24.1.09

Locura divisionista

Es intolerable, por donde se le mire, la decisión adoptada por el mal llamado presidente de la región Puno, Hernán Fuentes, y por seis de sus consejeros regionales, cambiando prepotentemente el nombre a su jurisdicción. Ellos han decidido llamar a Puno “Región Federal Autónoma Quecha Aymara”, incurriendo así en infracción del artículo 43 de la Constitución Política, que a la letra dice: “La República del Perú es democrática, social independiente y soberana. El Estado es uno e indivisible. Su gobierno es unitario, representativo y descentralizado (...).”

La región Puno, como todas las demás que existen en nuestro país, ya está dotada de autonomía pero, naturalmente, dentro de los márgenes establecidos por el Pacto Constitucional. Que quede claro, no somos un estado federal. En consecuencia, Hernán Fuentes y sus adeptos (los consejeros de Yunguyo, Azángaro, Chucuito, El Collao, Carabaya y Huancané) están completamente equivocados. Además ya deberían haberse dado cuenta que el ucase de marras que aprobaron ha causado malestar en la propia población puneña, donde sendas instituciones –como el Colegio de Abogados y dirigentes de partidos políticos–, han señalado la inviabilidad de este insensato propósito divisionista.
Por

otro lado, recordemos que cuatro consejeros regionales se opusieron a este cambio de denominación (los representantes de Moho, Sandia, San Román y Puno) y otros dos se abstuvieron (Lampa y Melgar) de respaldar tamaña insensatez, lo que demuestra que hay amplios sectores de Puno que se oponen a esta medida separatista. La verdad es que no existe argumento alguno que sostenga esta seudo reivindicación quechua-aymara, pues hasta encierra una burda imitación –en relación a lo que buscan sectores radicales de Bolivia– pretendiendo crear una región independiente basada en estos grupos étnicos violentistas, colocándose a la par del afiebrado presidente radical boliviano, Evo Morales.

En nuestro caso, este tipo de racismos ofenden a los demás ciudadanos de la nación y, en particular, a quienes habitan en Puno, pues cabe preguntar: ¿dónde quedan los descendientes de los castellanos, dónde los mestizos, y dónde –por qué no- la gente de otras etnias que desde siglos atrás acrisolaron las sangres autóctona e hispana en una sola, dónde quedan los seres humanos que estrecharon el destino de los lugareños con el de los conquistadores y colonizadores españoles? Existe pues una rica tradición en Puno que exhibe un mestizaje interesante, por lo que lo acordado por algunos politicastros –encabezados por Fuentes– resulta discriminatorio frente a todo aquello que no sea quechua o aymara. Además, la propuesta es una traición al Perú que deberá sancionarse ejemplarmente. Puno es peruano. Ni Hernán Fuentes ni su camarilla podrán separarla del país. Por eso condenamos y denunciamos a estas malas autoridades ya que su locura ha llegado demasiado lejos

EXPRESO

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