25.1.09

Servicio diplomático: profesionalizar, no politizar

Nuevamente, con el visto bueno del Poder Ejecutivo, se está modificando inconsultamente la Ley del Servicio Diplomático sin considerar el grave daño que se sigue haciendo a la carrera. Por lo que parece, no se ha aprendido la lección de lo sucedido en el régimen fujimorista, cuando por criterios arbitrarios y politizados se apartó del servicio a decenas de profesionales que luego tuvieron que ser repuestos por sentencias judiciales.


Ahora, se cambia algunos artículos, entre ellos el 14 sobre la situación de disponibilidad y el 15 sobre el límite de permanencia en tal situación. Se señala que un miembro del servicio diplomático puede apartarse temporalmente de la situación de actividad por enfermedad, incapacidad física o psíquica (cuyo tratamiento exceda el período máximo de licencia por enfermedad) o a su solicitud, debidamente fundamentada y aprobada por el jefe del servicio. Según la ley, en ningún caso la disponibilidad da derecho a la acumulación de tiempo de servicios.


En el segundo caso, se precisa que el funcionario puede estar en la situación de disponibilidad hasta un máximo de tres años consecutivos o acumulativos de manera intermitente, pero vencido el plazo máximo de disponibilidad, el funcionario pasa a la situación de retiro. Pero, se precisa que solo en casos excepcionales y por conveniencia del servicio el plazo de disponibilidad puede extenderse hasta por dos años más, solo mediante resolución ministerial del sector.


¿Qué significa esto? Por tradición, el servicio diplomático de Torre Tagle ha tenido un rol trascendental debido a su profesionalismo y defensa del interés nacional, lo que fue afectado por el nefasto intervencionismo del gobierno autocrático de Fujimori. Luego, se hicieron muchos esfuerzos para recuperar la razón de ser y la línea de carrera, lo cual es sumamente importante para la defensa de nuestros intereses nacionales y del derecho de los diplomáticos de carrera.


Por lo demás, debemos aclarar que la situación de disponibilidad se justifica por la naturaleza del cargo y de la función, que no debe depender de los gobiernos sino corresponder a una política de Estado con coherencia y continuidad. Lo más lógico es que si accede un gobierno poco democrático los diplomáticos puedan acceder, sin abusar, de la situación de disponibilidad.


Que ahora se pretenda condicionar su permanencia a la aprobación del poder político es una manera de presionarlos o chantajearlos para que, so riesgo de ser apartados, con su permanencia apoyen o no a tal o cual gobierno. Lo cierto es que con la modificación comentada se dará más flexibilidad a las autoridades del Ministerio de RR.EE. para disponer del personal en el exterior.


No se puede seguir manoseando de esta manera el servicio diplomático. Mucho menos cuando el Perú está embarcado en importantes causas que demandan el más alto nivel de profesionalismo, las que no se limitan a las negociaciones en La Haya para la delimitación marítima con Chile, sino que abarcan campos tan amplios como los tratados de libre comercio con la UE y otros países, así como los modos de negociar e interactuar para defender los intereses del Perú y de nuestros connacionales en un mundo tan complejo y cambiante como el de hoy.
EL COMERCIO

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