21.1.09

Yavé, Yavé… ¿acaso no era el pueblo por ti elegido?

Parece que Dios no era tan bueno como querían presentárnoslo ¿O acaso en un momento de cansancio se equivocó de pueblo al momento de elegirlo? Nunca olvidaremos que la masacre en la franja de Gaza fue urdida por los jefes de quienes se sienten descendientes de Abrahám y llevada a cabo, con sevicia y en desigual combate, con los aviones y tanques que portaban como insignia la estrella de David.

¿Con qué se pudiera comparar la matanza de Gaza? Puesta en blanco nuestra mente, se nos viene a la memoria el poema de Neruda con ocasión del salvaje bombardeo fascista sobre el Madrid indefenso de 1936:

“Y una mañana todo estaba ardiendo…
y desde entonces fuego,
pólvora desde entonces,
y desde entonces sangre.

Bandidos con aviones…
venían por el cielo a matar niños
y por las calles la sangre de los niños
corría simplemente, como sangre de niños”

En Gaza fueron asesinados 265 niños inocentes durante las tres semanas que duró lo que la prensa cómplice llamó “ofensiva israelí”, en un vano intento de ocultar la intención “ejemplarizadora” de los guerreristas de siempre contra la resistencia llevada hasta el fanatismo y la locura por Hamás. Cada día, en promedio, fueron muertos 13 niños. Ehud Barak, ministro de Defensa israelí y responsable político de esta matanza esputó: “la guerra es la guerra” con un escalofriante cinismo, para después irse a dormir no sin antes rezar y dar gracias a su Dios.

Como se recuerda, en la matanza de Lucanamarcca, los senderistas asesinaron a 69 campesinos, entre ellos 13 niños, como una represalia por el asesinato de dos mandos terroristas a manos de los comuneros que se querían liberar del llamado “nuevo poder”. Todo el país se conmocionó ante tamaño crimen pero quedamos anonadados cuando en la llamada “entrevista del siglo” Abimael Guzmán declaró, “es cierto que hubieron excesos, pero era necesaria la represalia para que supieran quiénes éramos y hasta dónde estábamos dispuestos a ir”. Lo de Gaza, resultado de la misma aterradora lógica, equivale a 22 matanzas como la de Lucanamarcca.

CARLOS TAPIA

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