentes y que tienen aplicación. Se ha hablado —sin ninguna base científica o técnica— que “solo quedarán unas 5.000 leyes” luego de la depuración. ¿Cómo sabemos que serán 5.000 y no más ni menos?

Aclaremos que solo estamos hablando de leyes, expedidas por el Congreso, y de decretos leyes dictados por el Ejecutivo en época de gobiernos de facto. No hablamos de decretos supremos ni de resoluciones supremas que expide el Ejecutivo y que son de lejos más que las leyes.

La Ley 1 no se dictó al iniciarse la república sino el 20 de octubre de 1904. Antes de este día las leyes no eran numeradas; solo llevaban fecha de promulgación.

Nadie discute que hay muchas leyes inservibles. Pero la depuración no es un proceso fácil. Para empezar, cuando una ley es derogada por otra ley, no pierde su número. Esta sería aparentemente una primera limpieza, pero hay que tener cuidado porque a veces para interpretar adecuadamente la nueva ley, es preciso consultar la ley derogada. Además, con frecuencia hay derogatorias parciales, lo cual significa que la ley anterior sigue en parte vigente.

Por otro lado, no siempre las derogatorias son expresas, es decir, “derógase la Ley N° XXXX”. Muchas veces el legislador se cura en salud y deroga “todas las normas que se opongan a la presente ley”, lo cual plantea el problema de determinar, con absoluta precisión, cuáles leyes quedaron de verdad sin efecto en esa derogatoria genérica. Esta es una tarea que exige tremenda acuciosidad y precisión. No la puede hacer cualquier persona.

Hay también el caso de las leyes que caen en desuso. Sí, aunque parezca raro, el desuso puede derogar leyes. Por ejemplo, un autor francés relataba que en su país había una ley de hace varios siglos que prohibía fumar, la cual nunca fue derogada pero que no se cumplía, porque todo el mundo fumaba. Entre nosotros, por otra parte, se dictó en 1924 una ley que permitió el consumo de cerveza los sábados y domingos y dispuso que esta bebida no podía tener más de 4% de alcohol. ¿Está vigente esta norma? Nos consta que se puede consumir cerveza los fines de semana, pero se respeta el máximo de alcohol?

Podríamos citar otros complejos problemas que se plantean. Es que el tema de la derogación de las leyes no es fácil y se estudia en varios cursos de derecho. Los congresistas han anunciado que conforme avancen en su trabajo publicarán los resultados y coordinarán con el Poder Ejecutivo, el Poder Judicial y el Tribunal Constitucional, lo cual es acertado. Pero tengo dudas de que el Congreso pueda hacer bien y oportunamente esta labor. Hace años, cuando formé parte del Congreso, se dictó una ley que determinaba cómo debían dictarse las leyes. Por cierto, esta ley no se ha cumplido cabalmente y el Congreso nada ha hecho. Mejor dicho, quien no ha cumplido esa ley es el propio Congreso…

Quizás lo mejor sea licitar el servicio de depuración entre empresas especializadas que publican leyes y otras normas. Esto podría publicarse para el debate y entonces entrarían a tallar los poderes del Estado. El Congreso debe intervenir también, porque para depurar las leyes es preciso que también se dicte una ley.

Por una ordenada depuración de las leyes

En medio de su amplia agenda pendiente, el Congreso de la República acaba de anunciar sorpresivamente que en la próxima legislatura pondrá orden en la maraña de leyes, decretos y otras disposiciones que forman parte del universo legal del país. La iniciativa es positiva, siempre que este proceso de depuración no sea arbitrario y se realice en coordinación con el resto de poderes públicos.

Imaginamos que la medida —que irónicamente, como señalan los expertos, requerirá de otra ley para aplicarse— ha nacido de la lógica preocupación congresal por acabar con las distorsiones que caracterizan el marco regulatorio nacional, y para eliminar las leyes desactualizadas, contradictorias y caducas, que no se aplican porque ya cumplieron su misión o porque no sirven.

La prueba de fuego del Congreso, sin embargo, no es simplemente iniciar la depuración, sino perfeccionar los filtros y mecanismos que permitan cumplir cabalmente esa meta, tal y como ha sucedido en otros países.

El año pasado, por ejemplo, el Gobierno Ecuatoriano vetó un proyecto similar, aduciendo que el cuerpo legal de ese país era muy voluminoso y que en todo caso cualquier intento orientado a depurar las leyes debía ser visto por una asamblea constituyente. En otros países, en cambio, esta revisión y ordenamiento normativo ha permitido no solo clasificar las normas (en vigentes, derogadas y caducas), sino resucitar ciertas leyes, pero bajo prolijos y exigentes trámites a cargo de varias comisiones de trabajo para evitar que se pongan en vigencia leyes interesadas, trasnochadas o con nombre propio.

En el caso peruano, se exige máximo cuidado y vigilancia en el modus operandi, sobre todo ante las limitaciones que suelen caracterizar el trabajo legislativo.

De allí la pertinencia de que, como ha adelantado la Comisión de Justicia, se publicará en el diario oficial la nómina de las normas que se derogarían para que la opinión pública se pronuncie, emita sus comentarios, sugerencias, aportes y alertas correspondientes.

La experiencia señala, en todo caso, que un proceso tan complicado debe efectuarse por etapas, por poderes públicos o según el tipo de normas (leyes, decretos leyes, decretos supremos, resoluciones supremas, etc.). Además, deberá preverse cómo se compilarán las disposiciones, porque incluso las caducas y las derogadas siempre son utilizadas para ulteriores interpretaciones.

Entre otras lecturas, queda claro que nuestro corpus legal es excesivo, que la mayoría de peruanos lo desconoce y, en sentido estricto, tampoco se cumple.

En realidad, estamos ante un fenómeno que trasciende al Perú y que caracteriza a los países latinoamericanos, cuyas constituciones y leyes en general se han distinguido no solo por su frondosidad, sino por un idealismo que, lamentablemente, no se condice con la realidad.

Lo peor es que con normativas distorsionadas, además, se desnaturaliza la imagen del Estado y, con ello, los ciudadanos pierden confianza y se distancian de él, porque finalmente no representa sus intereses ni sus problemas.

23.2.09

La India festeja orgullosa los ocho Óscar que recibió “Quisiera ser Millonario"

Los seguidores de la cinta que superó a “El curioso caso de Benjamin Button” celebraron con pasteles y petardos

*Bombay *(DPA).- Muchos aficionados al cine en la India celebraban hoy los ocho Óscar que la Academia de Hollywood concedió a “Quisiera ser Millonario”, una historia ambientada en Bombay.

Los más celebrados fueron los premios para el compositor de la banda sonora AR Rahman y el galardón para el ingeniero de sonido Resul Pookutty.

Pero como si esto fuera poco, el premio al mejor corto documental fue para “Smile Pinki”, una película sobre los esfuerzos para ayudar a miles de niños indios nacidos con paladar partido.

FELICITACIÓN PRESIDENCIAL
El presidente de la India, Pratibha Patil, y el primer ministro, Manmohan Singh, enviaron sendos mensajes de felicitación a los ganadores.

“Sus logros son un tributo a la industria del cine indio, una reserva de talento multidisciplinario que el cine está abrazando”, dijo Singh en su mensaje.

La industria del cine indio produce cada año más de 800 películas. El director británico Danny Boyle empleó en “Quisiera ser Millonario” un elenco y un equipo mayoritariamente indio.

Singh dijo que los logros de los equipos artísticos de “Quisiera ser Millonario” y “Smile Pinki” son un reconocimiento a su vasto talento.

“El presidente está especialmente encantado con la destacada proeza de AR Rahman, Gulzar, Resul Pookutty, que enorgullecen a la India”, dijo un portavoz en nombre de Patil.

El más celebrado del día fue Rahman por sus dos Oscar: uno a la mejor canción y el otro a la mejor banda sonora.

“Rahman ganó reconocimiento internacional con esta película. Siempre supimos que es versátil, talentoso y brillante”, dijo el actor de Hollywood Amir Khan.

Khan dijo que el premio para Pookutty también era un reconocimiento a los técnicos talentosos y expertos de la industria del cine indio.

El poeta Gulzar, que ganó el premio junto con Rahman con la canción “Jai Ho”, dijo que un poeta hindi nunca espera un Oscar. ““Jai Ho” ganó sobre todo por la composición de Rahman”.

Cuando se anunciaron los Óscar para Rahman por las pantallas de los televisores, sus fans en Chennai celebraron con pasteles, dulces y petardos, informó la agencia PTI news.

Miembros de su familia y fans cortaron una enorme tarta en el medio de la calle frente a su casa en el barrio de Kodambakkam de la ciudad.

REFLEJA EL ESPÍRITU DE BOMBAY
“Slumbdog Millionaire”, que para Boyle refleja el espíritu valiente de la ciudad de Bombay, ganó además los premios al mejor film y al mejor director.

Bombay, el centro financiero de la India, es residencia de los más ricos y famosos del país pero contiene además algunos de los barrios marginales más grandes, que conforman el telón de fondo de “Quisiera ser Millonario”.

Dos de los niños actores de la película viven en uno de los barrios en que fue rodada. Amigos y familiares de Azharuddin Ismail y Rubina Ali permanecieron despiertos desde la madrugada para ver la ceremonia.

Los niños estaban en Los Angeles. “Es por la gracia de Alá”, dijo el orgulloso padre de Rubina, Rafiq Qureshi. “Llevaré tambores para recibirla en el aeropuerto y le daré su pollo biryani favorito”. Su vivienda de una habitación en el barrio estaba repleta de equipos de televisión y periodistas.

En Dharavi, uno de los barrios marginales más grandes de Asia y donde Boyle rodó parte de su película, las reacciones fueron encontradas, al igual que en su momento las de la crítica y las ONGs.

“No vi la película, pero creo que muestra los aspectos negativos de nuestras barriadas. Somos gente muy trabajadora aquí”, dijo Sharda Devi, de 35 años.

Fakhrunnisa, su vecina, disintió. “Hay problemas reales en las barriadas. Eso es lo que se muestra. Quizá ahora los políticos hagan algo con toda la atención que estamos recibiendo”, dijo.

Penélope Cruz ganó Óscar a mejor actriz de reparto por "Vicky Cristina Barcelona"
21:00 La española se llevó el primer trofeo de la noche y se convirtió en la primera actriz española en ganar una estatuilla

Penélope Cruz se alzó el domingo con el Oscar a la mejor actriz de reparto convirtiéndose así en la primera actriz española reconocida por la Academia, justo al año siguiente que su compatriota Javier Bardem lograra la misma hazaña en la categoría homónima masculina.

La estrella de 34 años, que ya había sido postulada a mejor actriz en el 2007 por su trabajo en “Volver”, se impuso sobre Amy Adams (“Doubt”), Viola Davis (“Doubt”), Taraji P. Henson (“The Curious Case of Benjamin Button”) y Marisa Tomei (“The Wrestler”).

“¿Se ha desmayado alguien aquí alguna vez? Porque creo que seré la primera”, fueron las primeras palabras de Cruz, quien lució evidentemente abrumada.

Tras agradecerle a Woody Allen “por confiarme este hermoso personaje”, la actriz le dedicó el Oscar a sus padres, su hermano y hermana, así como a los directores españoles Pedro Almodóvar, Fernando Trueba y Bigas Luna, con quienes ha trabajado.

“Crecí en un lugar llamado Alcobendas donde esto no era un sueño muy realista”, añadió la madrileña en un emotivo discurso. “Siempre me quedaba despierta para ver esta ceremonia … Un momento de unidad en el mundo. Porque el arte en cualquier forma siempre ha sido y será un lenguaje universal, y debemos hacer lo que podamos para proteger su supervivencia”.

Y antes de retirarse se dirigió a sus compatriotas en español:

“Todos los que desde España ahora estén compartiendo este momento conmigo y sientan que esto también es de ellos, se los dedico. Y a todos los actores de mi país”.

Esta es la quinta ocasión que un actor o actriz de reparto gana un Oscar por un filme de Allen. Cruz se une así a Dianne Wiest, ganadora por “Hannah and Her Sisters” y “Bullets Over Broadway”; Michael Caine por “Hannah and Her Sisters”; y Mira Sorvino por “Mighty Aphrodite”.

La 81a entrega de los premios de la Academia transcurría desde el Teatro Kodak de Los Ángeles.

Bollywood opacó a Hollywood

Slumdog Millionaire arrasó en los premios Oscar con 8 estatuillas. Penélope Cruz ganó su primer premio.

No hubo sorpresas en la 81entrega de los Oscar, el filme Slumdog Millionaire fue la gran ganadora de la noche al obtener 8 estatuillas de las 13 donde estuvo nominado. Dejando en un segundo lugar a “The Curious Case of Benjamin Button”; que logró 3 premios.

El filme de la India acaparó los premios mayores, como Mejor Película, Mejor Director, Mejor música original, Mejor Canción, Mejor Director, entre otros.

La sorpresa de la noche la dio Sean Penn al mejor actor por “Milk”, superando al favorito Mickey Rourke de “The Wrestler”. En el rubro de mejor actriz, Kate Winslet, “The Reader”, logró su primera estatuilla, y dio un emotivo mensaje, que estuvo al borde de las lágrimas.

Aunque sintió que desmayaría de la emoción al recibir su Oscar a la mejor actriz de reparto por “Vicky Cristina Barcelona”, Penélope Cruz se mantuvo en pie y ofreció un emotivo discurso de aceptación. La española ya había postulado a mejor actriz en el 2007 por “Volver”, hizo historia por ser la primera actriz española en recibir la codiciada estatuilla justo un año después de que su compatriota y compañero de reparto Javier Bardem hiciera lo propio en el rubro homónimo masculino.

1) Película de la India fue la sensación en la entrega de los premios de la academia. (2) Actor australiano recibió premio póstumo.

Kina, la leyenda

Ey, Mauro Mina, cielo patrio del box, lluévete unos chilcanitos por la Kina inolvidable! Y es que el Perú es una mujer. No, son varias mujeres que enseñan el camino para derrotar a un karma ‘lúser’ varonil parecido a Mordor. Antes, fueron las voleibolistas de la generación de oro nuestras heroínas; después, abrió senda victoriosa la tablista Sofía Mulanovich, continuando con Llosa y Solier y ahora Kina “la Muñeca Brava” Malpartida. Oh, my gadesas, seguramente Alan dirá que lo sospechó desde un principio con el género, sobre todo porque la pugilista obtuvo el título mundial de box de la AMB, categoría superpluma, entrenando en California con problemas de visa, pasajes -el IPD, tiene nuevo lema: “El que quiere celeste que le cueste”-. No lo pasaron ni en radio ni en TV, pero puedo ver más allá de lo evidente: Sobre el cuadrilátero estaba Maureen Shea, la invicta y campeona, la “Bronx Bombshell”. En el primer asalto se la bajó a Kina que, recostada en la lona, se sintió en Punta Hermosa, donde terminaba exhausta luego de que su padre le enseñaba a pararse sobre la tabla hawaiana. Le vinieron a la mente todas las trabas que sufrió para ser boxeadora y se levantó y cobró pato la chata también llamada ‘Moe’. La alguna vez campeona de surf nacional, se convirtió en “depredadora” y el Madison Square Garden, con sus 15 mil asistentes, quedó atónito con la bestialidad de su cholopowerismo. Un golpe de izquierda en la mandíbula de la Shea le dio el remezón facial comparable a la ecuación del tirabuzón. Como una quilla que corta el lomo del mar, suspendió su respiración y noqueada la local, nuestra chola se hizo del triunfo. Kina quedó alumbrada y los flashes finiquitaron el décimo round. El réferi alzó su guante hacia el cielo de Nueva York. En ese momento, su familia, y todo su querido pueblo peruano se le vino en lágrimas de gloria.

La Primera Palabra

Las decisiones tomadas en la última semana por el gobierno oscilan entre el aparente acierto, en función de los intereses, los objetivos y la coherencia de la administración del presidente Alan García, y el error, en función de los mismos criterios, considerados haciendo abstracción de los juicios de valor que puedan formularse sobre la política general del gobierno, sus grandes y graves problemas de corrupción e ineficiencia y la calidad y antecedentes de los protagonistas.

En el primer campo se ubica la designacion de la dirigente aprista Mercedes Cabanillas, quien se ha ganado fama de tener un comportamiento decidido, merced a actitudes drásticas en lo partidario y en el manejo del Congreso, con actitudes no pocas veces excesivas, sobre todo cuando ha arremetido contra la oposición social y política.

Vistas las cosas desde la perspectiva del Ejecutivo y el aprismo, nada mejor que una ministra del Interior con fama de decidida para poner mano dura en el combate a la delincuencia, aunque excederse y, por otra parte, caer en el sectarismo que históricamente ha caracterizado al aprismo -como fuerzas ajenas al Ejecutivo afirman que ocurrirá-, puede ser contraproducente para el gobierno, en un año que se proyecta difícil por el impacto de la crisis económica internacional -triunfalismos aparte- y por las acuciantes demandas sociales, junto al natural desgaste de una gestión que pasó ya la mitad de su mandato quinquenal.

Otra designación atinada desde la perspectiva gubernamental, es la del nuevo embajador del Perú en Estados Unidos, Luis Valdivieso, previo desembarco de la responsabilidad que tenía como ministro de Economía. Para la política gubernamental -al margen de lo que opinemos sobre ella y sobre la labor ministerial de Valdivieso- resulta funcional un experto en finanzas internacionales, familiarizado con los vericuetos de los organismos financieros, en un año de crisis, en el que probablemente el gobierno podría necesitar más de una operación de salvataje con apoyo externo, el que puede ser más accesible si quien hace el trámite para conseguirlo es un funcionario conocido en esos círculos.

Lo que sí entra en el terreno del misterio es el porqué del nombramiento del poco exitoso y siempre controversial político conservador Rafael Rey como embajador en Italia, país de especial importancia para la política exterior y los intereses permanentes -aquellos que trascienden a los cambios de gobierno- del Perú, y no solamente por la valiosa colaboración que Italia otorga al país en diversos campos.

La legalidad de la designación de Rey ha sido severa y justificadamente cuestionada, porque, al haber sido elegido parlamentario andino -independientemente de formalidades como la de no haber asumido como tal- está impedido de representar al país o desempeñar cargo oficial alguno.

A falta de apoyo buena es la dinamita

Este fin de semana tuvimos nuevamente la alegría de un triunfo peruano a nivel internacional logrado por talentosos individuos sin mayor apoyo estatal. Kina 'Dinamita’ Malpartida es hoy campeona del mundo de boxeo en la categoría superpluma gracias a su dedicación, entusiasmo y habilidad. Al igual que Claudia Llosa y Sofía Mulanovich –por citar a nuestras otras dos campeonas–, ella lo hizo con su esfuerzo y en su carrera ha figurado poco o nada el apoyo del Estado.

Lamentablemente, como en el caso de la cultura, en el deporte la participación del tesoro también parece limitarse al pago de planillas públicas. Los recursos disponibles para financiar jóvenes o promover el deporte en general parecen escasos. Por otro lado, simplemente aumentar el presupuesto en instituciones que no se han reformado y modernizado es echar dinero al tacho. Nuevamente, al igual que en la cultura, sería importante revisar el tratamiento tributario que se le da a los aportes que puede efectuar el sector privado para financiar jóvenes valores o para desarrollar determinada disciplina. Tanto el deporte, como el arte, el cine o la literatura lo último que requieren es más burocracia estatal. Más bien, lo que se debe facilitar es el apoyo directo, ya sea individual o corporativo.

Por otro lado, parece absurdo que el manejo del fútbol profesional en nuestro país absorba una cantidad desproporcionada del tiempo de nuestros dirigentes –pese a las décadas de fracasos permanentes de nuestra selección–, mientras nuestras contadas figuras deportivas de altura mundial son todas individualidades que han salido adelante por su cuenta. Es decir, lo hubieran hecho de cualquier manera al margen de que exista o no el IPD y la federación correspondiente.

Siendo el ingeniero Woodman una persona con mucha experiencia en el sector empresarial, estoy seguro de que coincidirá con nuestra posición en el sentido de que sería mucho más rentable dedicar los recursos de los peruanos a posibilitar el desarrollo de alianzas de largo plazo por parte de cada disciplina deportiva con el sector privado, que aumentar el presupuesto del IPD. Para ello debería generar un debate nacional que lleve a elaborar un marco completo y estable que permita que nuestros futuros atletas puedan ser financiados por mecenas privados.

Cabanillas: ver para creer

Si la juzgamos por sus antecedentes, Meche Cabanillas no ha sido una buena aprista, ni mucho menos una eficaz ministra. Lo primero porque anduvo alejada del APRA durante la mayor parte de la década de los 70, debido al apoyo que le prestó a la dictadura velasquista cuando era universitaria, incluso firmando comunicados en contra de las autoridades apristas de la Villarreal. Eso irritó muchísimo al mismo Haya, lo que motivó su ostracismo partidario, el cual acabó tras la muerte del Viejo y los buenos oficios del dirigente histórico Ramiro Prialé para reintegrarla a Alfonso Ugarte.

Cabanillas por supuesto que niega esto (¿qué le queda? Le debe dar vergüenza y no tiene la honradez, como muchos políticos, intelectuales y periodistas de su generación, de admitir y pedir perdón por su colaboracionismo con esa dictadura) y saca para defenderse una foto hecha al día siguiente del golpe velasquista, donde encara a un policía con la Constitución, pero ese hecho fue anterior a todos sus posteriores devaneos universitarios velasquistas.

Y como ministra de Educación durante el primer alanismo (la que más tiempo ocupó ese cargo, al cual accedió dos veces) fue un desastre, de las peores que pasaron por esa cartera, del nivel de los generales de la dictadura Carpio Becerra (que destrozó con la reforma educativa y varias medidas más –como prohibir y limitar a los directores y profesores extranjeros- la instrucción privada para igualarla a la pública en lugar de elevar a la segunda. Ni gusto tenía, porque impuso un uniforme único espantoso con su color rata e incomodísimo: la chompa no abrigaba, las medias se pegaban a la planta y los dedos de los pies, el pantalón arañaba, los zapatos se rompían al tercer recreo, los ponchos resultaron un fiasco y pobre de ti si sudabas con esa pegajosa camisa. Una mierda total que aguanté largos años. ¡Vívidos recuerdos infantiles! Debieron poner otros colores, pantalones tipo blue jean, calzado tipo zapatillas, sudaderas, polos, ropa más amigable para vestir y jugar y menos depresiva para los niños), Eléspuru (aquel que junto a su asesor Julio Corazao -finado religioso que como inútil director hizo puré del otrora excelente, excelso nivel académico de mi colegio Santa María- tuvo la brillante iniciativa de poner al 11 como nota aplazada para elevar la calidad educativa, creyendo que con eso arreglaba todo. Por supuesto que tuvo que retroceder de su peregrina iniciativa) y Guabloche (que fue hasta acusado de haber montado un bulín en sus oficinas ministeriales).

Cabanillas contrató a 80 mil ignorantes como profesores estables sólo por partidismo, aparte de rendirse incondicionalmente al SUTEP en todo y llegar a otorgarles 300 conchudas y abusivas licencias sindicales, que recién se les ha quitado hace poco tiempo. Como cereza, puso a la entonces desconocida Laura Bozzo como jefa nada menos del Instituto Nacional de Cultura (sí, aunque usted no lo crea, ese perverso fenómeno contracultural de los 90 dirigió al máximo organismo encargado de la cultura peruana. ¡Plop!).

Por eso no espero mucho de ella en el Interior. El que sea achorada y lisa no es garantía de nada. Apuesto a que se va a chupar con la CGTP y las algaradas de los rojos, los altos mandos policiales se la van a almorzar, se va a acomplejar con las ONG caviares como la figuretti Beatriz Merino (que ahora ya está metiendo sus narices en esta cartera),

no va a tercerizar la salud, la farmacia, el mantenimiento de flota y los demás servicios para controlar la corrupción…

Veamos si el refrán perro ladrador, poco mordedor se vuelve a cumplir.

CORREO

Un premier de baja intensidad

Por Augusto Álvarez Rodrich
alvarezrodrich@larepublica.com.pe

La difícil posición de Simon en el gobierno.

La especulación de que el ingreso de Mercedes Cabanillas al gabinete dejó políticamente descolocado al premier Yehude Simon no es muy sólida, pues él ya andaba descolocado antes de la designación de la nueva ministra del Interior.

El premier enfrenta varios problemas para asentarse en el complejo cargo al que fue convocado, hace más de cuatro meses, en medio de la peor crisis del gobierno de Alan García pues se reveló que la corrupción había tocado las puertas de funcionarios muy relevantes de su régimen.

Quizá el más importante sea el papel difuso de su gestión. No se perciben iniciativas suyas con impacto notorio, y eso lo perfila como un simple administrador al que le han encargado algunos asuntos del gobierno pero ninguno muy significativo.
Más allá de lanzar un plan anticorrupción mellado por el escándalo en la elección del contralor, no se siente la mano de Simon –ni sus convicciones– en el gobierno.

Es cierto que esto es difícil de lograr con un presidente que siempre busca ser el único centro de atención, pero, hasta el momento, el papel de Simon está difuminado. Su enganche con Alan García no parece fluido. Las expresiones contradictorias entre ambos son demasiado frecuentes.

Asimismo, su relación con el Apra no ha sido, como era de esperarse, sencilla. Los cabes de los compañeros han sido frecuentes y marcados por la actitud de ‘tú no eres de los nuestros así que, si no quieres problemas, amóldate’.

Se lo hicieron notar hace un mes cuando Simon soltó el comentario de que “al Apra le falta más unidad para trabajar en función del gobierno” y le saltaron a la yugular Aurelio Pastor, Nidia Vílchez y Cabanillas. Los apristas son buenos para trompearse entre ellos, pero mejores para unirse ante la ‘amenaza externa’. En este contexto, el lanzamiento hecho por Simon de una eventual alianza electoral del Apra con la ‘izquierda madura’ –¿él mismo?– se ve forzado e inviable.

Quizá por todo lo anterior, el perfil político de Simon parece menor al que tenía su antecesor, y se le siente como el premier de transición a la espera de que pase el mal rato de los ‘petroaudios’ para que los compañeros puedan ir regresando al gabinete, lo que de hecho ya ha estado ocurriendo, con Cabanillas como el retorno más notorio.

Esto no significa que Simon esté por perder el empleo. Al contrario, un ‘premier de baja intensidad’ puede ser conveniente para el gobierno pues le sirve de biombo para el retorno de más compañeros al gabinete. Pero un escenario en el que la intrascendencia lo abrume es el peor para Yehude Simon.