24.12.08

Urgente reestructuración de gobiernos regionales

La más reciente encuesta de Datum debe ser tomada como una clarinada de alerta por la mayoría de presidentes regionales, para tomar las medidas que ayuden a corregir los graves problemas que afectan a la población.


No deben preocuparse solo por los altísimos índices de desaprobación, mayores al 70% en la sierra central, sino detenerse a analizar las causas profundas que generan este malestar. Estas van desde la mala gestión y la no ejecución de obras hasta la actitud permanente de mentir, lo que genera rechazo popular.


Por supuesto que hay excepciones destacables de personalidades que sí trabajan con ahínco y perseverancia por su región, pero son los menos.


Lamentablemente, la otra cara de la moneda es la sensación de indefensión de los encuestados antes los embates de la inseguridad y la delincuencia, así como de la pobreza y la crisis económica, problemas que no son afrontados debidamente por sus autoridades.


En tal sentido, es realmente escandalosa la manera en que pretenden evadir sus responsabilidades, al pretender endilgarle la solución de sus problemas al Gobierno Central, lo que evidencia un facilismo criticable que, sumado a todo lo demás, termina afectando la democracia.


Reiteradamente se ha denunciado esta incongruencia de muchos gobiernos regionales, que por un lado exigen más y más recursos al Gobierno Central, pero por el otro lado ni siquiera pueden ejecutar sus presupuestos.


Y, a la falta de voluntad política para actuar con eficiencia se suma la falta de personal técnico y de herramientas para elaborar proyectos de factibilidad que puedan ser aprobados por los organismos contralores.


Ante esta sombría realidad, tiene que procederse a tomar medidas urgentes, empezando por revisar el sistema de elección de presidentes regionales y de consejeros, para fortalecer su legitimidad y sus prerrogativas. Luego, si bien el Gobierno Central ha cumplido con transferir prerrogativas y recursos a las regiones, queda mucho por hacer para mejorar los cuadros técnicos con el expertise necesario, en lo que el Ministerio de Economía y Finanzas tiene una propuesta interesante.


Adicionalmente, toda esta patología regional demuestra una vez más la urgencia y necesidad de promover la fusión de regiones, de modo que además de evitar malgastar recursos se pueda aprovechar mucho más el potencial de recursos que cada una tiene.


Al respecto, debemos recordar que precisamente uno de los mayores escollos por superar es el caudillismo local, por el cual algunos políticos toman equivocadamente el gobierno regional como un feudo propio, lo que tiene que ser denunciado y sancionado incluso con la revocatoria.


Por lo mismo, en la delicada coyuntura actual, el proyecto piloto de la macrorregión del centro debe merecer atención prioritaria, lo que implica un seguimiento y un apoyo permanente y decidido del Gobierno Central y de las autoridades regionales y locales, para que pueda llegar a buen fin y ser aplicado en otras zonas del país.

EL COMERCIO

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