Aldo Mariátegui
Alan estaba durmiendo en Palacio aquella especialmente fría madrugada de comienzos de julio del 2011, en vísperas del cambio de mando, cuando lo despertó el intercomunicador interno. El funcionario al habla -era un decir, porque el pobre hombre balbuceaba, asustado mortalmente- le instó confusamente a asomarse al patio interior. Lo obedeció y se quedó estupefacto: estaba nevando intensamente.
Poniéndose una gruesa casaca sobre su ahora flaca humanidad -la banda gástrica había funcionado de maravillas-, García fue hacia una ventana externa, la abrió y se encontró con el Rímac casi congelado, con unos pirañitas tirándose bolas de nieve y con que el cerro San Cristóbal parecía un heladito de vainilla. ¿Qué pasaría con la higuera de Pizarro?
"¡Huy curuju!", pensó al mismo tiempo que cerraba los pestillos. "Ya me dijeron qué podía pasar con esto del calentamiento global. Hace un par de años cayó nieve en Buenos Aires, algo muy extraño. El 2007 fue aún más raro. Nevó no sólo inusualmente en Santiago y hasta en Valparaíso, sino asombrosamente en el desierto del Sahara. ¡En pleno Sahara! Peor aún, antes se dio este fenómeno en el 2008 en el desierto de Atacama y el 2004 en Dubai... ¡Pero aquí en Lima!".
Todos los teléfonos comenzaron a sonar como locos. Decidió ignorarlos por el momento. Necesitaba despejarse, informarse, pensar y también calentarse. Tomó un pisco y encendió la estufa junto a la televisión, que ya informaba de tragedias humanas y accidentes automovilísticos por toda la ciudad. Chosica estaba completamente blanca, "parecía que estaba en La Oroya", a decir del tembloroso reportero de Canal N. El servicio de agua estaba complicado en muchas partes de Lima porque las cañerías viejas habían reventado al congelarse el agua. Los celulares no funcionaban muy bien y un avión había patinado en el Jorge Chávez, por lo que se habían suspendido los vuelos. El alcalde limeño Kouri había dispuesto cerrar el Zanjón. Se encendían peligrosas hogueras por todas las barriadas para tener algo de calor y ya la gente le reclamaba feo a Defensa Civil. Los citadinos trataban frenéticamente de sacar la nieve que se estaba acumulando en sus techos. Los hospitales estaban llenos de afectados de pulmonía y "frostbite", una palabra gringa que por primera vez se usaba aquí. Se temían saqueos e invasiones en busca de frazadas y sitios más calientes. El consumo de luz se había casi duplicado. Había estallado un motín en Lurigancho porque los presos literalmente se congelaban. Se había suspendido el manipuleo de contenedores en el Callao. La Carretera Central era un caos... ¡Problemas por todos lados! Felizmente no había clases en los colegios.
Según CNN y el Weather Channel, esto se daba a consecuencia de un gigantesco frente frío que venía del Antártico y que se iba a quedar por un par de semanas. ¡Santiago parecía Moscú en las imágenes! "¿Y ahora qué hago?", se preguntó para sus adentros. "Ya ahorita se me vienen encima porque todavía Baily no asume. ¿A quién culpo? ¿A Obama? ¿Al Congreso? ¿Las encuestadoras? ¿Chávez? No, ya lo derrocaron... Toledo diría que es por los chilenos, muy usado... ¡Ya sé! ¡Diré que sólo nieva en las capitales del Primer Mundo, que esto prueba que el Perú entró a esas grandes ligas por mí! Y como no hay mal que por bien no venga, con esto el indulto pasará piolaza".
"¡Sipaaán! ¿Dónde está Sipán?", gritó mientras sonreía malicioso.
Nota: Observando este actual "verano" y cómo está el clima mundial de alterado, no me asombraría que alguna vez vivamos algo así.
CORREO
Alan estaba durmiendo en Palacio aquella especialmente fría madrugada de comienzos de julio del 2011, en vísperas del cambio de mando, cuando lo despertó el intercomunicador interno. El funcionario al habla -era un decir, porque el pobre hombre balbuceaba, asustado mortalmente- le instó confusamente a asomarse al patio interior. Lo obedeció y se quedó estupefacto: estaba nevando intensamente.
Poniéndose una gruesa casaca sobre su ahora flaca humanidad -la banda gástrica había funcionado de maravillas-, García fue hacia una ventana externa, la abrió y se encontró con el Rímac casi congelado, con unos pirañitas tirándose bolas de nieve y con que el cerro San Cristóbal parecía un heladito de vainilla. ¿Qué pasaría con la higuera de Pizarro?
"¡Huy curuju!", pensó al mismo tiempo que cerraba los pestillos. "Ya me dijeron qué podía pasar con esto del calentamiento global. Hace un par de años cayó nieve en Buenos Aires, algo muy extraño. El 2007 fue aún más raro. Nevó no sólo inusualmente en Santiago y hasta en Valparaíso, sino asombrosamente en el desierto del Sahara. ¡En pleno Sahara! Peor aún, antes se dio este fenómeno en el 2008 en el desierto de Atacama y el 2004 en Dubai... ¡Pero aquí en Lima!".
Todos los teléfonos comenzaron a sonar como locos. Decidió ignorarlos por el momento. Necesitaba despejarse, informarse, pensar y también calentarse. Tomó un pisco y encendió la estufa junto a la televisión, que ya informaba de tragedias humanas y accidentes automovilísticos por toda la ciudad. Chosica estaba completamente blanca, "parecía que estaba en La Oroya", a decir del tembloroso reportero de Canal N. El servicio de agua estaba complicado en muchas partes de Lima porque las cañerías viejas habían reventado al congelarse el agua. Los celulares no funcionaban muy bien y un avión había patinado en el Jorge Chávez, por lo que se habían suspendido los vuelos. El alcalde limeño Kouri había dispuesto cerrar el Zanjón. Se encendían peligrosas hogueras por todas las barriadas para tener algo de calor y ya la gente le reclamaba feo a Defensa Civil. Los citadinos trataban frenéticamente de sacar la nieve que se estaba acumulando en sus techos. Los hospitales estaban llenos de afectados de pulmonía y "frostbite", una palabra gringa que por primera vez se usaba aquí. Se temían saqueos e invasiones en busca de frazadas y sitios más calientes. El consumo de luz se había casi duplicado. Había estallado un motín en Lurigancho porque los presos literalmente se congelaban. Se había suspendido el manipuleo de contenedores en el Callao. La Carretera Central era un caos... ¡Problemas por todos lados! Felizmente no había clases en los colegios.
Según CNN y el Weather Channel, esto se daba a consecuencia de un gigantesco frente frío que venía del Antártico y que se iba a quedar por un par de semanas. ¡Santiago parecía Moscú en las imágenes! "¿Y ahora qué hago?", se preguntó para sus adentros. "Ya ahorita se me vienen encima porque todavía Baily no asume. ¿A quién culpo? ¿A Obama? ¿Al Congreso? ¿Las encuestadoras? ¿Chávez? No, ya lo derrocaron... Toledo diría que es por los chilenos, muy usado... ¡Ya sé! ¡Diré que sólo nieva en las capitales del Primer Mundo, que esto prueba que el Perú entró a esas grandes ligas por mí! Y como no hay mal que por bien no venga, con esto el indulto pasará piolaza".
"¡Sipaaán! ¿Dónde está Sipán?", gritó mientras sonreía malicioso.
Nota: Observando este actual "verano" y cómo está el clima mundial de alterado, no me asombraría que alguna vez vivamos algo así.
CORREO
No hay comentarios:
Publicar un comentario