23.1.09

Llegó a Ecuador

- ¿Han visto que, según el último sondeo capitalino de la U. de Lima, el 32% del sector E no sabe quién es Obama? Y esto en Lima... Después no quieren que el voto sea voluntario... Están como los curas Bambarén y Garatea, que no creen que las provincianas pobrísimas queden embarazadas a propósito para cobrar los S/.100 del programa Juntos. Por supuesto que es muy factible que lo hagan, porque es el típico incentivo económico perverso: Préñate (porque así se llama hacerlo con esos fines) y tendrás plata. Lo inteligente hubiera sido más bien condicionar los S/.100 a que las mujeres solteras muy jóvenes o las mayores que tengan ya dos hijos no salgan embarazadas. Hay que racionalizar esas virtuales e incesantes fábricas de pobres extremos que son las ignorantes mujeres andinas, pues nunca vamos a poder frenar drásticamente la miseria si se sigue botando tanta gente desde los sectores más desfavorecidos. Lógica elemental.

- Otro vecino que muerde el polvo... Después del frenazo en Chile y el decrecimiento en Argentina, la crisis llega a Ecuador, que de destinar US$5,800 millones para obras públicas en el presupuesto del año anterior ha pasado a US$2,800 millones, un recorte brutal de US$3,000 millones con una crisis recesiva mundial encima. Y además han optado por el pernicioso proteccionismo, pues se les han caído los ingresos externos en billetes verdes dentro de una economía que tiene al dólar como circulante (no sé cómo pueden haber cerrado este 2008 con más de 8% de inflación si están dolarizados), moneda que evidentemente no pueden emitir y que tampoco podrán conseguir por préstamos externos tras haberse peleado recientemente con los acreedores (además que casi no hay dinero disponible afuera, salvo de multilaterales).

Aquí aún seguimos defendiéndonos y hay una buena chance de remontar la ola sin muchos ahogados. Dentro del llamado Plan Anticrisis (¿quién fue el genio del marketing que le puso un nombre tan desalentador? Llámenlo de otra manera... Plan Crecimiento, Plan 2009, cualquier cosa menos ominosa. Suficiente pesimismo ya le echan otros medios al público; si hasta inventan despidos masivos...) habría tal vez que añadir medidas audaces, como cancelarle de una vez la deuda a las refinerías (sea con dinero o crédito fiscal) para poder bajar de golpe los combustibles, permitir reducciones en el impuesto a la renta con las hipotecas (lo que dinamiza la construcción. Claro que debe ser una medida temporal para que no nos pase lo que a España) y permitir la importación de alimentos industriales ya aprobados en los países desarrollados (para que el Senasa y la Digemid no frenen el proceso. ¿Por qué no consumir aceite en botella o fideos ya aprobados por la exigente FDA yanqui y que cualquier gringo compra en Walmart? ¿Por qué no importar piezas de pollo congelado barato, pues allá sólo comen pechuga?), lo que forzaría una mayor competencia y menores precios internos.

Y sería ideal que el BCR regrese los encajes por lo menos a los niveles previos a su jugada antiespeculadores y reduzca la tasa de referencia, pues 6.5% es muy alto si están calculando una inflación de 3%. Están aún a 3.5 puntos sobre la inflación proyectada. Mucho.

Aldo Mariátegui

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