23.12.08

Chrysler con roche

Veo que el veterano general velasquista Edgardo Mercado Jarrín está celebrando que no se toque al ahora sacrosanto "Pentagonito", ese nuevo Morro de Arica, edificado sobre un terreno expropiado a precio irrisorio.

No me sorprende. Él fue Primer Ministro de un régimen que no sólo deshizo al país, sino que dilapidó las arcas nacionales en edificios faraónicos, inútiles, feos (de tipo cara cemento, estilo soviético) y costosos como la Torre de Lima, el Ministerio de Pesquería (hoy Museo de la Nación) y Petroperú. ¡Ay, Mercado, mejor calla, que no tuviste el coraje de sacar a Velasco cuando éste estaba inconsciente en un hospital en marzo de 1973! ¡Cuántas barbaridades le hubieras ahorrado al país, pues el sátrapa recién fue depuesto en 1975! Morirás con esa responsabilidad histórica a cuestas sobre tu memoria. Eso dejarás de recuerdo.

- Chrysler anuncia el cierre de todas sus plantas en EE.UU. hasta mediados de enero. Esto nos da una idea de lo fuerte que está la crisis allá -esa abrupta caída de la inflación revelada el martes puede indicar que van a una deflación- y el coma que sufre la importante industria automotriz yanqui.

Justo ayer un amigo me escribía esto desde EEUU: "Anoche me quedé viendo en tv la presentación de los tres mandamases de GM, Chrysler y Ford ante el Senado, implorando por un salvavidas de US$25 mil millones con cargo a los contribuyentes. Me indignó ver a estos señorones -que ganan demasiado y están absolutamente sobrevalorados como estrategas- apelar al miedo del pueblo y de los senadores. Lo lamentable es que no pudieron explicar qué iban a hacer con el dinero, cómo iban a cambiar su ineficiente modelo de negocio.

El Senado cometería un grosero error si les otorga ese préstamo. Ellos mismos son los que con sus errores y miopía llevaron a sus empresas a donde están. En los años recientes de exuberancia y despilfarro, estos gerentes apostaron por los carros inmensos e ineficientes (caso el tragón ´Hummer´) y creyeron que la burbuja sería para siempre. Socializar sus errores e ineficiencias sería inaudito.

En la economía capitalista los errores se pagan. Sería bueno para la salud

de la economía local que los tres ingresen a la bancarrota (llamada aquí ´Capítulo 11´), donde los acreedores adoptan las medidas de reestructuración necesarias para salir del hoyo o deciden si alguna de ellas sucumbe o es absorbida. Probablemente, GM y Chrysler ya no tengan salvación. Ford parece que sí la hace, pues empezó a adoptar medidas correctivas con anticipación y tiene los mejores estándares de calidad/costo de las tres, además de ser muy fuerte en Europa (como GM en China).

Los culpables de esta debacle no son sólo los gerentes, sino también los sindicatos. Los trabajadores automotrices tienen beneficios y gollerías que ningún otro trabajador tiene en este país, lo cual les resta competitividad. Hoy leía que existen suspensiones por medidas disciplinarias que son pagadas y cómo un supervisor contaba que no había podido hacer nada cuando un grupo de obreros introdujo a una prostituta a la planta en horas de trabajo porque el sindicato los protegió. Sumas una gerencia débil y miope a un sindicato agresivo y obtuso y obtienes una bancarrota.

Resulta increíble que el Sindicato Automotriz implore por un paquete que los contribuyentes financiarían para apoyar a estos comechados con beneficios laborales superiores en 70% al promedio de los trabajadores de EE.UU.".

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