29.1.09

Fernando Cabieses, sabio y humanista

Por Francisco Miró Quesada Cantuarias. Filósofo


Fernando Cabieses nació en 1920 en México, pero realizó toda su obra científica y humanista en el Perú, donde estudió ciencias biológicas y medicina en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, perfeccionándose posteriormente en neurología y neurocirugía en la de Pensilvania. Luego de doctorarse en San Marcos, en 1956, dictó cursos de su especialidad en la Universidad de Miami. Sus logros académicos le merecieron ser distinguido como profesor honorario en las universidades de Trujillo, Cajamarca, Cusco y Lambayeque.


Se dedicó, entre muchas cosas, al estudio de la historia de la medicina en el Perú y reveló aspectos desconocidos de la medicina autóctona. Además de eso promovió el estudio y la identificación de plantas medicinales para ser industrializadas y exportadas, por ejemplo la uña de gato, maca, sangre de grado.


Entre sus muchas realizaciones, Cabieses fundó el Museo de la Nación y fue su primer director entre 1988 y 1990. En 1998 presidió la comisión organizadora de la Universidad Científica del Sur, de la cual fue nombrado rector honorario.


Con una capacidad extraordinaria para escribir, entre sus más importantes publicaciones cito las siguientes: "La trepanación del cráneo en el antiguo Perú" (en colaboración con Juan B. Lastres), "Los dioses vinieron del mar. Ensayo etno-histórico", "Dioses y enfermedades: la medicina en el antiguo Perú", "Narración de una conquista", "La coca, dilema trágico", "La uña de gato y su entorno", "Apuntes de medicina tradicional: la racionalización de lo irracional", "Cien siglos de pan: 10,000 años de alimentación en el Perú". Fernando Cabieses ha escrito muchos otros libros, que no vamos a mencionar. Pero sí quiero referirme a uno que, a la gran información une el buen estilo: "Antropología del ají". El ají es originario de Bolivia. El autor nos cuenta cómo, partiendo del Alto Perú, ha llegado a otros países, algunos muy lejanos.


Pero Fernando Cabieses no puede quedarse en sus descubrimientos sobre las plantas medicinales del Perú. Su afán de comprender lo que es la conciencia, lo lleva a hacer experimentos peligrosos. Para ello estableció relaciones con los chamanes y tomó alucinógenos como la ayahuasca, que produce efectos extrañísimos que pueden ser peligrosos. Pero Cabieses resistió, y sus conocimientos respecto de la conciencia fueron enriquecidos.


¿Cómo era Fernando Cabieses en su trato personal? Lo conocí desde que éramos jóvenes y pronto surgió una gran amistad entre los dos. Era alegre y optimista. Estaba convencido de que se podía hacer mucho por el Perú. Además estaba siempre pensando en la manera de ayudar a nuestros campesinos en las regiones lejanas, para que fueran incorporados en nuestro país de manera positiva e incluyente. Era, además, bromista, gran conversador y admirador sin límites de la belleza femenina. Tenía una magnífica biblioteca, con libros sobre los temas más variados, y los prestaba generosamente. Muchos de sus libros me fueron muy útiles para mis propios trabajos filosóficos.


No es necesario hacer justicia a sus méritos, pues todos los que conocen sus trabajos lo han considerado siempre como un gran pensador y un sabio. Fue miembro de múltiples instituciones, entre ellas de Transparencia, que tanto ha hecho y sigue haciendo por mejorar las elecciones de todo tipo. Fernando Cabieses pasa a la historia como un sabio, como un hombre generoso, desinteresado y lleno de bondad. Por eso, su desaparición ha conmovido a la ciudadanía. Y todos le rendimos un merecido homenaje.

EL COMERCIO

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