Termina el 2008 y, comparado con el año 2007, lo actuado por el Ministerio de Educación –respecto a la planificación y aplicación de políticas para mejorar la calidad de la enseñanza y el aprendizaje– acusa un serio debilitamiento. Por ejemplo, el tan publicitado plan piloto de municipalizar la educación ha permanecido durante todo este tiempo en la congeladora, al extremo que se desconoce la real efectividad e impulso de dicha reforma.
Por otro lado, la capacitación docente recibe fundadas críticas de especialistas y hasta de los propios capacitados, sin contar que existen al respecto problemas presupuestales y administrativos que han mediatizado las bondades de este programa, confirmando de paso que hay también en la práctica lentitud y vacíos. Además, pese a estar en lista de espera, muchos docentes no han llegado a ser capacitados en este año.
En materia de simplificación administrativa y ética pública, poco o nada se ha avanzado en las Unidades de Gestión Educativa Local (UGEL), tanto en las dependientes del propio Ministerio de Educación cono en las que corresponden a las Direcciones Regionales de Educación DRE. También, pese a las normas aprobadas y difundidas con tanto realce por el propio presidente de la República, por ejemplo el decreto supremo que dispuso la contratación de profesores bajo el requisito de haber pertenecido al tercio superior universitario, en varios lugares del Perú primó el tarjetazo del movimiento político que regenta determinada región. Otro bemol es aquel de las Instituciones Educativas IE (colegios), donde los directores de éstas esconden plazas para subastarlas al mejor postor.
Adicionalmente, ha habido terquedad en el gobierno por mantener en el viceministerio de Gestión Pedagógica a una persona que no sólo ha fracasado en ese puesto sino que es el principal responsable del pobre nivel académico de los maestros, del bajo rendimiento de nuestros escolares, y de haber aceptado la presencia de gente peligrosa en el magisterio. Lamentablemente la función de este funcionario tiene que ver con el diseño curricular, la programación de clases, la confección de manuales educativos, etc. En este campo ha faltado transparencia y liderazgo, porque el viceministro que conduce la gestión pedagógica tiene demasiadas anclas que impiden al sector navegar con éxito en el mar de la enseñanza pública.
Pero como en todo balance no sólo debe estar el pasivo sino también el activo, no podemos dejar de señalar que entre los avances positivos de este año, al igual que ocurrió en el anterior, se encuentra el programa de alfabetización. De modo que, en general, abrigamos la esperanza para que, mediante cambios estratégicos necesarios dentro del sector Educación, se retome la iniciativa y el énfasis visto en el período 2006-2007.
Por otro lado, la capacitación docente recibe fundadas críticas de especialistas y hasta de los propios capacitados, sin contar que existen al respecto problemas presupuestales y administrativos que han mediatizado las bondades de este programa, confirmando de paso que hay también en la práctica lentitud y vacíos. Además, pese a estar en lista de espera, muchos docentes no han llegado a ser capacitados en este año.
En materia de simplificación administrativa y ética pública, poco o nada se ha avanzado en las Unidades de Gestión Educativa Local (UGEL), tanto en las dependientes del propio Ministerio de Educación cono en las que corresponden a las Direcciones Regionales de Educación DRE. También, pese a las normas aprobadas y difundidas con tanto realce por el propio presidente de la República, por ejemplo el decreto supremo que dispuso la contratación de profesores bajo el requisito de haber pertenecido al tercio superior universitario, en varios lugares del Perú primó el tarjetazo del movimiento político que regenta determinada región. Otro bemol es aquel de las Instituciones Educativas IE (colegios), donde los directores de éstas esconden plazas para subastarlas al mejor postor.
Adicionalmente, ha habido terquedad en el gobierno por mantener en el viceministerio de Gestión Pedagógica a una persona que no sólo ha fracasado en ese puesto sino que es el principal responsable del pobre nivel académico de los maestros, del bajo rendimiento de nuestros escolares, y de haber aceptado la presencia de gente peligrosa en el magisterio. Lamentablemente la función de este funcionario tiene que ver con el diseño curricular, la programación de clases, la confección de manuales educativos, etc. En este campo ha faltado transparencia y liderazgo, porque el viceministro que conduce la gestión pedagógica tiene demasiadas anclas que impiden al sector navegar con éxito en el mar de la enseñanza pública.
Pero como en todo balance no sólo debe estar el pasivo sino también el activo, no podemos dejar de señalar que entre los avances positivos de este año, al igual que ocurrió en el anterior, se encuentra el programa de alfabetización. De modo que, en general, abrigamos la esperanza para que, mediante cambios estratégicos necesarios dentro del sector Educación, se retome la iniciativa y el énfasis visto en el período 2006-2007.
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